Te echaré de menos

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Le correspondí al beso y me pegué más a él y él me pasó un brazo por la cintura para ayudarme a moverme.

Nos besamos lenta y cuidadosamente para no dejar ni un ápice de nuestros labios sin besar. No sé cuando paso pero escurrí mis manos por debajo de su camiseta haciendole eses en la espalda. Él se puso a reir y yo me quede con cara de interrogación.

-¿Qué pasa?- dije con una sonrisa pero confusa.

-Que me haces cosquillas jajaja- y me besó con efusividad.

Metió sus manos por debajo de mi camiseta para hacerme cosquillas. Me hizo tantas que me caí de la cama.

-Jajajaja ¡estúpido!- dije sentándome en la alfombra.

-¿Qué has dicho?- dijo levantandose de la cama y sentandose detrás mia agarrandome con las piernas la cintura para hacerme cosquillas.

-Jajaja ya para jajajaja ¡por favor! jajaja- dije retorciéndome todo lo que podía y más.

-A cambio quiero algo- dijo ensañándose más.

-Jajaja lo que quieras pero sueltame.

-Okey, echo- paró de hacerme cosquillas pero sin soltarme.- Quiero que me escuches pero no puedes contradecirme ni ahora ni después. ¿Trato?

-Vale.

Se acercó a mi oido y comenzó ha hablar en susurros.

-Te quiero- se me erizo la piel y me corrió un escalofrío por la espalda- sabes ahora cuando te has caido y cuando te has retorcido antes para que parara ha sido uno de los momentos en los que más te he querido; ¿y sabes una cosa? me gusta verte despeluchada es uno de los momentos en los que más guapa estás y por eso eres la luz de mis sueños.

Terminó y soltó sus piernas de mi cintura y las dejó paralelas a las mias. Yo me dí la vuelta y le besé con ganas pero despacio. El se apoyó con los brazos en el suelo y yo seguí besandole. Se separó de mi al rato y me dijo que sería mejor irnos a dormir que el día de mañana sería largo.

Me levanté y me metí dentro y el se metió después y esta vez no nos costó encontrar la postura.
Habla Caleb:

Amanecí con Amy  entre mis brazos. Me mordí el labio porque se la veía tan tranquila que quería levantarla de una manera que dudo que la hayan levantado pero me acordé de que no tenía los dientes limpios. Me imaginé a Morfeo en Matrix intentando huir de las balas cuando intenté deshacerme de Amy sin despertarla, pero lo conseguí. Me fui al baño, me lave los dientes, trastee un poco más en el baño y salí para despertar a Amy, pero cuando llegué a la habitación ella ya no estaba.

-¿Me buscabas?- la escuché decir con un tono tentador.

Me di la vuelta y antes de poder reaccionar tenía a Amy cogiendome de la cintura y besandome. Su besó fue de deseo puro. La seguí el beso y la puse una mano abierta en la mitad de la espalda y otra en la barbilla.

De repente paró y me miro con una sonrisa de ángel y dijo:

-Buenos días.- me dijo con un tono dulce y se fue.

Me quedé ahí, a medias y descompuesto. "¿Cómo se puede ser una fiera y en un segundo convertirse en lo más dulce del mundo?" pensé e intenté espabilarme y después de mucho cavilar, decidí que me encantaba eso de ella.

La busqué por la casa y la encontré con un té en la mano sentada encima de la encimera de la cocina.

-Te quiero y te odio ahora mismo ¿lo sabes?- le dije con una sonrisa mientras le robaba el té de las manos para probarlo.

-Si, la verdad me lo suponía pero la verdad es que te ha gustado y así no te han levantado nunca seguro -dijo riendose mientras me intentaba robar el té otra vez.

- A a a no, ahora es mio. Sí quieres calentar te calientas otro.- dije terminandomelo de un solo trago.

- Eres retrasado ¿lo sabías?- dijo pellizcándome en las cotillas.

- Si y a mucha honra, princesa- le dije dandola un beso en la frente.

Me fui al salón a recoger lo de la cena de ayer; ella se hizo otro té mientras limpiaba lo que le traía.

Se volvíó a sentar en la encimera y se lo tomó con tranquilidad. Me senté en una silla de la cocina y estuvimos hablando hasta que terminó. Dejó el vaso en la pila y yo me acerqué a ella para abrazarla antes de que se bajara.

La besé en el hombró y ella me apretó fuerte estuvimos así bastante rato hasta que la dio algo y se dedicó a besarme con fugaces besos desde el hombro pasando por el cuello y acabar por mi cara. Comencé a reir y a pellizcarla las costillas flojito.

-Venga, ya, para jajajaja- se rió ella.

-¿Y sí no quiero?- dije yo retandola.

-Pues no te suelto- se encanchó con sus piernas alrededor de mi cintura.

-Pues sí no me sueltas, te beso- dije poniendo cara de indignación.

- No serás capaz- dijo con una voz retadora y una sonrisa.

Me abalancé hacía sus labios y la besé hasta que tuve que parar para dejarla respirar.

- No es muy molesto ¿sabes?- dijo Amy jadeando en busca de aire.

-¿ Aa sí? Pues ya verás.- la volví a besar y puse mis manos en su trasero para atraerla a mi. Una vez ya la tuve cerca, subí una mano a su cuello. La seguí besando desesperadamente y la mano que tenía en su trasero la deslicé por centro de su camiseta y la acaricié la espalda y la volví a apretar contra mi. Ella profirió un pequeño gemido mientras se separaba de mi boca yo lo aprobeché para besarla el cuello; ella escurrió sus dedos en mi pelo y su respiración empezó a entrecortarse más pero justo cuando pensé en cogerla y llevarmela sonó el teléfono. Ella dejó de respirar y se puso blanca yo caí un poco encima de ella.

-¿De verás tienes que cogerlo?- dije casi con un tono de súplica.

- Sí puede que sean mis padres- dijo todavía respirando con irregularidad.

Me quité de encima y ella se bajó de la encimera; me senté en una silla para recobrar aliento e intentar bajarme el calentón.

Se tiró media hora hablando, así que me dio tiempo de sobra a todo; me fuí a la habitación y me cambié. Me quité la camiseta para refrescarme un poco porque todavía seguía acalorado; me puse ha hacer la cama cuando noté las manos de Amy subir por mi espalda, esto hizo que se me erizara el pelo de todo el cuerpo.

-¿Te tienes que ir ya?-me dijo mientras me besaba la espalda.

-Sí mi madre debe de preguntarse dónde estoy.

-Jo, no quiero que te vayas- dijo poniendo cara de puchero y poniendo voz de súplica.

- Lo sé, ni yo tampoco- dijedandome la vuelta para abrazarla y acariciarla el pelo.

Me dio varios besos en el pecho y yo se los daba en la  cabeza.

Acabó despegandose de mi y me dio un beso cálido y dulce y me acarició la cara.

-Anda vete- me dijo con una sonrisa melancólica.- Sí puedes, quedaté a dormir esta noche ¿vale?- dijo mientras yo cogía mi camiseta, me la ponía y cogía todo lo que me quedaba por ponerme.

Me acompañó a la puerta y nos dimos un beso corto de despedida al que luego le añadí un beso en el puente de la nariz. Y la dejé ahí en pijama con el pelo revuelto y yo sin ganas de irme.

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora