El camino hacia West Virginia parecía más largo de lo que imaginaba, mi familia iba emocionada al saber que un nuevo estilo de vida nos esperaba, yo solo me mantenía con la mirada hacia la ventana de la camioneta observando el paisaje que recorríamos, recordando a mis amigos que dejaba atrás, mis estudios que tuve que pausar y la manera en la que tendría que adaptarme al campo y las montañas del lugar en el que nos mudábamos.
Semanas antes yo me encontraba en una residencia estable al norte de Nueva York, pero un día mi padre durante la cena nos dijo que había sido despedido de su trabajo y necesitaba pagar un deuda con uno de los bancos más importantes de Estados Unidos, finalmente un mes después terminó anunciando que habíamos perdido la casa y necesitábamos buscar un lugar donde vivir, desde ese instante todo comenzó a cambiar y mis abuelos nos ofrecieron un hogar. A mi padre no le gustó la idea pero era lo único que podía ayudarnos, y finalmente mi madre lo convenció para que nos mudáramos aquí, en el pequeño poblado alejado de todo y de todos.
-Dua, ¿podrías ayudarnos con el equipaje?-mi padre me llamó desde la parte trasera de la camioneta, a su lado mis hermanos cargaban varios objetos para la casa.
-Ahora voy-bajé para dirigirme hacia donde mi padre me había llamado, observando la casa frente a mí. La madera fuerte sostenía los dos niveles, desde la entrada hasta la parte trasera, todo el lugar estaba rodeado de pasto verde recién cortado, el camino rural nos había llevado hasta ahí. En los alrededores y un poco más arriba se encontraban los bosques de Virginia, había entendido que cerca había un lago, por ahora el clima parecía cálido, estaba iniciando el verano.
Mis abuelos aparecieron en la entrada de la casa, abrazándome con fuerza y asegurando que ya había crecido mucho desde la última vez que nos visitaron.
-Abuela, te he extrañado mucho-.
-Y nosotros a ti, hija, no hagas esfuerzo con eso, deja que tu padre se encargue, entra a casa, hay galletas y leche-una de las cosas que definitivamente extrañaba era el cariño de mis abuelos.
-Ha sido un viaje muy cansado, deberían ir adentro, preparemos una comida especial por su llegada-mi abuelo me abrazó después y fue hacia la camioneta para hablar con mi padre, mis hermanos llegaron junto a ellos para saludarlos.
-Dua, yo quiero la habitación más grande-Rina corrió hacia la entrada de la casa, detrás de nosotras llegaba nuestro hermano.
-Yo les voy a ganar-comencé a correr adentro de la casa, dirigiéndome a las escaleras para subir rápido, mis hermanos detrás.
-Eso lo veremos-Rina comenzó a buscar la manera para llegar a la puerta principal de la habitación que suponía que era la más grande, pero yo me dirigí al otro lado, y abrí. Mi hermano llegó en la siguiente habitación.
-¡Sí, gané! yo tengo la habitación más grande- dejé caer mis cosas para saltar sobre la cama. Mis hermanos llegaron en la puerta para observarme.
-Hiciste trampa, sabías que esta era la habitación más grande-.
-No, solo fue segunda opción porque ustedes ocuparon otras entradas-.
-En la próxima vez te voy a ganar-Gjin cruzó los brazos y se fue molesto a su habitación. Rina me señaló hacia la ventana.
-Parece que es la habitación más grande pero tenemos vecinos, eso no sé si sea bueno o malo para ti ya que no podrás pasear desnuda por tu habitación-.
-Tiene cortinas-.
-Pero tú eres más distraída, nos vemos en la hora de la comida, tenemos mucho por acomodar en nuestras habitaciones-cuando mi hermana se fue, yo bajé de la cama y miré a través de la ventana, la casa contigua estaba a varios metros lejos de la nuestra, pero podía observar todo desde ahí. Había dos automóviles y una camioneta en la parte delantera y en la parte de atrás había una pequeña piscina, con un lindo jardín, sin nada que delimitara el patio de mis abuelos y de los vecinos, al otro lado compartía espacio con otra casa más apartada.
Necesitaba bajar para buscar el resto de mi equipaje.
Llegué de nuevo junto a mi familia, ellos hablaban del viaje, cerca de la camioneta mientras acomodaban todo el equipaje que faltaba.
Busqué la maleta que contenía mi ropa y algunos recuerdos de Nueva York. Dejé mi equipaje en el suelo para ver si aún quedaba algo que debía llevar, pero al parecer era todo. Me dirigí hacia el equipaje para llevarlo y justo en ese momento la vi por primera vez.
Una mujer joven estaba en la entrada de la casa de al lado, junto a un automóvil, como si estuviera esperando a alguien. Su cabello oscuro remarcaba los rasgos de su rostro, con ojos curiosos y una sonrisa cálida, se encontraba mirando en mi dirección, llevaba un vestido ligero de flores y en su mano sostenía un sombrero.
-Buenos días Camila-mis abuelos la saludaron y ella levantó la mano para responder.
-Buenos días, parece que necesitaremos una reunión para conocer a la familia-su voz era delicada y cercana, como si la conociera desde siempre.
Mis padres sonrieron.
-Estaremos encantados-.
-El gusto es mío, bienvenidos a Virginia-se despidió mientras dos chicas entraban en la parte trasera del auto, antes de que ella hiciera lo mismo ante el volante, me dedicó una mirada más. Por alguna razón había causado que apareciera un ligero sonrojo en mis mejillas.
Cuando su automóvil oscuro desapareció por el camino donde nosotros habíamos llegado, escuché que mis abuelos hablaran de aquella mujer.
-Camila es un encanto, siempre es una mujer alegre y divertida, desde que la familia Lysander Cabello se mudó hace algunos años aquí todo parece con más energía-mis abuelos parecían ser cercanos a la familia que vivía al lado, porque mi abuela hablaba con cierto cariño.
-Ella es un ángel-tal vez estaban en lo cierto. Aquella mujer había sido capaz de atraer mi atención al instante y con una sola mirada me hizo sentir diferente.
-Tenemos más razones para decir que aquí estamos mejor-mi madre habló mientras entraba a casa.
Yo estaba con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro a causa de esa mujer.
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BABYGIRL » duamila
Fanfiction-Mami quiere un beso de su princesa, aquí- ella señaló la curva de sus labios que formaban una dulce sonrisa divertida. Mami me ha enseñado que las buenas chicas tienen su recompensa, si eres una niña mala te castigan. Ella siempre me espera en casa...