El Sabio de los Seis Caminos

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P.O.V. Laura

Una gota de agua goteando, me despertó. Al mirar a mi alrededor, no sabía dónde me encontraba. Era un lugar oscuro... y sólo se iluminaba de un color verde rodeando mi cuerpo. Me extrañé un poco pero al ver aparecer una figura delante de mí, supe dónde había llegado y cuál era mi situación.

Antes de que pudiera decir nada, me arrodillé ante él en señal de respeto.

—Oh, vaya. Así que tengo que deducir que ya sabes quién soy...

—Así es, Rikudo Sennin-sama—hablé—. Es un honor hablar con usted.

—Bueno, tampoco es tan alucinante—dijo con una risa floja que me hizo gracia, aunque me mantuve seria.

—Hagoromo-sama. ¿Qué... Qué hago aquí? Yo no soy ninguna reencarnación de Ashura ni de Indra...

—Así que también sabes de eso... Tenía entendido que sabías muchas cosas gracias a que venías de otra dimensión... pero no sabía que tantas... También sabía que estabas intentando cambiar el futuro...

—Sí, así es. El final de la guerra no es muy prometedor...

—Pero... en esa historia... todo acaba bien, ¿no? Es más... por los recuerdos de tu mente puedo observar, que en un futuro lejano, parientes de mi madre Kaguya atacarán el mundo... ¿No sería mejor que los ninjas derrotaran a mi madre para así saber a qué atenerse con enemigos más fuertes?

No sabía qué contestar. Eso era cierto, incluso lo comentaron en la serie de Boruto... Bajé la mirada, un poco avergonzada y suspiré.

—Quería que todo acabara mejor de lo que acabó. Que no se produjeran tantas muertes. Que Obito no fuera por el mal camino más de lo que ya estaba... Quería... que Neji o algunos otros no perdieran la vida en la guerra... Yo... lo siento—acabé llorando—. Lo he empeorado todo. No tendría que haberme interpuesto.

—No... no deberías. Pero ya lo has hecho y no hay marcha atrás. En algún momento tendré que reunirme con las reencarnaciones de mis hijos.

—Naruto y Sasuke...

—Así es... No diré nada sobre lo que hayas cambiado. Pero si puede ser, deja que ellos hagan el trabajo. Ayuda como una ninja más, no como alguien que sabe lo que va a ocurrir.

Yo asentí de acuerdo y miré hacia el agua, que había llegado a mí en forma de ondas. Levanté de nuevo mi mirada y él se había acercado.

—De todas maneras, quiero darte algo. Como sé que fuiste ninja en esta dimensión, te daré la capacidad de crear todos los jutsus afines a tus elementos de chakra. Así ayudarás y no quedarás sin hacer nada útil.

—¿De... de verdad haría eso por mí? Yo... no lo merezco, Hagoromo-sama...

—Si no fuera por las manipulaciones de Zetsu en la piedra que dejé para avisar a los sucesores de Indra y Ashura... probablemente tú y mucha otra gente no hubiera muerto.

—Entiendo... Gracias, entonces.

Él sonrió y me tocó en la frente con su mano derecha, aunque luego lo hizo con la izquierda. No entendía aquel acto, pero no le tomé importancia.

Pero entonces, sentí un tirón en la boca de mi estómago y cerré mis ojos con fuerza, sintiendo que me trasladaba a otro lugar. Noté que estaba tumbada, con la cabeza apoyada en el regazo de alguien. Algo viscoso se movía por mi pecho y una sensación reconfortante me inundó.

Gruñí por el dolor que tenía en mi pecho y comencé a recordar lo último que había pasado. Zetsu me había poseído y deseaba con todo mi corazón que Obito no se hubiera intercambiado por mí. Al abrir los ojos, pude ver a Tsunade sama, que tenía una piel de chakra roja del Kyubi.

He Encontrado a mi Obito [Obito Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora