Te vistes a tientas, entre tinieblas,
por un caos malherido de carmín,
encuentras miseria en tierras que pueblas
y maldices el rico festín.
Te agarras a una luz cegadora,
a una herida abierta en el costal,
alzas tus armas, actitud salvadora:
vengarás el ambiente rural.
Aquellos que se han dejado explotar
y aquellos que aceptaron sin dignidad,
aquellos pobres a los que van a matar,
no conocen nada de humanidad.
Te venden que lo tuyo es suyo,
que existe el demonio en tu sien,
"repartimiento justo es miseria", te arguyo,
mientras al pobre le prometo un Edén.
Lo justo ya llegará allá arriba
donde todo es incierto,
donde nada es mentira,
lo justo llegará en tu último aliento
cuando te mate el dolor de esta herida.
