Raro.

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~Calle~

—¿Qué ha pasado Calle?—Giré para ver a Juliana quien seguramente presenció como Poché había salido.

—Ya se fue—Alcancé a decir antes de encerrarme en la habitación.

Saqué lo primero que encontré y me lo puse, miré la cama perfectamente hecha, el ambiente aún tenía su aroma y yo en mi interior unas malditas ganas de ir con ella, de ir por ella y decirle que todo estará bien.

Me tiré sobre un sillón que estaba cerca de la ventana, y así como miraba el mar chocar contra la arena comencé a sentir que las lagrimas se deslizaban por mis mejillas.

Tenía muy presente nuestra platica de anoche, y el como ella se había referido a nuestra relación, además de que no me quería cerca. Intentaba entenderla, yo sabía al final que no sería fácil pero en ningún momento llegué a pensar que ella reaccionaria de esa manera.

—¿Calle?—Juliana tocaba la puerta de la habitación, —Hermana, déjame pasar.

Me levanté y abrí la puerta yendo una vez más a el sillón.

—¿Aún quieres que salgamos por la noche?—Preguntó algo dudosa.

«¿Salir?», no recordaba que plan teníamos para este día hasta que ella lo mencionó.

—Lo olvidé no me mates—Dije volteándola a ver,—¡Feliz Cumpleaños!—Me acerqué a ella y la abracé.

Pero me quedé más tiempo así, comencé a llorar una vez más pues teníamos el plan junto con Poché de ir por la tarde, noche a rueda de la fortuna y demás atracciones de la costa en motivo de ese día.

—Supongo que no te culpo—Expresó cuando pude tomar distancia sentándome a su lado, —¿Hablaron antes de que se fuera?

—No quiso.

—¿Has visto todo lo que sé dice en la red?—Preguntó y simplemente negué, —Deberías hacerlo, no hay cosas tan malas, incluso hay personas que aman la noticia aunque no esté confirmada.

Hablamos un poco más sobre eso hasta que me convenció de revisar mi celular el cuál busqué en la maleta pues no lo había usado tanto.

Tenía varias notificaciones y algunos mensajes, entre a twitter y aún seguía en tendencia eso, vi una vez más las fotos incrédula de la persona que las tomó pues nos encontrábamos dentro de la costa que era exclusiva a la cabaña que estábamos rentando.

Deslice la página más abajo y leí una que otra cosa, mi hermana no se había equivocado ya que si había gente feliz de que entre Poché y yo pasara algo pero definitivamente había más personas llamándome roba fama, aprovechada, zorra, trepadora, enferma y no se que tanta cosa.

Entré a mis mensajes y tenía algunos de Laurel, de Cat, y de Fernanda. Esta última me había provocado un fuerte dolor de cabeza, ni siquiera quise abrir su mensaje pues tenía en mente que tanto había escrito así que decidí eliminar su chat.

—Es suficiente—Dije bloqueando el celular levantando la mirada a mi hermana que aún estaba ahí.

—¿De verdad es tan malo que tu y Poché se quieran?—Preguntó bloqueando su celular también.

—No lo sé—Me levanté,—No se que tanto le han dicho a ella, no sé que ha sucedido con su trabajo Juli.

—¿Sabes?, creo lo malo realmente está en como ella lo está tomando, por que o sea, entiendo que dependa de algunas marcas con las que trabaja, también lo de la serie, sus fans y todo pero como te dije anoche en el momento que ella se acepte, acepte su situación y acepte que está loca por ti le va a valer un carajo lo que los demás digan.

Quiéreme de una vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora