Flox estoy triste

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Comencé a bajar sus pantalones hasta que desaparecieron junto con las camisetas y los mios. Se apoyó contra mi y pude notar cuan excitado estaba y eso a mi me trajo los mil males. El corazón se me disparó, la sangre se volvío lava y mi cuerpo tenía sed de él.

Nos miramos y debíamos tener la misma mirada porque en menos de un segundo nos besamos con lujuria y no dejamos de gemir por lo bajo entre nuestros labios por la excitación del otro. Metió su mano por mi espalda en busca del broche se mi sujetador y cuando iba a desabrocharlo sonó mi móvil.

-Ignoralo- dije entre su boca y mis gemidos.

-Ya quisiera- dijo rompiendo mi beso y pegandose a mi en todos los aspectos cogio el móvil y me lo pasó.

-Tu padre- dijo mientras le subia un escalofrío por la columna y se mordía el labio por rozar lo suyo con lo mio - acaba pronto o te aseguro que tendré que hacerlo contigo al teléfono- comentó deseoso pero gracioso.

Hablé con mi padre y mientras tanto el masoquista de Caleb me besaba el cuello, hasta que me puse blanca. Mis padres volvían en una hora por un percance con una de mis abuelas. Tenía que deshacerme de Caleb.

-¿Que pasa, Amy?- dijo Caleb preocupado cuando me quedé blanca.

-Mis padres vuelven en una hora.

Caleb se quitó de encima de mi e intentó salir de la cama.

- ¡Hey! Dejame salir princesa tenemos que recoger y tengo que irme por lo menos 10 min antes para que no me pillen saliendo de tu casa.

-No te voy a dejar a medias otra vez, no me parece justo.

-¿De veras ahora quieres hacerlo?- me miró incrédulo.

-No da tiempo pero hay cosas que tardan menos.-dije bajando mi mano.

Le volvió la mirada de deseo y me besó mientras yo hacía de las mias.

El acabó y se recostó mientras me intentaba levantar para limpiarme un poco. Volví a la cama y me abrazó por la espalda y me susurró a la nuca:

-Te amo y sabes ¿por qué?

-Pues no lo sé dime- dije con curiosidad y con la voz aterciopelada.

-Porque tu ojos son lo más bonito que quiero ver, tu cuerpo tiene curvas en las que me quiero perder siempre que pueda, tu cabeza me atrae por lo que eres y como piensas, y tu corazón porque me quiere y tu nariz cuando se arruga y cando me abrazas, y te diría mil y una cosas más pero no hay tiempo suficiente.- me dijo recorriendo un dedo desde mi nuca hasta mi rabadilla repetídas veces.

Me giré y le besé y esté me abrazó y me besó con dulzura y amor.

Me levanté y me puse mi camiseta. Y tiré del brazo de Caleb.

-Venga vamos no vaya a ser que me pillen y me encierren de por vida.

-Mmm ¿y sí me quedo a vivir?- dijo remoloneando.

-Pues tendrías que aguantar a mi padre y mi madre y a el monstruo.

-Vale, vale, ya me levanto.

Se levantó deprisa y me cogió en brazos y me mordió la oreja.

-¡Ay!- dije riendo y pellizcándole la nuca y la espalda.

Me soltó en la encimera de la cocina y me dijo:

-Hoy preparo algo para desayunar tu quedate ahí.

Se puso a trastear buscando todo y al final comimos unas tortitas de por la noche y una taza de chocolate caliente.

Terminamos y me puse a limpiar los platos y él fue a vestirse y ha hacer la cama. Me puse unos pantalones y le acompañe hasta abajo. Nos despedimos y me costó dejarle ir.

Habla Caleb:

Me fui sin ganas a casa me quedaría ahí por siempre .Volví recordando por donde había pasado, por donde había escrito mi nombre. Besándola acariciándola, abrazándola viéndola con mi camiseta despeinada y divertida.

La echaba de menos, me moría por ella y ahora estaba lejos de mi.

No la queria lejos, no. Se me hizo insoportable el resto del día; ni aun jugando con Flox salía Amy de mi mente. La llamé esa noche, necesitaba escucharla; hablamos de lo que habíamos echo durante todo el dia y de cualquier cosa. Y por la noche mi madre me dijo de hablar.

Nos fuimos a la mesa del comedor y sin ningún tipo de mira me dijo:

-¿Eres virgen?- dijo neutral.

-¡Mamá!- dije poniéndome de todos los colores.

- Es una pregunta totalmente normal y quiero saberlo además me lo debes por estas dos noches.

- Si mamá, si ¿vale?- dije algo borde.

- Bien entonces si has pasado en casa de tu novia ¿no?

Me pillo por sorpresa y contesté demasiado tarde, ya se lo había confirmado.

-No

-Ya ...

-¿Ella es virgen?- dijo con un poco más de seriedad.

- Si- dije algo enfurruñado.- Mamá soy mayor de edad estas cosas ya no deberías preguntarlas.

-Si debo Caleb sigues viviendo aquí y además sigues siendo mi hijo. ¿ No habeis hecho nada ?

-No mamá solo hemos visto películas y dormir.

-¿Juntos?- pregunto inquisitiva.

Me estaba sacando de quicio.

-Si. No hemos echo más de lo que se salga de relación de pareja normal; como sí estuvieramos en la calle.- totalmente mentira en grandes rasgos pero no podía comentarle lo pasado.

-A partir de ahora quiero que lleves protección, no quiero tener disgustos ¿entendiste?- dijo mi madre más abierta y con una cara más tranquilizadora.

-No vamos ha hacer nada.

-Hazlo.

-Que si ,vale.

Se levantó y se fue al sofá, me despedí de ella y me fui a mi habitación a ponerme música y a mirar fotos en general. Apareció la canción de Disenchanted de MCR.

La echaba de menos. Pensé en escaparme mientras todos dormían y irme hasta su casa y buscarla. Las fotos se me hacían tan pesadas que pensé que seguir viéndolas podría matarme. Me levanté de la cama y me fui a la habitación de Flox. Esta estaba despierta jugando con sus muñecas dentro de la cama.

-Floxy.

-Hola bicho.

-¿Puedo tumbarme contigo?

-Bueno vale.-dijo arrastrando las palabras sin gana.

Me metí entre las sabanas y me tumbé.

-Flox estoy triste.

-¿Qué te pasa?

-¿Te cuento una historia para contartelo- dije después de pensar un rato en cómo decirselo.

-¡Si!- dijo ella tumbandose y cogiendo a Bola de pelo.

- Pues mira erase una vez...

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora