Mentiras.

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~Calle~

Finalmente había llegado el miércoles, después del evento de ayer me sentía satisfecha con el resultado, y con muchas ganas de tener a Poché en mis brazos.

Si bien es cierto esta semana había sido la más estresante de mi vida lo único que podría levantarme era ver a mi bebé, me sentía feliz de que ya me había avisado que estaba en camino,  antes de ir por ella al aeropuerto debía terminar algunas cosas pendientes pero quería seguir en la cama a pesar de que ya eran las 12:00pm.

Después de demasiado tiempo logré pararme para meterme a bañar, seguido de eso comí algo y salí a donde Laurel para recoger algunas cosas que se había quedado de la noche anterior.

—¿Te quedas a cenar? —Me preguntó una vez que su mamá la llamó para que le ayudara a preparar lo que cenarían.

—Gracias, pero no, iré por Poché al aeropuerto — No pude evitar sonreír, seguido de esto me puse de pie—Ve con tu mamá que yo ya me voy, ¿Esta bien? — Suspiró y asintió.

—Espero que te vaya bien con ella—Caminó conmigo hasta la puerta abriéndola—Cualquiera cosa estamos por mensaje.

—Sí, igual descansa estos días, nos vemos—Salí de la casa y me dirigí al auto.

Camino al aeropuerto puse un poco de música, estaba ya anocheciendo y me sentía con un poco de hambre, pero realmente me sentía feliz, hacía más de una semana que no veía a Poché y raramente sentía un hormigueo en el estómago. 

Una vez en el aeropuerto me dirigía la zona de llegadas Internacionales había demasiada gente tanto esperando como llegando. Tomé asiento en una de las bancas que estaba cerca de la pantalla que informaba el estado de los vuelos, la cuál observé viendo que suvuelo estaba aterrizando; minutos después me llegó un mensaje de ella.

«Ya aterrizamos, estoy bajando del avión»

Para este momento las hormigas que sentía se habían convertido en una especie de elefantes.
Las personas seguían llegando y definitivamente yo no podía con lo que estaba sintiendo, me puse de pie y caminé de un lado a otro ansiosa, se acercó una persona a preguntarme por la salida, cuando me detuve a explicarle la vi entrando a la sala arrastrando su maleta a un lado de ella.

Se quedó parada y miré como observaba su celular, en eso llegaron un par de niñas a saludarla que definitivamente no sabía de donde habían salido. Terminé de explicarle a la señora y cuando se fue me quedé parada viendo a lo lejos a Poché tomándose fotos con las chicas que se acercaron.

«Luces tan bonita»

Le envié por texto antes de las chicas se fueran, ella volvió al celular y sonrió, al levantar la cabeza comenzó a buscar con la mirada hasta que dio conmigo. Me sonrió de una manera inexplicablemente perfecta y me quedé totalmente embobada.

—Señorita, me da permiso por favor—Habló alguien a mi lado, era una persona de las de intendencia que tenía la intención de  con un trapeador de esos muy grandes el piso.

—Claro, disculpe—Dije caminando hacía Poché.

Ella se rio de lo acontecido y de igual manera camino hacia mí.

Cuando estuvimos lo suficientemente cerca se lanzó hacía mí rodeando mi cabeza por encima de mis hombros con sus brazos y mi espalda baja con sus piernas, la sostuve de la cintura y la pagué lo más que pude a mi, ahí permanecimos en un abrazo que pareció ser por mucho tiempo.

La devolví al suelo sin soltarla, cuando me miró me sonrió y la tuve tan cerca que no pude aguantar más mis ganas de besarla y lo hice.

El beso de ese momento fue tan necesitado, me había hecho falta y le estaba dejando claro lo mucho que la había extrañado, pude sentir lo mismo de su parte gran sentir como me mordía.

Quiéreme de una vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora