Capítulo 16: No soy suficiente

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Juno. 

Desperté la mañana siguiente con menos dolor, me trajeron el desayuno y papá fue a recepción a llenar unos papeles para que me dieran de alta y pudiera ir a casa.  

— ¿Ya desayunaste? — le pregunté a Dylan que se encontraba a mi lado revisando su celular.

— Sí, antes de que despertaras.

— Yo en definitiva no estoy disfrutando mi desayuno — Dylan rio por lo bajo, entró papá a la habitación con una enfermera y una silla de ruedas.

— Vamos a casa — dijo papá con una leve sonrisa.

Al llegar a casa inmediatamente Dylan y papá me llevaron a la habitación y me recostaron en la cama.

— Tampoco quieras aprovecharte para volver a tratarme cómo un bebé, papá — papá con una sonrisa se acercó a mí y me dio un beso en la frente. 

— Siempre serás mi bebé — dirigí mi mirada hacia Dylan, se notaba que estaba muy cansado. 

— Deberías ir a casa, enserio, no es cómo si fuera a irme a otro lado.

— ¿Estás segura? — asentí con la cabeza. Dylan tomó mi mano para darme un beso y mirarme con una sonrisa —. Vuelvo al rato.

— Tómate tu tiempo — Dylan se fue y papá se dirigió abajo para dejarme descansar. Tiempo después vinieron mis amigas y les conté lo sucedido, creo que se emocionaron más por el hecho de lo lindo que fue Dylan conmigo.

— Enserio son tan tiernos juntos, me dan ganas de llorar — dijo Kate. 

— A mí me da diabetes y depresión porque no tengo a nadie así — dijo Valery. 

— Encontraras al indicado — comenté tomando su mano.

— Eres tan suertuda, enserio no lo dejes ir, o más bien que él no te deje ir, son tan perfectos juntos — Emma dijo mirándome con ojos brillantes —. Tenías razón Juno, que importa si no se besan o hacen cosas que las parejas normalmente hacen, ustedes tienen algo muy especial y diferente, ahora empiezo a entenderlo.

— Con el hecho de que tengas a alguien que te haga feliz me hace feliz a mí también — intervino Valery.

Estuvimos hablando y viendo vídeos graciosos, y casi al anochecer se fueron y prometieron contarme con todo detalle lo que sucedía durante la semana en la escuela. Estaba a punto de irme a dormir cuando papá tocó mi puerta.

— ¿Estás muy cansada para otro invitado?

— Depende de quien sea — entonces la pequeña figura de Clara apareció detrás de papá. 

— ¡Jjjuno! 

— ¡Clara! — se subió a la cama y con cuidado de no lastimar mi pierna me abrazó. 

— ¿Te sientes bien? — asentí con una sonrisa.

— Sí, pero ahora estoy mejor — Clara sonrió y me volvió a abrazar —. Me alegra mucho que estés aquí — pude ver a mamá recargada en la puerta. Clara se separó de mí y fue con ella, quién la cargó en brazos. 

— Clara tenía muchas ganas de verte, y yo también. Iba a traerte unas flores pero no encontré ningún puesto cerca.

— No hay problema.

— ¿Ya te sientes mejor?

— Sí, gracias por preocuparte pero no es necesario, no fue nada grave.

Todo menos besarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora