Annie, Annie, Annie...

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Subí a casa y sin que me oyese nadie, me metí en mi baño. Me quité la ropa mojada y me duché.

Salí con la bata y mi madre me interceptó en el pasillo.

-¿A dónde has ido?-dijo con cara de pocos amigos.

-Mamá he bajado un momento a despejarme la mente.

-Amy, está lloviendo y sé que este fin de semana ha estado un chico aquí.

Me quedé helada.

-No -dije lo más natural posible- no ha estado aquí nadie salvo Annie.

-Claro... No quiero que vuelva a subir ese chico hasta que no me lo presentes.- se escabuyó al salón.

¿Cómo sabía que había estado Caleb aquí? Se lo habrían contado porque fui cuidadosa colocando todo... ¡Mierda! Mi cama, esta tarde se recostó ahí. Pero ¿porqué no me lo había dicho antes?

Dejé de darle vueltas, me vestí, recoloqué el baño y me fui a la cama estaba muy cansada y me apetecía soñar con lo de hoy.

Habla Caleb:

Andé bajo la lluvia mordiéndome los labios. Había echo bien escapándome de casa.

Entré en casa sigilósamente, eché mi ropa a lavar y me puse los pantalones del pijama y me miré en el espejo de la entrada. En el hombro tenía una marca pequeña de un mordisco y en la espalda tenía un arañazo superficial. "Esto creo que cuenta como maltrato de género" pensé riéndome por lo bajo.

Me metí en la cama y caí redondó casi no tuve tiempo ni de pensar en dormir.

Esa noche soñe con sus palabras y con sus besos.

La mañana fue de todo menos agradable. Mi madre me levantó dando gritos porque se le habían quemado las tostadas y mi hermana no paraba de desordenar. Llegué tarde a clase y además tuve un encontronazo con el novio de una tonta de mi clase.

Por lo que se ve, voy por ahí mirando culos a chicas a todas horas. Y a Peter, casi lo mato por que estuvo todo el día empanado con algo.

-¡Peter joder despierta!- dije ya fuera de mi dándole un golpe en el hombro.

-Eh... ¿Qué?- dijo empanado.

-¿Qué te pasa?¿que estas en en la Tierra Media o qué?-dije intentando calmarme.

-No solo...- en su cara apareció una sonrisa tonta.- El sábado fue una pasada...

"Estaba drogado o qué" pensé para mi y luego caí en que este sábado había quedado con Annie por la noche.

-Annie...- dijo con una cara de atontado de esas que ves y solo te entran ganas de pegarle a ver sí despiertan.- Fue todo tan sangriento y romántico... Sincéramente con ella quiero crear una apocalipsis zombie está decidido.

Puse los ojos en blanco y le di una colleja a ver sí se despertaba de lo que fuera que estuviera pensando.

-Bueno ¿me lo vas a contar Adonis?- este me miró con la mirada perdida. Se sentó en el pollete de la ventana de dentro, puso los codos en sus rodillas y las manos bajo su barbilla.

-La recogí de casa de tu chica se metió en el coche y antes de dejarme decirla hola, ya me estaba dando un beso de esos pequeñitos que te dejan con ganas de más- dijo ejemplificando con los dedos, no le reconocía ese no era Peter. Quise montar una escena como la de Asno cuando ve a Fiona echa un ogro en la primera película.- nos fuimos a mi casa a ver una maratón de The walking dead. Y la verdad desde la segunda temporada me perdí. Nos dedicamos a comernos a besos y nos perdimos- le cambió el semblante por un momento- luego vino el subnormal de mi hermano y ¿cómo no? Tenía que sentarse en el sofá a intentar ligar con ella, con la escusa de que tienen la misma edad. Casi le arranco la cabeza ahí delante, pero Annie pasó de él y cuando la llevé a casa pagó con creces todo lo que me había echo enfadar el retra ese.-dijo poniendo su cara de empanado mental otra vez. - Yo creo que me caso con ella... Lo tengo a medio decidir.

Me reí  y la verdad, me alegró el día saber que podría molestarle todo el día y él ni se inmutaria de lo ensimismado que está.

-Hay Peter que mal estas- dije dándole unos golpecitos en el hombro. 

El resto del día transcurrió como cualquier otro estaba deseando llegar a casa y quedar con Amy. Me dijo por mensaje que tenía una sorpresa para mi. Dios siempre que me venía su nombre a la mente, me acordaba de este fin de semana y de el domingo por la noche y se me ponía la piel de gallina.

Habla Amy:

Estaba en clase con Annie pensando en la sorpresa. Tenía pensado ir a un restaurante ambientado en un barco pirata lleno de velas blancas y bueno hacer lo que él hace muchas veces.

Le llamé para contárselo y él accedió pero le dije que tenía que ir arreglado.

Annie estuvo poco espabilada porque obviamente estaba pensando en Peter.

Se acabaron las clases y dejé a Annie con Peter y yo me fuí con mi padre. La tarde fue tranquilita hice mis deberes y me preparé para salir. Decidí ponerme un vestido de flores blanco y azul palabra de honor y un chaleco vaquero y unas converse vaqueras. Cogí una mochila pequeña y metí todo lo que iba a necesitar para la noche.

Me fui hasta su casa andando con la música puesta.  Sonaban canciones sueltas; Let your heart decide, catch me de City Sleeps, mama de MCR, inocence de Avril Lavigne, Angels de Within Temptation ...

Llegué a su casa y su madre me abrió.

Me quedé perpleja solo de verla.

-Hola Amy ¿Qué tal estas?- me dijo dándome un abrazo y sonriendo.

-Bien... digo yo- solté una sonrisa nerviosa- ¿Y usted?

-No me llames así ni que fuera la abuela de Caleb- bromeó.

Caleb salió de la habitación y yo casi encharco el suelo de babas.

-Hola Amy- dijo sonriéndome y dándome un beso en la frente. "¿Cómo se podía ser así de guapo? Yo también quiero" pensé y me reí para mis adentros. Iba con una camiseta blanca y un chaleco negro y unos vaqueros azules con sus converse. Estaba deslumbrante y la verdad me sentí poco arreglada.

Se dió cuenta de que estaba embobada mirándole:

-¿Nos vamos?- dijo mirándome a mi y después a su madre.

- Eee claro, si... si claro- dije intentando desempanarme.

Me llevó hasta la puerta pero su hermana nos interceptó antes de que nos fueramos.

-¡Princesa azul!- gritó desde el pasillo antes de verme- ooh pareces una princesa de verdad...- dijo cuando nos alcanzó y se quedó mirándome como si fuera un fantasma.

-Hola Flox- dije con una sonrisa.

-¡Uy! espera que te falta una cosa- salió corriendo por donde vino.

La vuelta fue casi supersónica. Tenía en las manos sus pinzas de mariposas y me las puso en el semirecogido que me había echo.

-Ya esta, ahora pareces una princesa- dijo con una sonrisa enorme.

-Yo... gracias -sonreí tímidamente y me coloqué un mechón de pelo tras la oreja.

-Ahora si nos vamos- dijo Caleb abriendo la puerta.

Nos despedimos de las dos y nos fuimos. Según llegamos a el ascensor, me besó y yo me sentí en una nube.

-Te echaba de menos.

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora