¿Eres preciosa lo sabes?

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Dios que noche; llegué a casa y saludé a mi padre que estaba en la cocina.

-Estoy en casa.

-Vale- dijo mi padre con indiferencia.

Me metí en la habitacion y abrí la ventana para sacar la cabeza, estaba ardiendo por dentro. Al ver que no me relajaba, decidí ducharme con agua ardiendo para relajarme. Y funcionó. Me puse una película y me metí en la cama pero no hice caso a la película, solo podía pensar en qué y cómo había pasado. Nunca me había puesto así con Caleb, ¿por qué ahora me provoca esto? De tanto pensar decidí cerrar los ojos e intentar dormir; los primeros diez minutos no fue muy efectivo pero al poco de esos minutos conseguí pegar ojo.
Habla Caleb:

Me estaba quemando vivo; todo lo que me apetecía era irrumpir en su habitación y continuar lo que no acabamos en mi casa, pero poco a poco, al imaginar me vino a la mente su padre y la verdad preferí dejar de pensar en eso de colarme en su casa, era más "saludable"

Según entre en casa, me di una ducha de agua templada; al principio pero luego cambie a ardiendo porque me estaba helando. Necesitaba hablar con alguien y sabía con quien.

Cogí el móvil y marqué:

-¿Diga?- dijo una voz femenina.

-Perdone ¿es el número de Peter?

-Sí; perdona ¿eres Caleb?

-Sí por qué pre... ¿Annie?- dije muy extrañado.

-Sí soy yo jajaja.

-¿Qué haces con el móvil de Peter?

-Es que se esta duchando y me ha dejado a cargo de él.

-Anda, bueno pues nada gracias dile que me llame mañana

-Echo, bueno adiós Caleb- creo que lo dijo con una sonrisa en la cara.

Ya solo quedaba yo para pensar, pero preferí pensar que fue porque llevabamos mucho sin vernos.
Habla Amy:

Pasó una semana y seguimos con nuestras bromas, procurabamos no pegarnos demasiado por sí saltaban chispas. Se nos pasó volando el verano y tuvimos que volver a clases.

La mayor parte de los días venían él y Peter a buscarnos, porque Annie estaba de un rollo raro con Peter y Peter se moría por sus huesos así que ya que estaban nos recogía a todos.

El verano pasó y llegó otoño. Mis padres y mi hermano se fueron a la casa de la playa un puente y  yo me quedé para estudiar y hacer un trabajo con Annie. Bachillerato ya no era un juego de niños, aunque aprobeché tener la casa sola para traerme a Caleb.

La tarde del día que ellos se fueron me lo traje para que me ayudara con el trabajo.

-Amy, espera ¿estas segura de que la glovalización va de eso?

-Si ¿no? Lo pone en
"The economist"- dije yo como si fuera un argumento de peso; estabamos en el salón en la mesa grande porque en mi habitación no era tan cómodo.
-Vale, vale ponlo.

Estuvimos peleando por esto y aquello hasta que me cansé de seguir intentando hacer el dichoso trabajo.

-Ya no puedo más, que le den al trabajo- dije mientras me levantaba para desadormecer mis piernas.

-Bien, así puedo hacer esto-Caleb me cogió de la muñeca y me sentó encima de él, me puso una mano en el cuello y me miró durante unos segundos a los ojos antes de abrazarme y darme un beso en la frente.

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora