Cuanta desgracia en un dia

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-Bueno resulta ser que unos paparazzis tomaron unas fotos tuyas y de Dominic Harrison en un café, el problema es que es la noticia de la semana y no sabemos si la podremos publicar o nos van a ganar otras revistas

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-Bueno resulta ser que unos paparazzis tomaron unas fotos tuyas y de Dominic Harrison en un café, el problema es que es la noticia de la semana y no sabemos si la podremos publicar o nos van a ganar otras revistas.- Responde Luisa con un sonrisa.

Mi mente entro en pánico, ¿cuantas cosas más me pueden pasar en este día? Lo primero que se me ocurrió fue entrar a mi oficina y llamar a Lena mi mejor amiga y mejor consejera.

- Kat he visto lo que ha pasado, y estoy subiendo por el ascensor. -Me dice.

- Ok, de verdad te necesito. - Le digo angustiada. Y cuelgo el teléfono.

Llama a Luisa para informarle que deje pasar de una vez a Lena.

Mi puerta se abre y pude presenciar a mi amiga entrando con su gran estilo al caminar y su bella ropa.

- !Oh Kat! – Me dice con tristeza. Y me abraza.

-¿Por qué todos me están diciendo Kat?- Digo un poco molesta.

- ¿Qué fue lo que paso? -Me pregunta Lena.

-Bueno resulta ser que Dominic es mi nuevo vecino, y anoche me altero saber tremenda noticia así que decidí tomarme unas copas de vino. Amanecí con resaca y cuando ya estaba en el elevador Dom entro, cuando estaba bajando se dañó el ascensor, duramos una hora atrapados. Cuando estábamos atrapados me di cuenta que mi celular estaba apagado y que había dejado las llaves de mi carro por estar de apresurada, entonces Dom se ofreció a llevarme y fuimos a comprar café y aún tengo la resaca y una reunión muy importante.

Lena quedo en shock y comenzó a analizar la situación.

-Ok, y ¿qué es lo que más te preocupa ahora?- Pregunta algo dudosa.

-No se,  si autorizar que la publiquen y así doy una entrevista de que eso falso o no publicarlo y no darle importancia – Digo.

- Esta difícil la situación ¿qué crees que diga tu padre sobre esto?- Dice.

- Ahora tengo que preocuparme por la reunión- le digo con tono más de alivio. – Si quieres quédate, ¿y me esperas para ir a almorzar?

La junta había culminado, no puedo creer que después de tantos inconvenientes lo había logrado, aunque solo había durado 20 minutos, pude ver que estaban complacidos con mi propuesta y me enviarían respuestas en unos días.

Fui directo a mi oficina donde me esperaba Lena de lo más cómoda en el sillón, la miro con una cara cómica y ella ríe. – Flaca, baja las piernas de ahí,  no estamos en un resort o en la playa- Digo aun cómica. Lena no me puso atención.

-¿Qué vas hacer con tu pequeño problema Katherine?- Dice mi amiga aun estirada en mi sofá.

-Aún no se.- Respondo frustrada.

-Vamos a comer, luego piensas en todos tus problemas.- Dice parándose al fin. – Abrieron un restaurante dominicano a una cuadras de aquí.- Dijo ella con emoción.

Lena era de padre dominicano y madre mexicana, me ha enseñado con el tiempo sus culturas y gastronomías, me encanta el sabor de la comida dominicana y ella me ha estado enseñando a cocinar sus platos más populares y simples.

-Claro, déjame buscar mi cartera.- Digo buscándola encima de mi escritorio. – Ah, no tengo mi carro, nos vamos en el tuyo.

Al llegar al restaurante pedí un mangú con un tipo de queso que nunca había comido era suave, frito y dorado, y lo más extraño era que no estaba derretido. Y una extraña bebida de leche y jugo de naranja llamada morisoñando. Y Lena pidió un mofongo.

Saliendo del restaurant Lena me llevo al trabajo y se fue a una reunión. Subí a mi piso y comencé a revisar archivos viejos para no tener ningún pendiente para mañana y poder analizar en el lio que me había metido por descuidada. Luisa entro con una cara de desesperación. - Cuantas veces te he dicho que toques la puerta antes de.- Me interrumpió antes de poder terminar enseñándome un iPad.

- Ya en edición están trabajando en la portada de mañana y adivina quién es la imagen es la imagen principal- volteo el iPad.- Tu querida.

Le arrebate el iPad para apreciar la portada.

-¿Quién autorizo esta publicación?- Le digo furiosa.

- El jefe.- dice con una sonrisa de oreja a oreja.

- Puedes retirarte. - digo con una sonrisa sarcástica.

Salgo de mi oficina y voy directo a la donde mi jefe Robert, para que me dé un explicación a esta situación. Al llegar su asistente me dice que él no está en su oficina. La desesperación se adueña de mí ser y decido volver a mi oficina para llamarlo directamente y preguntar por lo ocurrido con la revista de mañana. Al buscar mi celular en mi cartera me acorde que estaba apagado.

- Vinieron por ti. - dice aquella vieja cascarrabias.

- Ok, dile a Lena que ya voy bajando, y puedes retírate.

Luisa no respondió y salió de la oficina. Recojo todas mis pertenecías y voy de camino al ascensor y me puse a pensar que debí dejar terminar a Luisa porque ahora no sé dónde está Lena esperándome. Decido ir a el lobby seguro que está ahí esperándome.

Cuando entro al ascensor estaba vacío y así se quedó hasta el primer piso donde está el lobby. Busco a Lena con la mirada y en busca de mi amiga, me encuentro a una desagradable sorpresa, resulta ser que mi escoria favorita estaba parada en el centro del lobby. Me acerco para ver que está haciendo aquí.

-¿Qué haces aquí Dominic?- Pregunte con un tono de duda.

-Recordé que mi querida vecina no tiene su carro hoy- Me pone su típica sonrisa.

-¿Dónde está Lena? – Pregunto a mí misma, pero lo pensé en voz alta.

- No sé quién es Lena, pero te aseguro que soy más bonito.- Dice muy engreído.

- Si no fuera porque necesito ir a casa, te hubiese ignorado hace rato.- Digo cansada.

- Su majestad vámonos que tengo unas cosas pendientes que hacer.- Dice tocándome el hombro.

Salimos del edificio, caminamos hacia su carro, él le quito el seguro y desde que abrí la puerta sentí que me estaban mirando, decidí mirar para poder ver quien era. Pude notar una luz y caí en cuenta de que era un paparazzi me senté lo más rápido posible y Dominic parece que también lo vio. Me tape el rostro para que dejara de fotografiarme. Dom acelero el carro para perder de vista a ese indeseable hombre.

-Ya puedes quitarte las manos de la cara.- Dice.

- Dos veces en un día, necesito vacaciones.- Digo algo alterada.

-¿Quieres darte un trago?- Me pregunta.

- No, gracias estoy muy cansada y tengo que llegar ya a casa.- Digo lo más amable posible.

El viaje continuo en silencio hasta que llegamos a nuestro edificio, se abrieron las puertas del parqueo y Dom se estaciono en su espacio. Recogí mis cosas y Salí del carro – Gracias por traerme.- Le digo.

-De nada su majestad – Dice riendo.

Subí al lobby, mientras que Dom subió directo a nuestro piso. Fui en busca del correo en mi casillero donde habían: facturas, catálogos, etc. Voy hacia el ascensor presionando el botón para que bajara. Al llegar entro y marco mi piso cuando alguien grita – deja las puertas abiertas- dijo una chica con silicona hasta en las cejas.

-Que bien vamos para el mismo piso- dice la silicona humana.

Este día empeora cada vez más.

De puerta a puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora