Quiéreme de una vez.

Nueva Jersey

~Calle~

Después de 6 horas de vuelo el avión comenzó a descender llegando alrededor de las 02:00pm al aeropuerto de Nueva Jersey.

Durante el viaje decidimos con Poché ver un par de película en la pantalla que estaba situada en la parte trasera del respaldo del asiento de en frente, se recargo sobre mi hombro y nos pusimos los audífonos y comenzaron.

La primera que vimos trataba sobre una chica que supuestamente estaba enferma y no podía salir de su casa por que eso podría matarla debido a las bacterias del medio ambiente, hasta que su vecino comienza a tener contacto con ella y a visitarla, para no hacer el cuento largo terminan en Hawái. La otra fue de dibujos animados.

Al bajar del avión fuimos a esperar las maletas a la banda correspondiente, de ahí plactiqué con Juliana sobre la cabaña que había rentado para pasar esa semana, Poché venía hablando con mi papá sobre los proyectos en los que estaba y mi mamá venia con Becca.

Subimos a una van que nos proporcionó el aeropuerto para trasladarnos.

Una vez más Poché se sentó a mi lado y durante el viaje nos observamos, era tan increíble tenerla a mi lado, sonreí ligeramente y ella sonrió conmigo justo de esa manera en la que sonreímos antes de besarnos, me empecé a acercar a ella hasta que sentí un apretón en mi mano, negó de manera ligera y distraje mi vista hacía la carretera.

Después de un par de horas más en las que escuchamos algo de música se comenzó a ver la costa, el agua era totalmente azul y a lo lejos se podía distinguir ya su muy característica rueda de la fortuna que se encontraba junto con las demás atracciones al pie del océano.

—¿Ya viste?—Pregunté a Poché, ella negó, cuando la miré tenia cerrados los ojos y me dijo al oído que tenía sueño, —Abre los ojos poquito, te va a gustar la vista—Le pedí y ella lo hizo.

—Si que me gusta—Escuché que dijo y sonreí, la miré haciendo que mis ojos encontraron los de ella de forma inmediata,—Es muy bonita,—Reí un poco agitando la cabeza.

—Me refería a la de allá—Señalé el vidrio de la ventana que dejaba ver más de cerca el azul del mar.

—Es demasiado linda—Dijo sonriendo mientras con su dedo pulgar acariciaba mi mano que estaba sujetando.

Después de 15 minutos más la van aparcó en frente de una cabaña bastante grande y bonita, bajamos y se podía sentir el calor junto con el sol en su máxima extensión. Me detuve a observar el océano que teníamos a algunos metros dándome cuenta de que estábamos en una parte exclusiva de aquel lugar porque no había alguna otra cabaña o un hotel cerca de nosotros.

Sentí la mano de Poché sujetar la mía conduciéndome hasta la entrada del lugar en donde pasaríamos esos días. Las maletas ya estaban en el interior y mi hermana estaba tirada en uno de los sillones amplios que adornaban la sala.

El lugar solo constaba de un piso, la sala, la cocineta junto con un pequeño comedor y un refrigerador, una barra inmediata, un bañó, cuatro recamaras, tres de ellas con bañó completo incluido, en la parte trasera había un alberca con reposaderos y un tobogán, acompañado de la magnifica vista al océano.
Todas las habitaciones incluían aire acondicionado.

—Calle—Me llamó Juliana,—Ven poquito.

Asentí caminando a dónde estaba, me senté en el filo del sillón que ocupaba y me habló sobre mas habitaciones y si existía algún problema en que durmiera junto a Poché.

Después de platicar dos minutos se levanto y llevó a nuestros papás a la que sería su habitación, regresó y llevó sus cosas hacía su habitación.