Lluvia que cae ...

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Me fui con mi música y eché a andar hacia donde mis pies me quisieran llevar. Nunca me marco un rumbo me parece muy calculado.

Ese día amaneció soleado pero se estaba empezando a nublar y yo me alegré esperaba ansiosa a que lloviera. La lluvia era mi segunda mejor amiga, cuando estaba triste me hacía expulsarlo todo, cuando estaba eufórica o enfadada me relajaba y su olor me encandilaba. Vivo en una ciudad por lo que el olor no suele ser tan dulce como el del campo pero me gusta aun así.

Siempre que llueve me gusta caminar por debajo y mojarme me hace sentir viva, especial, enormemente especial.

Seguí andando pero me paré al ver que el sitio en el que estaba me sonaba pero no lo tenía claro así que me volví sobre mis pasos y busqué otro camino pero no pude; vi algo totalmente fascinante me recordaba a el señor de los anillos. Eran dos bloques de viviendas de como mucho cinco pisos separados por una carretera, la cual no tenía ni un coche ni pasaba ninguno por ahí y a los lados de esta carretera crecían árboles tan altos como los bloques y los árboles se unían como abrazandose haciendo el lugar sombrío pero con una apariencia encantada. Ni lo pensé me fui por ahí.

Me sentía como una ninfa con converse, una chupa negra, un gersey negro con unos pantalones blancos. Era extremadamente fantástico a mi parecer que no podía dejar de mirar a todos lados, solo podía pensar en " Ojalá supiera pintar para guardarte conmigo".Se que existen las fotos pero no captarían la belleza de ese lugar. Estaba tan distraida que no me fijé en que se me había parado la música y que alguien me estaba llamando a lo lejos.

Me asusté cuando noté una mano encima de mi hombro y me giré tan rápido que casi me caigo pero esa persona me había cogido por la cintura para con caerme.

-Perdona de veras que siento haberte asustado, no quería yo ...-dijo el chico mientras me reincorporaba y me alejaba de su agarre.

-No, no pasa nada, ha sido culpa mia iba distraida y no te he escuchado- dije, todavía no me había parado a mirarle, pero su voz se notaba preocupada.

El seguía disculpandose y cuando me fije en el casi me vuelvo a caer. Me quedé muda y el color empezó a abandonar mi cara.

¡Se parecía!

-¿Te pasa algo? ¿te encuentras bien ?

No paraba de hablar estaba nervioso y preocupado, su pelo era negro a media melena y cuidado con flequillo le tapaba un ojo pero aun así podía apartarselo, su piel era rosacea, sus ojos eran preciosos eran de color verde grisaceo, sus labios eran pequeños y poco gruesos, su nariz era recta y con pecas pero casi no se distinguían de su piel.

Me entraron ganas de tocarle la nariz pero como pude me espabilé e intenté que el pobre chaval dejara de sufrir.

- Si estoy bien es solo que se me ha venido una cosa a la cabeza que se me ha olvidado hacer- dije sonriendo e intentando poner un tono de voz lo más cercano al normal.

El chaval se relajó y me sonrió. Pude haberme muerto en ese instante y ser feliz para el resto de mi vida esa sonrisa tímida y conformista con una pizca de alivio.

- Y bueno, ¿por qué me llamabas?- dije.

- Es que te me habías puesto en medio y ahora estaba sacando fotos para luego subir a dibujar y cuando te has dado la vuelta te saqué una foto sin querer y quería saber si me dabas permiso para utilizarla.

Me quede extrañada de que me preguntase eso, podía haberla tomado y haber pasado de mi.

- Mmm si claro puedes utilizarla.No tengo problema- dije sonriendo.

-Y también quería preguntarte otra cosa.-dijo algo vergonzoso, pero animado- ¿Cómo te llamas?

-Soy Amy,¿y tú?

-Caleb.

Me quedé hablando con el todo lo que pude exprimir el tiempo que me quedaba antes de volver a casa me contó que tenía los 18 y le encantaba dibujar y fotografiar estaba estudiando la carrera de periodismo. Yo le conté que tenía los 16 y que estaba en el cuarto de letras y música y que no sabía que hacer al año siguiente. Nos reimos y contamos muchas cosas hasta que de repente:

-¿Te importa si te saco otra foto? es que la otra no se si habrá quedado bien.

Me sonrió y yo accedí. Le sonreí y sacó la foto.

Cuando me tuve que ir, le pedí su número para hablar con él y me lo dio y yo se lo di a él. Según me iba a casa me puse una canción You are beautiful de James Blunt y comenzo a llover y con la lluvia mi sonrisa floreció ,empecé a bailar y a cantar esa canción y a flotar por la lluvia.

¿Diferente? PuedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora