Siento a Aaron revolverse en la cama incesantemente. Me doy media vuelta y digo con voz aún adormilada:
-Cielo... ¿qué sucede?
-No es nada amor, vuelve a dormir- dice acariciándome el cabello.
-Estás nervioso porque pasado mañana empieza el juicio. ¿no es así?- me acerco a él abrazándole.
-Sí...- admite finalmente.
-¿Y si algo sale mal?- interroga preocupado.
-No saldrá mal, y en todo caso Janet siempre puede ser tan propensa como cualquier otro ser humanos de ser víctima de un robo, ser acusada por manipulación de la justicia, mentir y presentar en papeleo médico, calumniarte a ti, amenazarme a mi o sufrir un accidente automovilístico por quedarse sin frenos- al decir lo último Aaron comienza a reír mientras niega con la cabeza.
-No sé por qué me debo preocupar más, si por el juicio o tu salud mental- le doy un pequeño golpe en el hombro.
-Además, tenemos a nuestro favor los padecimientos de Janet. Por tanto podemos hacerla completamente incapaz de decidir por Kaanbal e inclusive por ella misma- digo con una sonrisa ladina.
-Demonios, comienzo a creer que el Diablo es una mujer, y que esa mujer eres tú- ríe.
-Claro que no, yo soy un ángel- imito un tono ofendido.
-Y seguramente yo soy Iron Man- ruedo los ojos y respondo.
-No estás tan bueno, ni eres un genio. Pero eres aceptable- sonrío ladinamente.
-¿Ah sí?- dice poniéndose sobre mí apoyándose en los codos- ya veremos qué dices después.
Comienza a besando mis labios apasionadamente, introduce su lengua en mi boca comenzando una lucha incansable hasta que ambos nos quedamos sin aire. Nos miramos a los ojos, repaso cada una de sus facciones, enredo mis dedos en su precioso cabello, me acerco a sus labios y tomo suavemente su labio inferior entre mis dientes. El hace lo mismo poniendo su mano derecha sobre mi cuello, suelto un pequeño suspiro, él ríe y me da media vuelta. Siento su fuerte pecho contra mi espalda, y un poco más abajo, rosando mi trasero su enorme, duro y creciente miembro. Besa mi nuca bajando cada vez más por mi espalda mientras retira mi pequeño y corto pijama de seda. Justo cuando creo que la espera no puede ser peor, le siento levantarse y veo cómo va hacia el vestidor. Espero no sea lo que creo, o de lo contrario voy a enloquecer. Unos minutos después le veo salir con su deliciosa anatomía al desnudo, y justo con lo que me temía, trae una venda con una cuerda de yute y un tubo telescópico.
-Vas a matarme- digo mordiendo mi labio inferior.
-No. Solo haré que ruegues porque te folle sin piedad- ríe jugueteando con la venda.
Me pongo en cuatro, él cubre mis ojos con ella, para luego atar mis manos detrás de mi espalda.
-Créeme, no pensaras ni un segundo quedarte sobre mí, gimiendo como sabes hacerlo- siento su mano volver a mi garganta apretando un poco más fuerte que antes mientras su miembro aún más grande vuelve a rosar mi trasero.
-Se está poniendo muy duro- digo en un pequeño gemido.
-Ya quiero que me lo pongas- dice poniendo su dedo índice sobre mis labios, lo chupo.
Aprieta con fuerza mi trasero para luego soltarme una fuerte nalgada. Gimo fuerte y Aron vuelve a hacerlo, una, dos, tres, cuatro veces más. Frota su enorme y duro pene contra mi, no puedo esperar a que esté dentro. Siento como dos de sus dedos rosan mi húmeda vulva, una corriente eléctrica pasa por mi columna.
-Estás muy húmeda- ríe pasando su lengua por mi lóbulo.
-Solo tú sabes cómo mojarme así- suelta otra fuerte nalgada a la que respondo con otro gemido.
-Puedes colocarlo- dice levantándome mientras saca un preservativo.
Se sienta en la cama y pone el preservativo entre mis labios, lo dejo de lado como puedo y digo:
-Primero esto- pongo mis labios sobre su erecto miembro, comienzo a lamer todo el cuerpo de su pene. Quién diría que se podría poner más duro.
-Me encanta lo duro que te pones cuando te la chupo- digo para luego comenzar a succionar su rosada glande.
-Mierda, te sientes... increíble- se recuesta apoyándose sobre sus codos en la cama mientras suelta pequeños gruñidos. Entonces, me detengo- Lia... ¿Qué haces?, por favor no me dejes así- dice tomando su deliciosa verga entre su mano.
-Suéltame y lo haré hasta que te corras- suelta un bufido y resignado me desata.
Me pongo de rodillas frente a él y vuelvo a lamer los costados de su glande y a succionar. Le dejo un segundo para luego engullir toda su verga, Aaron suelta un fuerte gemido, comienzo a subir y bajar, una y otra vez, cada vez más rápido. Pongo una de mis manos en su tronco para ayudarme a cubrir todo su pene que es bastante grande, mi otra mano se posa sobre sus bolas comenzando a estimularlas.
-¡Mierda!... no pares linda, hazlo más rápido- obedezco a sus ruegos y aumento la velocidad, me siento muy mojada, casi a punto de empezar a chorrear. Su pene está muy caliente, y las venas en él se hacen cada vez más pronunciadas.
Aaron se levanta y enreda sus dedos en mi cabello ayudándome a ir aún más rápido.
-Maldita sea Lia... me encantas toda tú, tus labios, tu lengua- no dejo que termine de hablar cuando comienzo a chupar sus testículos mientras le masturbo con ambas manos.
Me encanta, se siente delicioso dentro de mi boca, no puedo esperar a que se corra. Imagino su delicioso semen salir a borbotones de su monumental verga y mis labios llenos de él. Hago que se vuelva a sentar sobre la cama, tomo su pene y comienzo a masturbarlo con mis senos, Aaron comienza a gruñir y gemir cada vez más fuerte.
-Me matas...
-Quiero que te corras en mi rostro- digo esto y sin parar de masajearlo con mis pechos comienzo a chupar también su deliciosa glande.
-¡Mierda!, no quiero que pares... sigue y haré lo que quieras- dice comenzando a moverse entre mis pechos.
Ambos aumentamos la velocidad, no me puedo contener más y creo que Aaron tampoco, y si no es así seguiré haciéndolo hasta que se corra en mi rostro.
-Lia... me... ¡corro!- no logra terminar de hablar cuando siento ese delicioso líquido entre salado y amargo llenar mi boca, chorrear por mis labios e inclusive llegar hasta mis pechos. Un segundo después me corro también- carajo..., eres demasiado buena- dice ayudándome a levantar- ¿Quieres que comience por algún lugar en especial?
Dice esto mientras recorre mi cuerpo con sus fuertes manos.
-Quizá ...- digo lamiendo mis labios.
-Podría ser, ¿aquí?- comienza besando mi cuello.
-No- río.
-O tal vez...- me arrincona entre la pared y su cuerpo levantándome en sus brazos- aquí- dice paseando sus dedos por mis piernas.
-Tibio- me muerdo el labio.
-¿Una señal?- interroga en tono ronco y bromista a lo que enredo mis piernas a los lados de su cintura pegándome más a él y su nuevamente erecto amigo.
-Eres una niña muy mala- dice recostándome sobre la cama, tomo el preservativo junto a nosotros mientras Aron besa, succiona y masajea mis pechos. Lo coloco lentamente, pero él ni se inmuta. Toda su atención está en atender mis deseos- aún estás a tiempo de detenerme- dice con tono ronco y seguro, pero sé que al igual que yo desea no parar.
-Prefiero sentir esa enorme y deliciosa verga dentro de mí- me muerdo el labio.
-Juro por Dios que no parare hasta que estés temblando y ruegues porque me detenga.
-Mejor cállate y fóllame- digo poniéndome sobre él.
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𝕹𝖆𝖗𝖈𝖔𝖙𝖗𝖆𝖋𝖎𝖈𝖆𝖓𝖙𝖊
RomanceThomas Collins: Guapo, mujeriego, inteligente, serio, celoso, posesivo, de carácter fuerte y ... el narcotraficante más temido de todo el Reino Unido. Lia Reid: Fría, calculadora, atlética, hermosa, dulce, directa, inteligente, sádica, algo rencoros...