Cuando el viento cambia

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Habla Caleb

- Miau .Miau

Y los dos despertamos de nuestra mirada y vimos a un gatito negro de ojos azules sollozando. Amy lo cogió sin pensar y lo acunó.

- Dime pequeño ¿por qué lloras?

El gato se acurrucó en sus brazos y silenció su sollozo y yo sentí como me derretía al verla.

Estuvimos toda la tarde riendonos y jugando con el gatito.

Y yo me iba sintiendo más vulnerable a sus sonrisas.

Ella se tiró al suelo y levantó al gato por los aires haciendolo volar de mentira pero se le escurrió y el gato saltó a mi camiseta. Ella se dió la vuelta, se levantó y fue a coger el gato. Estuvo tan cerca de mi que casi la robo un beso y lo peor vino cuando me miró directamente a los ojos. La quería conmigo.

Habla Amy:

Me acerqué demasiado a Caleb, quería acariciarle la mejilla y abrazarme a el pero solo pude mirarle a los ojos y mi corazón se disparó el gatito vió a su madre y se deshizo de mi dejandome un arañazo en la clavícula. Me deshice de los ojos de Caleb por mirarme la herida; no era nada pero dolía un poco.

Sin darme cuenta Caleb se hacercó y me prenguntó:

-¿Estas bien? ¿Quieres volver a casa a curarte?

- No de veras estoy bien- le dije mirandole.

Y por un momento me olvidé de lo que no debía hacer y le acaricié la mejilla hasta llegar a su mandíbula y cuando me di cuenta de lo que había echo me sonrojé y me separé de él empezando hablar de lo primero que se me pasó por la cabeza.

- Y bueno qué tal llevas periodismo ¿no tendrías que estudiar hoy o algo?- dije mirando al suelo y colocandome el pelo detrás de la oreja.

Habla Caleb:

Cuando me tocó, me sentí con fuerzas de todo pero cuando alejó su mano me quedé sin aliento porque se había ido y la escuché preguntar.

- Pues la verdad es que no, no tengo nada por estudiar y me va bien creo que me especializaré en fotografía.

Quería tocarla el pelo y enredarlo entre mis dedos. Pero me resigné a solo preguntarla.

- Y tú ¿qué tal llevas letras?

- Las llevo bien pero no consigo decidir qué quiero hacer.

La miré y me di cuenta de que bajo el sol su pelo cobraba matices anaranjados.

Seguimos hablando sobre el instituto y la universidad hasta que se nos hizo tarde me levante y la ayudé a levantarse. Salímos de la jaula del sauce y nos fuimos andando y hablando entre risas lo que quedó de camino hasta el punto de partida. Sentí que me moriría si se iba, así que la abracé y fue correspondido. Su cabeza se apoyó en mi hombro y mis brazos la envolvieron por la espalda y sus brazos me envolvieron a mi por la espalda pude oler su pelo, su piel y lo peor era que no quería separarme de ella.

Habla Amy:

Reconocí ese olor, su piel me atraía a él; era el olor del sueño, era su pelo, era su cuerpo, lo era, era él.

Me separé, le miré, le acaricié la mejilla y la nariz, el me acarició la cara con una mano y con su dedo gordo me acarició por debajo de los ojos como si estuviera quitandome una lágrima; nos miramos y se me erizó la piel. Y me vino a la mente mi terror a querer a alguien y me deshice de su abrazo le besé en la mejilla y me fui sin explicaciones, le dejé ahí supongo que con cara de asombro.

Eché a andar y no me siguió nadie es más oia pasos alejarse, pero sentía que estaba haciendo algo mal y sabía el que. Me giré, corrí hasta el, le paré y sin dejarle hablar le planté un beso en los labios. Un beso deseoso y cálido que fue correspondido por él.

Seguimos besandonos hasta que paró para respirar y entre mis labios dijo:

-Llevaba toda la tarde queriendote tocar y me llevo una sorpresa mayor- sonrió mientras abría sus ojos para mirarme.

Me puse a reir mirandole y el me calló con un beso dulce mientras colocaba uno se sus brazos en mi cintura y me acercaba a él y subía una mano a mi cabeza para enredar sus dedos en mi pelo. Me deshizo ahí entre sus brazos.

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora