Capitulo 2

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Me subo al auto me aseguro de traer todo lo que necesito dejarle a Tomás voy tan ilusionada a verlo a sorprenderle a besarlo y abrazarlo como hace tiempo no lo hago

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Me subo al auto me aseguro de traer todo lo que necesito dejarle a Tomás voy tan ilusionada a verlo a sorprenderle a besarlo y abrazarlo como hace tiempo no lo hago.  todavía recuerdo cuando lo sorprendía con su plato favorito o cuando lo esperaba en la cama con mi mejor lencería para que el se deleitara al sacarla de mi y me hacía suya de todas las maneras posibles, mientras pienso en todo eso y en lo que podemos hacer cuando vuelva de el bar, ya llegue a el edificio de la empresa que por cierto es enorme con más de 20 plantas todo imponente y majestuoso, va como todo lo que los distingue a los FISZGERALD-SHEPPARD. estaciono en frente de el edificio bajo todo y cierro mi auto, no planeo  demorarme mucho ya que Tomás debe estar ocupado y yo ya voy tarde a mi cita con Amelia y Elena. mando antes de entrar un mensaje al grupo de whattsap para avisarles de mi tardanza y que vayan pidiendo por mi. Entro al edificio y ya se nota que no hay casi nadie, después de todo son más de las 22 30 , encuentro a el guardia un señor mayor que me mira y me pregunta hacía donde me dirijo yo le comento que busco a mi marido Tomás Estevanez para dejarle su cena y de paso sorprenderlo, me dice que está bien que va a avisar y yo le pido con mejor carita de niña buena que no lo haga que quiero que se sorprenda al verme ya que hace mucho que no tengo estos detalles con mi esposo, después de que lo piensa me dice que está bien que suba  con una sonrisa triste me dice que le recuerdo a su difunta esposa, ya que ella siempre, siempre le alcanzaba su cena y se aseguraba que estuviera bien , luego de sonreirle de darle un beso en su mejilla y agradecerle mil veces entro a el ascensor y marco el piso 23, voy toda nerviosa pensando si a Tomás le va alegrar verme ... seguro que si que ideas las mías (me reprendo mentalmente)... llego a su piso, observo que ya no quedan casi empleados y que en el puesto de su secretaria ya no hay nadie. Nada en este mundo me preparo para lo que a continuación viví ... a medida que me iba acercando comencé a escuchar gruñidos y gemidos más fuertes según avanzaba hacia el despacho de Tomas ya distinguí palabras, murmullos, como quien le habla en el cuello al otro entre suspiros palabras como así, así, así, aaahhhhhhh o me encanta nena lo que me haces y una voz femenina que le preguntaba entre gemidos, si lo hacía mejor que ella ( osea yo), si ella le daba más placer, si a ella la amaba más ... yo no me podía mover sólo escuchaba voces entrecortadas, gemidos y un golpeteo constante de alguien chocando contra alguien.

 seguía pegada a la puerta aun sin animarme a abrir (como la cobarde que soy), Quería gritar, quería desaparecer, quería volver a mi auto y salir directo a el bar, No quería saber, quería vivir en la ignorancia eternamente, pero mi parte masoquista me obligó a abrir la puerta, para ver a mi Tomás , a mi marido con los pantalones por los tobillos apretando sus glúteos cada vez que entraba en ella, cada vez que embestía su cuerpo y la hacia su mujer unas piernas kilométricas abrazaban la cintura de mi esposo, una cascada de pelo Platinado se escurria  entre los papeles que a los costados se encontraban de el escritorio.

 y ahí supe lo que era morirse literalmente al estar viendo una película porno protagonizada por mi esposo,por mi amor en vivo y en directo.

 Pero la estocada final fue escuchar decirle a Tomás en medio del éxtasis te amo Ingrid,  ahí mi corazón dejo de latir.

 como pude después de presenciar semejante situación cerré la puerta sigilosamente, aunque por lo concentrados que estaban podría haber azotado la puerta y no se hubiesen enterado, va eso creo.  Me subí a el ascensor con las llaves y la comida de mi marido porque el seguía siendo eso, mi marido , el que me juro fidelidad,  amarme hasta hacernos viejitos , incondicionalmente.

 No no no me negaba a creer en lo que vi  oí y ahí estaba yo con mi alma rota, adormecida, atónita  no podía ni siquiera llorar, no podía reaccionar, no lo podía creer llegue a la planta baja no supe en que momento, con mi mejor cara  le dije a el guardia que se llamaba Jaime por cierto,  que le dejaba la comida a el para que la disfrutara porque mi esposo estaba muy ocupado para comer y que no quería molestarle que estaba reunido con algunos superiores y otras mentiras más. 

No se si me creyó, de echo creo que no, sólo me tomo por el brazo me hizo sentar y me ofreció un vaso de agua porque me veía muy pálida, (jaaaa y eso que no me veía como estaba por dentro señor jaime pensé) pasaron unos minutos y me pregunto si estaba mejor, solo asentía cuando sentí que me estaba por derrumbar ahí mismo le dije que  sólo había sido un mareo que ya me iba y que esperaba que le gustará mi comida que era el mejor plato que me salía(que irónico no? el plato favorito de mi marido), el me agradeció me dijo que luego le agradecería a Tomás pero yo le pedí que no se molestara,  que no le dijera nada al fin y al cabo no lo había podido ver y no quería que se preocupara por mi, por estar a estas horas sola en la calle.(merecía un maldito premio por semejante actuación, a la mejor actriz)

 Como pude termine de subirme a el auto, sentía que temblaba como una hoja, que me faltaba el aire y que estaba llegando a mis ojos un tsunami de lágrimas.

 y por primera vez en mis tantos años de amistad les oculte a Amelia y a Elena algo que me pasaba, como pude les escribí que me había surgido un inconveniente en el estudio de un caso que llevaba y que no me podía negar a ir cuando el jefe era el que llamaba.

 Le escribí también a Tomás diciéndole que le dejaba las llaves debajo de la alfombra de nuestro departamento que yo estaba muy descompuesta y que me iba a acostar, por supuesto debe haber estado muy ocupado para contestar... arranque el auto y como si de un robot se tratara llegue a mi edificio, estacione, me baje del auto y fui en piloto automático hasta el departamento no podía abrir la puerta de tanto que temblaba, quería arrancarme el pecho, dejar de sentirme así .

 entre y lo primero que vi fue mi foto de bodas, donde salíamos mirándonos más enamorados que nunca donde no había más que dos personas que se habían elegido para toda la vida, recordé lo maravilloso de ese día donde nos juramos tantas cosas, donde le entregue mi amor, mi corazón, mi alma a el hombre que amaba y que suponía también me amaba. 

Seguí hasta nuestra habitación mire de reojo la cama, donde tanto amor nos dimos, donde tantas veces nos entregamos al placer de nuestros cuerpos, donde hablamos de tantos proyectos y sueños hasta caer dormidos, deje de mirar y decidí bañarme para sacarme este pesar de alguna manera me saque el vestido lo colgué, acomode mis zapatos todo pulcra mente, fui a el baño, me desnude, me bañe y ahí debajo de agua volví en si, deje que me embargara todo el dolor que ya era insoportable para mi pobre alma, me permití sentir todo todo ahogue un grito de dolor que salia desde el fondo de mi pecho.

 Y lloré lloré lloré por mi, por el, por todos mis sueños junto a el, por todas las promesas que me hizo y no cumplió por todo el amor que tenía y no me dio y ahí me di cuenta que no importaba cuanto me hubiese herido yo lo seguía amando yo lo iba a seguir eligiendo ......

AUNQUE NO SEA CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora