Capítulo 22: Sólo queríamos bailar y divertirnos

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Juno. 

Algunos chicos de la escuela habían decidido hacer una posada navideña, pero obviamente esto iba a terminar cómo toda fiesta, con alcohol y ese tipo de cosas que eran inevitables con los jóvenes de ahora. 

— ¿Vestido o pantalón? — les pregunté a Emma y Kate. 

— Falda — dijeron las dos al unísono y rodé los ojos. Estábamos en mi casa arreglándonos para la fiesta, ellas suelen ser el tipo de chicas que cualquier cosa que encuentran les queda perfecto, y yo siempre pongo atención a los detalles y busco los defectos, y eso irónicamente es un defecto mío.

— ¿Camisa de manga larga o manga corta?

— Dependiendo tus intenciones — dijo Emma con una sonrisa picarona haciéndome reír.

— Me pondré la falda negra con tacones y una camisa roja, con muy buenas intenciones — reímos y luego de escoger nuestra ropa pasamos al maquillaje y peinado, al menos esa era la parte más fácil. 

Al caer la noche nos dirigimos a una casa muy grande y lujosa, aun más grande que las típicas casas donde solían hacer fiestas.

— Wow ¿ustedes saben quién es el dueño o dueña?

— La mismísima Helena Stacy.

— ¿Y por qué apenas me enteró de esto? —  dije mirándolas con el ceño fruncido. 

— Sabíamos que te ibas a molestar o no ibas a querer venir. 

— Estoy a punto de entrar a terreno peligroso, dónde posiblemente mi novio haya estado antes y haya hecho cosas muy privadas con la chica que me odia.

— Helena invitó a todos, eso te incluye a ti.

— Tal vez esté tramando algo, pero por favor, no me digas que tienes miedo ¿o sí? — preguntó Emma. 

— Helena Stacy me provoca muchas cosas, menos miedo — bajamos al auto y entramos, el alcohol se encontraba por doquier y la música mantenía un buen ambiente. 

— Lindas piernas, ya veo porque Dylan cayó rendido — dijo Helena a mis espaldas.

— Gracias — dije volteando a verla con una amigable sonrisa.

— Pensé que cuando terminara conmigo o más bien cuando yo terminará con él, iba a buscar a cualquiera pero wow, debo admitir que si encontró un buen paquete — reí.

— ¿Qué planeas?

— Nada, solamente planeo bailar y divertirme. No quiero pasarla mal, quiero llevarme bien, el año nuevo se acerca y quiero empezar fresca. Te doy una ofrenda de paz — dijo ofreciéndome un trago.  

— ¿No tiene nada, no tiene algún sedante o algo?

— ¿Crees que me voy a arriesgar a que Dylan me odie más y me vuelva famosa por ser una perra sin corazón?

— Tienes razón — y sin pensarlo dos veces, sostuve el vaso y tomé hasta el fondo.

— ¡Wow! Tienes talento.

— Gracias, puedo enseñarte todo lo que sé — reímos y fuimos a bailar. Kate y Emma se encontraban un poco sorprendidas, pero luego tomaron confianza y juntas comenzamos a bailar y a tomar. 

— ¡Esto es genial! — grité, sintiendo cómo el efecto del alcohol subía por todo mi cuerpo. Todos bailábamos y reíamos, no nos importaba nada más, pero el efecto del alcohol nos bajó a todos cuando llegó la policía. Rápidamente todos se fueron corriendo, pero nos detuvieron a Helena y a mí.  


~~~ 

Nos encontrábamos en una celda, la policía nos dio un poco de agua y cuando se nos pasara el efecto por completo iban a hacernos unas preguntas.

 — No puedo creer que me encuentre en una celda con la ex de mi novio, la chica que me odia.

— Yo no te odio, Juno, yo te envidio. 

— Creo que sigues borracha.

— Estoy hablando enserio. Te tengo envidia porque eres una chica increíble, eres todo lo que Dylan merece, alguien divertida, genial y con un gran corazón. Eres mejor que yo en todo, hasta más bonita. 

— Nadie es mejor que nadie Helena, y por lo que Dylan me contó, tú eras alguien genial antes de que te transformaras, por así decirlo.

— Nunca te dejes influenciar, porque luego te conviertes en esto. Debí haber sido yo misma siempre, debía dejarme de importar lo que los demás decían.

— Si no hubiera sido por tu "transformación" nunca estuviera con Dylan así que algo bueno salió de eso después de todo — empezamos a reír.

— Al menos sé que está con alguien mejor, y no pienso robar o arruinar lo que tienen, ya no quiero ser una perra sin corazón — con tan sólo ver sus ojos y su rostro, supe que estaba siendo sincera, y por primera vez sentí compasión y pude ver quién era Helena Stacy realmente. 

— Sólo eres una chica que ha cometido varios errores, pero eso no te va a definir. Hay que olvidar las cosas del pasado y mirar hacia el futuro ¿okay? — ella asintió con la cabeza y me acerqué a abrazarla. Vaya, quién lo diría.

Minutos después llegaron a sacarnos, y nos preguntaron que hacíamos con alcohol en nuestro poder si aún éramos menores de edad. 

— Habían chicos mayores, siempre hay de esos chicos en las fiestas y ellos son los que traen el alcohol.

— ¿Tú eres la dueña de la casa? — Helena asintió con la cabeza —. ¿Y tus padres?

— Ellos viajan mucho, así que no estaban y no creo que vuelvan hasta año nuevo.

— ¿Y tú quién eres? — me preguntó el policía. 

— Soy amiga de Helena, sólo queríamos bailar y divertirnos, hacer nuevas amistades y de alguna manera olvidar algunas cosas del pasado, nuestra intención nunca fue provocar problemas.

— Técnicamente el único problema que causaron fue el sonido de la música, eso molestó a los vecinos, lo típico. Voy a creer el hecho de que habían mayores de edad en la fiesta y que fueron ellos quienes brindaron el alcohol, pero tengan cuidado la próxima vez. 

— Gracias señor — salimos de la comisaría y nos sentamos en la banca.

— Dejé mi bolso en tu casa — le dije a Helena.

— Yo también — nos miramos y de la nada comenzamos a reír. En ese momento un auto se detuvo frente a nosotras, era Dylan.

— ¿Cómo sucedió esto? — nos preguntó al vernos reír.

— Año nuevo cuenta nueva — dije dando mi más inocente sonrisa.

— Has conseguido una gran chica Dylan, y no pienso robar tu amor, ella es a quién mereces. 

— Hace mucho tiempo que no veía ese rostro sincero.

— ¿Qué te puedo decir? Estoy cambiando, y a pesar de eso no pienso volver a conquistarte, solamente quiero ser una buena amiga, si me lo permites — Dylan me miró, y asentí con una sonrisa.

— Juno parece feliz con esto así que sí, te lo permito — y todos sonrientes subimos al auto. 


Capítulo editado

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