Las estrellas no se pueden contar con los dedos

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Llegó mañana y el día siguente y el siguiente.

Quedamos todos los días y cada día fue diferente, era todo tan nuevo que casi parecía que se habían juntado todas las novelas, canciones y poemas románticos haciendo que recopilasemos una lluvia de ideas por hacer pero sin querer.

Un día nos daba por comer helado y mancharnos y otro nos daba por sacarnos fotos haciendo las peores fotos nunca sacadas por el hombre. No parabamos de besarnos y jugar y contarnos tantas cosas como supieramos sobre nosotros.

Era realmente feliz junto a ella.

Recuerdo uno de mis momentos favoritos con ella.

Era muy tarde serían las 12 de la noche, me dijo que la esperara fuera de su portal; me dijo que sus padres se habían ido a una boda y que no volverían la mañana siguiente porque la boda era a cuatro horas desde su casa y se había quedado sola con su hermano. La esperé durante 10 minutos a ver si bajaba, cuando me disponía a irme, bajó ella con una camiseta de nirvana negra y unos pantalones cortos de deporte rosas ,con una coleta alta y unas chanclas. Me besó, me cogió del brazo y me metió dentro del portal. No me dijo nada más salvo que debía entrar en silencio y sin hacer mucho ruido que su hermano estaba durmiendo. Entramos como pudimos sin mover unos cascabeles que tenían encima de la puerta de casa y me llevó hasta una amplia terraza. En el suelo había una manta enorme de pelo sintético blanco con varios cogines enormes desperdigados por encima y pequeñas velas alrededor blancas.

Me dejó ahí miemtras iba a hacer unas cosas las cuales no me dijo. Yo me quedé observando el lugar y era realmente bonito pero no sabía que quería que hiciese, no llevabamos más que escaso mes y medio en este plan y lo veía precipitado para lo que estaba pensando.

Volvió con una bandeja con dos vasos de cristal con leche y un brick de lo mismo y dos paquetes de galletas de chocolate.

-Bienvenido a una cenadesayuno bajo las estrellas- dijo sonriendo.

Me rei y se me pasó la angustia de el no saber qué hacer. Nos sentamos en la manta y nos pusimos a comer; era muy rara, las galletas las separaba por las tapas y se las comía como una oreo y las mojaba en la leche.

Casi acabamos con los dos paquetes de galletas y el brick de leche.

Apagamos las velas, nos tumbamos y ella se recostó en mi hombro y me pasó un brazo por encima de la tripa; esa noche no hacía calor es más corría el aire. Estuvimos hablando hasta las tantas cuando en una de esas pregunté a Amy pero no me contestó se había quedado dormida. Pensé en irme pero me apetecía dormir con ella, así que me puse una alarma a las 8 y nos arropé con la manta. La quité de mi hombro y la recosté a mi lado ella se puso en posición fetal cogiendo uno de los cogínes que había. Me quedé mirandola cómo dormía, parecía tan extremadamente bella que me hubiera jugado mi colección de pelis del señor de los anillos a que era una elfa y que permanecería así eternamente.

Me acabó venciendo el sueño. Me levanté y la tenía acurrucada entre mis brazos dandome la espalda no me apetecía levantarme pero tenía que irme. Cogí mis cosas, llevé la bandeja a la cocina y la besé antes de irme.

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora