¿Diferente? Puede

Y todo comienza con otro deprimente día de sol. No me gusta que siempre este el sol y por aquí casi nunca llueve por lo que la mayor parte del tiempo suelo estar con ánimo plano tirando a tristón.

Soy Amy no tengo mucho que contar, salvo que no me gustan mucho los días soleados y tengo miedo a los bichos excepto las mariposas y por lo que se ve no soy muy risueña.

Ya se ,ya se, no tiene nada que ver con lo que empecé diciendo. Así que vuelvo a empezar.

Me levanté esta mañana con un frío como si hubiera aparecido en el polo norte. No es invierno sino primavera pero soy así de friolera o como dicen mis amigas exagerada. Me puse lo primero que encontré; unos vaqueros azules y una camiseta de un gato murciélago. Y ahora pensareis y ¿eso qué es eso de gato murciélago? Y yo os diré:
"Me encantan los gatos y los vampiros y todo ese ambiente fantástico oscuro, por lo que un gato vampiro es como la fusión perfecta; además es un regalo y viene de mi tienda de ropa favorita.
Soy un poco siniestra o eso comentan por ahí. Cogí mis converse, las que suelo atar siempre en el metro; la mochila, me lavé los dientes y salí corriendo de casa para meterme en el metro.

Llegué al instituto como si fuera totalmente desconocida para todos,tiré mi mochila sobre la mesa y me acerqué a Annie, mi mejor amiga y la única que suele entenderme.
Se pasan las clases rápido pero siempre se me hace eterno el tiempo que transcurro en ellas. Volví a casa con la misma parsimonia que siempre, es decir, ninguna y tiré todo encima de la cama. Mis padres no habían llegado asi que pude descansar y dormir un rato.

Soy insomne y conseguir dormir es algo bastante complicado salvo por el día, la cama me atrae más al parecer. Pero siempre hay algo que me perturba. A veces cuando cierro los ojos y me duermo sueño con un chico de piel blanca con el pelo negro y a media melena que me sonrie y me inspira algo extraño y mucha, mucha seguridad. Y luego me despierto y le echo de menos durante una centésima de segundo.