P.O.V. Obito
Nada más llegar hasta la guarida, oí que Laura me llamaba algo rara. Al mirar hacia atrás, noté que iba a desplomarse, pero la cogí antes de que cayera al suelo. ¿Por qué se había desmayado? Sería porque había utilizado chakra también? Estaba preocupado... Sí, lo admitía. Ella me había cuidado el tiempo que había estado herido, y yo se lo debía.
La acosté en una cama que tenía allí y comprobé sus constantes vitales. Parecía estar todo bien, pero ella no dejaba de quejarse. Puse mi mano en su frente por si tuviera fiebre y sentí que tenía demasiada.
No quería dejarla sola, pero tenía que ir a por agua fría para bajarle la temperatura. Formé un clon y lo dejé con ella mientras yo iba a por las cosas. Sin embargo, cuando iba a salir de la cueva, me encontré con Kabuto, con la mitad interior de su cuerpo en forma de serpiente, tirando a Yamato al suelo frente a mí.
—Este regalo que has traído es muy diferente de lo que esperaba—comenté viendo que Zetsu acababa de aparecer a mi lado.
—Tienes razón, pero él es el guardián del Kyubi y también posee información altamente clasificada. Por otra parte, puedo usarlo para que Zetsu y los otros sean mucho más fuertes. En lugar de empujar mi suerte, decidí en conformarme solo con su captura. Esto funciona mejor para ustedes...
Fruncí el ceño. No iba a ayudar a Zetsu, ya no. Miré de reojo a Yamato, que estaba paralizado por un veneno. Así tendría bloqueado el poder de las células de Hashirama. Esa sería una buena opción para matarlos a todos con las menos bajas posibles, como quería Laura.
—¿Qué dices?—preguntó Kabuto.
—No. Te pedí que fueras a por el Kyubi, no a por su guardián. Yo ya sé todo lo que tengo que saber. Nada más saquemos el bijuu de Naruto Uzumaki, el Juubi renacerá y lo enviaremos cuando los demás ninjas estén en bajas defensas.
—Pero si Yamato cede parte de sus células de Hashirama a los zetsus, tendremos más posibilidades de ganar.
—¡He dicho que no!—grité con ira—. Quedamos en una cosa y sólo te doy una oportunidad más. La próxima vez que llegues, empezará la guerra, y si no traes al jinchiruki, date por muerto en cuanto acabe todo esto.
Kabuto frunció el ceño enfadado y desató su serpiente de Yamato, no sin antes atar una cuerda en sus muñecas detrás de la espalda.
—Lo dejaré aquí mientras tanto—comentó con furia—, pero a cambio del Kyubi quiero que me des la información que saques de él.
—Todo dependerá de si lo traes o no—le dije furioso mientras levantaba al ANBU con brutalidad y lo mantenía agarrado por la cuerda—. Él también morirá si no cumples con tu parte del trato.
—Está bien...—declaró molesto antes de dar media vuelta y salir de la cueva.
Sin embargo, no podía bajar la guardia. Zetsu estaba a mi lado, y bastante enfadado por mi respuesta.
—Deberías haber accedido. Los zetsus no son muy fuertes comparados con los ninjas de la alianza shinobi.
—Lo sé. Pero un trato es un trato. No voy a dejar que se beneficie de mi plan si no sigue lo que le mando—comenté.
—Está bien... Iré al País del Rayo, hay una reunión de los Kages. Vigilaré a Kabuto también.
No dije nada y vi que desaparecía en el suelo. Suspiré sabiendo que Zetsu no era tan idiota para no darse cuenta de que algo pasaba. Empujé al ninja de la hoja hasta la habitación donde se encontraba Laura.
—¿Sabes algo de ninjutsu médico?—le pregunté.
—¿Q-Qué? N-no...—habló aún afectado por el veneno, pero sorprendido por la pregunta.
—Bien. Pues entonces no hagas nada. Tienes suerte de que ella quiera parar la guerra, sino probablemente ahora serías comida para zetsu.
—¿E-Ella?—preguntó sorprendido.
Llegamos a la habitación y abrí la puerta, dejando que el ninja entrara. Él, al verla, se quedó paralizado y bastante sorprendido.
—¿Esa es...?
—¿La reconoces?—pregunté molesto, no quería que se diera cuenta de quién era yo.
—Creo que estaba en... una foto de equipo de mi sempai... Cuando eran niños... ¿Qué hace aquí?
—Sólo te diré que mantengas la boca cerrada y que le eches un ojo por si le pasara algo. Si quieres que la guerra acabe, ella tiene que seguir viviendo.
—¿Te refieres a ese plan maldito tuyo? ¿El Tsukiyomi infinito?
—No. Simplemente no habrá guerra, ni plan, ni nada. No necesitas saber más. Tengo que irme, si cuando vuelva ella está muerta, tú también lo estarás.
Él asintió asustado y yo me acerqué a ella, volviendo a colocar mi mano sobre su frente, teniendo así que quitarme el guante. Todavía tenía fiebre, y mucha.
—Vendré con agua fría y una toalla. Quiero que le bajes la fiebre. Espero que al menos sepas hacer eso.
—Sí... Madara-sama—me dijo mirando la situación con miedo.
Bien. Al menos no sospechaba por ahora. En cuanto fui y volví con lo necesario, eché un último vistazo a Laura y me marché en busca de un ninja médico que me dijera lo que le ocurría. Esperaba haber hecho bien dejándola con él.
P.O.V. Laura
Después de haberme quedado inconsciente, sentí que me despertaba, pero no fue así. En un primer momento pensaba que me habían traído a la habitación de una niña para que descansara y me repusiera, pero dudaba que Obito tuviera una habitación así en la guarida.
Entonces abrieron la puerta y aparecieron dos adultos sonriéndome. ¿Quiénes eran? ¿Por qué me sonaban tan familiares? Justo cuando me levanté, noté que yo era mucho más pequeña que los adultos, cosa que me extrañó. Entonces, las imágenes comenzaron a pasar rápidamente por mi mente, sucediendo una a otra a medida que mi cuerpo iba creciendo. Cuando vi a Obito y a Kakashi de niños, todos los días que habían estado juntos, el equipo Minato...
Pero faltaba Rin. ¿Por qué ella no aparecía? ¿Por qué hablaban conmigo? De un momento a otro, lo comprendí. Era yo la que lo estaba viendo desde el punto de vista de ella. ¿Por qué de ella y no de otra persona?
La respuesta a esa pregunta llegó cuando sentí un dolor tremendo en el pecho, a causa del raikiri que Kakashi había incrustado en él. Vi cómo iba dejando el cuerpo de Rin y la vi, muerta y yo llegaba a la nada. Un espejo se hallaba a unos metros.
Me acerqué curiosa, pero a medida que avanzaba, podía darme cuenta de que mi aspecto era el mismo que el de Rin en el momento de su muerte. La imagen en el espejo hacía lo mismo que yo, hasta que su cabeza giró hacia un lado, sorprendiéndome. Miré al lugar donde ella miraba y vi una luz. Al volver a mirar al espejo, volvía a hacer lo mismo que yo. Dejé a un margen el objeto y me encaminé a la luz.
En un segundo, noté cómo algo salía de mí, y cuando pude verlo, era una copia exacta de lo que había visto en el espejo. Las dos entramos en la luz y ella se metió rápidamente en la barriga de una embarazada, desapareciendo como un fantasma.
Cuando levanté la mirada para ver quién era, no pude creerlo. Era... era mi madre. Mi padre estaba a su lado, cogiendo su mano para tranquilizarla por el parto.
Entonces... ¿Yo era Rin?
*****
Buenas, siento no haber publicado el sábado, se me cascó el ordenador y se quedaba pillado en todo el rato, pero ya funciona!!
Ahora es cuando se sabe que Laura es Rin, pero ella es ahora una persona diferente. ¿Cómo se lo tomará Obito?
Aquí tenéis el capítulo, espero que os guste y que votéis :D
Eso es todo y aquí se despide Luthien, ciao!
ESTÁS LEYENDO
He Encontrado a mi Obito [Obito Uchiha]
FanfictionLaura es una gran fan de Naruto. Lo que no sabe es que su gran parecido con Rin Nohara la llevará a tener una peligrosa aventura en la que conocerá a la mayoría de los personajes de serie favorita. Ayudará en el intento de acabar la guerra. ¿Lo cons...