No, por favor, no

49 2 1
                                    

Me vestí y bajé la basura. Me dediqué la gran parte de el día a vaguear y a recoger la casa.

Annie llegó a la hora de comer y comimos juntas algo que encontramos por la cocina y de repente me lo soltó.

-Amy... estoy con Peter.- dijo mientras esbozaba una sonrisa.

-¿De veras?¡ Me alegro por ti!- dije asombrada y feliz por ella.

Ella no paraba de sonreir; me había dado cuenta pero pensé que era por otra cosa.

-¡Cuéntame! No me dejes a secas- dije poniendo morritos y dándola un golpe en la mano.

- Vale, vale.

Me empezó a contar la historia. Al parecer, después de nuestra quedada, quedaron para dar una vuelta por el barrio de él. Se lo pasaron genial, por lo que me contó; él intentó hacerse el interesante pero siempre que lo intentaba le acababa saliendo mal y eso a Annie le gustó mucho porque luego se rascaba la cabeza y le ponía unos ojos de redención y una sonrisa que la volvieron loca; esa tarde Annie decidió que le gustaba mucho. Siguieron quedando y una tarde Peter se atrevió a besarla.

-Dios el día que me besó, fue de todo menos malo. Nos estabamos despidiendo en la puerta de mi casa y de repente me dijo "Quería preguntarte una cosa" y yo dije "¿qué?" se me acercó, me besó, un beso corto pero dulce y me dijo "¿te ha gustado?" me quedé patidifusa y sin venir a cuento me dí la vuelta y me fui a casa- se empezó a reir de vergüenza.

Siguió contandome la historia; parece que Peter, en cuanto ella subió, la mandó un mensaje diciéndola que sí quería volver a verle y disculpándose por el beso. Ella lo llamó y le dijo que era tonta y cosas que siempre dice cuando se equivoca. A las semanas, siguieron en ese plan beso por ahí beso por allá y Peter se fue con Caleb a su casa de campo y había vuelto casi a la par que yo. Fueron al cine y al parque, incluso de compras para Annie y Peter se ofreció ha hacerle de perchero y hasta se metió en uno de los provadores con ella y no precísamente para ver qué tal le quedaba la ropa, aunque no llego a más que a unos besos desordenados.

Cuando me contaba esa parte, se ponía roja como sí se hubiese quemado la cara entera. Hasta que me contó cómo la pidió salir.

-¿Y cómo te pidió salir?- la pregunté para llegar al grano del tema.

-Pues es un poco tonto, pero bueno...- cogió aire y comenzó- estabamos en el restaurante de los juegos del hambre. Nos sentamos donde siempre con mi Katniss- y se llevó las manos al corazón y yo me reí de lo melodramática que era.- me pedí un batido y me tiró dentro de la copa ,mientras no miraba, la medalla del sinsajo que lleva Katniss y cuando lo vi casi me muero de la alegría; le miré, le pregunté que sí lo había puesto él; se sentó a mi lado, me cogió la medalla, me la puso en la sudadera y me dijo "Si porque quiero ser el Peter Mellark en tu historia de horror"; me entraron ganas de abrir la puerta de mi casa e irme pero estaba arrinconada y mi casa ya sabes que queda lejos- y se rió tan sonóramente que consiguió que yo me uniese a ella.

-Deja de reir y dime qué hiciste- dije risueña.

-Pues lo segundo que se me ocurrió, besarle tan fuerte y largo hasta intentar matarlo de amor jajajaja. Y bueno hasta el momento la cosa va así jajajajaja.

Nos reimos muchísimo; me alegraba de veras por ella, es más era su primer novio que no fuera de un libro o de una película así que más aun; es más sí fuera un chico me hubiera casado con ella hace mucho tiempo.

Recogímos la cocina y nos pusimos con el trabajo; conseguimos acabarlo a las 6:30 y Annie y yo nos pusimos una película para no aburrirnos.

A mitad de la película recibí un mensaje de Caleb:

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora