Arde

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Era tarde y Amy me había despertado melosa; no me gusta que me despierten nada pero las ganas de matarla se fueron cuando metió sus manos bajo mi camiseta. Pensé " ¿Por qué no? Si quiere jugar a ver sí se quema, pues juguemos".

La levanté la barbilla para que me mirara. Y me sorprendió verla así en sus ojos estaba escrito que quería jugar y deseaba que jugase con ella y con esa mirada me metió dentro del juego sin necesitar decirlo. La sangre empezó a correrme más rapido e iba quemándome.

La besé con ferocidad mientras ponía mis manos en su espalda. Ella curvaba la espalda como un gato y a mi eso me hacía arder más. Dejó de besarme, se sentó encima mia y me metió las manos por la camiseta y empezó a subirla, me incorporé un poco y me quitó la camiseta. Y me volvió a besar con ferocidad mientras bajaba por mi cuello y mi pecho.

Mi cuerpo ardía, mi cabeza no pensaba y mi respiración casi era inexistente. Cada vez era todo más complicado; sus manos por mi cuerpo y sus besos. No podía parar de morderme el labio para no soltar algún que otro suspiro.

Ella volvió a subir y yo me senté con ella encima de la cama. La pegué a mi cuerpo y nos besamos; mis manos bajaron hasta su trasero y ella se retorció, de por lo que parecía placer.

Mis manos se colaron debajo de su camiseta acaricandola la espalda y el estómago. Ella rompió

el besó, en lo que yo aprobeché para besarla el cuello.

No paraba de retorcerse y soltar pequeños gemidos y eso me ponía más y más.

La quité la camiseta y esta cayó al suelo. La tumbé haciéndome espacio ente sus piernas, ella se rió entrecortádamente mientras me atraía con sus brazos a besarla.

Nos moríamos de calor; parecía verano más que otra cosa, sentía que cada vez que nos tocabamos nos quemabamos mútuamente.
Habla Amy:

Me sentía genial incluso atrapada entre su cuerpo. Nos besabamos como sí no fuera a haber mañana. Él bajó sus labios por mi cuerpo y yo no podía parar de retorcerme; era tan excitante y ver su espalda arquearse y dejar verse y sentir sus labios sobre mi... No podía, me moría sí paraba.

Subió a mi cuello y me lo mordió hasta que grité de puro gusto. Me puse las manos en la boca. Él subió a mirarme; tenía cara de entre preocupación y sus ojos transmitían excitación por todas partes.

-¿Estas bien?- dijo con la voz entrecortada y algo ronco.

-Si- dije sonriendo y mordiendome el labio mientras le arañaba un poco la espalda.

A esto él respondió mordiéndose el labio y besándome otra vez.

Me cogió de las piernas y me pegó más a él y yo me sorprendí de lo caliente que estaba y eso me hizo desear aplicarle el tercer grado.

-Cambiemos de postura- dije entre beso y beso.

-Quedémonos así. Así te veo mejor- dijo sonriendo entre mis labios y no me resistí a ello.

Pasaba las llemas de sus dedos suavemente por todo mi cuerpo y yo no podía parar de retorcerme.

Él se acercó mucho más a mi y aprobeché para llevar a cabo lo que había pensado. Comencé a mober mi cintura en circulos y el paró de besarme se quedó estático.

-Amy... - dijo mi nombre como una especie de gemido- no juegues sucio- dijo en un susurro.

-Quiero jugar sucio-dije modiéndole el labio - y quiero jugar contigo.

Este se separó de mi y me miró.

Su semblante había cambiado; seguía excitado pero me miraba con amor. Me cogió una mejilla y me besó despacio y se me derritió el corazón. Lo abracé contra mi; este después del beso, cayó encima de mi hombro y me acarició los costados y el estómago yo le acaricié el pelo.

-¿Por qué me has despertado?-me preguntó mientras escribía su nombre en mi estómago.

-Pues la verdad, quería despertarte contento- me reí como una tonta al notar que subía a mi pecho y escribía su nombre otra vez.- ¿Y tú por qué estás escribiendo tu nombre en mi cuerpo?

Sonrió y me dejó sin respuesta hasta que se incorporó y apoyaba su cabeza en su mano; me miraba y escribía una "C" en mis labios.

-Para acordarme de donde he pasado y no perderme cuando vuelva.

Me empecé a reir y él se me unió y cuando no estaba atenta me robo un beso dulce y con algún rastro de excitación pero no se avivó. Se escabulló de este y me saltó por encima.

- Si no te importa tengo que ir al baño a arreglar esto.-dijo el saliendo por la puerta, sabía a que se refería y me reí por lo bajo como una loca. Me puse a buscar una camiseta y me puse la primera que encontré y me recosté mirando a la pared con intención de dormir.

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora