Ahora aprecio más el amor
porque sé qué es perderlo
sé qué es sentir ese dolor,
y los besos que cuesta detenerlo.
Por eso nunca rompería un corazón
porque si algo he aprendido de ello
es que nunca, jamás hay razón
para destrozar algo tan bello.
Porque a mí me ha roto el interior
y aunque estaba roto antes de cogerlo
él mató las ganas y el valor
que hacían barrera para protegerlo.
Porque a mí me ha roto el corazón
y aunque eso ha tenido arreglo
hay asuntos que no
se arreglan ni con empeño.
Por ejemplo, el de mi alma,
que ha quedado fragmentada
tempestad precedida de calma
mente fútil y embriagada.
Por ejemplo, el de mis sueños,
Ya aunque torcidos píen los gorriones,
mi fuerza y todo mi empeño
ha quedado en lamentaciones.
