CAPITULO 7

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Narrador POV.

Las calles estaban solas, eran la 1 pm. Finn y Jack iban caminando en silencio. Ninguno de los dos sentía ese silencio como algo incómodo, más bien era tranquilizante. Finn había bajado la mano de los hombros de Jack, el sentía que estaba poniendo más peso del que el pequeño podía soportar.

En ese momento Jack sintió algo extraño, sintió una corriente de aire helado fluir por su hombro. Como si una cálida manta que lleva sobre si se hubiera caído, miro a Finn que ahora llevaba las manos a cada lado de su cuerpo, las movía con armonía, sincronizado con sus pasos. Por un momento tuvo envidia de esa pulsera negra que llevaba el mayor en su muñeca. Cualquiera diría que era una simple liga para amarrar el pelo, pero Jack sabia, él sabía que para el rizado era más que eso.

- Sucede algo - dijo Finn viendo a Jack, siguió la línea imaginaria que dibujaban sus ojos.

Jack miro hacia enfrente rápidamente al escuchar la voz de Finn. - n-no - dijo comenzando a ponerse rojo, los chasquidos no dudaron en ser escuchados.

Finn lo noto, como no notar algo que proviene del chico hermosamente pecoso, prácticamente cada respiración, cada pestañeo y cada acción que hacia el menor era percibido por Finn. Era como si un gran imán dentro de él lo atrajera, era algo que él no podía evitar.
Finn tomo la mano de Jack y entrelazo sus dedos, en ese instante Jack paro de caminar, solo para ver sus manos.

No pudo evitar pensar que el tono de piel de Finn, ese color porcelana claro y su piel ligeramente bronceada, llegando a ser un color acaramelado combinaban tan bien, como si los mismos dioses y reyes los hubiesen creado para complementarse y encontrarse en el momento indicado. Jack sabía que ese momento había llegado, lo tenía más que claro.
-Estas bien - dijo Finn, viendo que Jack se había detenido y miraba atentamente sus manos, él sabía que Jack se había ido a ese maravilloso mundo que está en su mente. Pero como hacer para traerlo de vuelta, aún faltaba una cuadra para llegar a la casa del menor, no podían quedarse ahí toda la tarde. Finn pensó y se le vino a la mente una idea, puede que no sea la mejor, si Jack regresa cuando este apunto de llevar a cabo su plan seguro lo golpeara. Finn se decidió, lo haría sin importar las consecuencias.

En ese momento Finn soltó su agarre y camino un paso hacia Jack, el menor aun veía al lugar donde estaban hace un momento sus manos, Finn sonrió, lo tomo de la cintura y lo levantó, agarrándolo de sus piernas y del torso. Lo cargo todo lo que restaba del camino a casa, Finn no pudo evitar pensar en que iba cargando a una princesa. Para Finn era un honor cargar semejante regalo, "su Príncipe".

Pudo sentir como mientras más caminaba Jack iba relajando su cuerpo, llego a sentir que el menor colocaba su cabeza en su hombro, pudo sentir una cálida respiración rosando su cuello y moviendo sus cabellos. Él se sentía feliz, feliz de poder pasar más tiempo con Jack, feliz de tenerlo tan cerca de su cuerpo, feliz de protegerlo. Simplemente Feliz.

Llego a la casa del menor, subía las 2 gradas que daban a la puerta de entrada, toco el timbre, espero que abrieran, para su suerte alguien abrió.

-Hola - dijo una mujer delgada, mirándolo algo confundida, hasta que llevo su mirada al lado Izquierdo del chico, una persona que ella conocía más que bien estaba siendo cargado por el chico porcelana. - Por Dios, déjame ayudarte - dijo la mujer extendiendo sus brazos hacia el mayor.

-Puedo llevarlo a su habitación si quiere - dijo Finn, él no quería despegarse aun de él, necesitaba estar un poco más sintiendo su calor y respirando su aroma.

-Claro - dijo sonriéndole - su habitación es esa - dijo señalándole una puerta en la primera planta, casi la última de la casa.

Finn entro y se encamino al lugar antes mencionado, no pudo evitar pensar lo raro que era dormir en la planta baja, normalmente las habitaciones de ese tipo de casa estaban arriba.

Al entrar se topó con una cama, un escritorio y una puerta, que el asumía que era la entrada de un baño. Todas las paredes blancas y ninguna foto, ni un póster de música, de películas, o de alguna serie. Lo dejo sobre la cama, y lo despojo de sus zapatos, le acomodo una almohada a cada lado de su cabeza. Al levantarse para salir de la habitación lo vio, con esa carita sonrojada, pudo notar el momento en que él se llevaba el dedo pulgar a sus labios. Esos labios color cereza, y tan carnosos que quería probar desde el momento en que los vio. Sacudió su cabeza para evitar pensar más en eso. Lo que no pudo evitar fue dejar un beso en su mejilla y sobar el lado en que estaba su cicatriz. Es liza y suave, no como sus cicatrices.

Salió de la habitación y se encontró con la madre del menor, no pudo evitar ponerse rojo al pensar en que ella pudo haber visto lo que paso ahí adentro.

-Gustas un vaso de agua o algo de comer - pregunto la señora, sonriéndole y llevándolo hacia la cocina mientras el rizado afirmaba con la cabeza. - No tarda en despertar, eso siempre le pasa luego de clases - dijo mientras hacía algo en la cocina, Finn tomo haciendo en el desayunador - Tu quien eres - dijo cuándo le servía un plato de pollo con papas fritas, y un vaso de soda.

-Oh perdone! - dijo Finn levantándose - Yo son Finn Wolfhard - estiró su mano para estrechar la de la señora - Compañero de Jack, ahora veníamos a hacer una tarea - dijo tomando asiento de nuevo y empezando a comer.

La señora le sonrió y puso sus codos sobre el desayunador, mirando al chico comer y a la ves viendo hacia el cuarto del menor. - Dime Sara - dijo la mujer. Finn tomo un trago de soda y sonrió. A decir verdad, cargar a Jack "Su Príncipe" lo había dejado hambriento.

Justo en el momento en que Finn terminaba de comer Jack salió de su cuarto, Finn fue el primero en ir a recibirlo, lo cual para Jack fue el mayor honor.

-Como llegue a casa - dijo Jack rascándose la nuca.

- Él te trajo cargando - grito su madre desde la cocina, a lo que Finn sonrió y levanto los hombros. Jack se sorprendió, como pudo dejar que el cargara todo su peso.

- Tranquilo - dijo Finn sonriendo - No pesas nada - dijo sobándole el pelo.

- Bien chicos, vayan a trabajar - dijo la señora Grazer, caminado hacia ellos, y dándole un beso a Jack, el menor sonrió a ese gesto mientras tomaba la mano de Finn y lo guiaba hacia su habitación.

- A dónde vamos - dijo Finn - Pensé que tu habitación era esa - señalo la puerta donde lo había dejado acostado.

-Ahí es donde duermo - Dijo el menor, subiendo las gradas una por una mientras con su mano libre se agarraba del pasamanos. - Aquí es mi verdadera habitación - dijo abriendo una puerta color café que ponía Jack en letras grandes.

- Vaya - dijo Finn al ver su cuarto, comparado con el otro este era mucho mejor y más grande, tenía una cama matrimonial con sabanas de dinosaurio, una mesita de noche a cada lado, toda una pared conformada por libros e historietas, una mesa de trabajo repleta de dibujos y colores, una ventana que venia del techo al suelo y a la par de esta una batería, una hermosa batería de color rojo al lado de esta una fila de patinetas, todas diferentes, unas más grandes otras pequeñas unas de colores oscuros y otros claros, en una pared aparte habían 2 puertas una supuso del baño y la otra no tenía idea. - Bonito cuarto - dijo mirando todo.

- Es mi lugar favorito del mundo - dijo mirando todo también. "El mío es junto a ti" pensó Finn.

- Bien Trabajemos - dijo el mayor al darse cuenta que Jack lo veía directamente. Acaso pudo haber escuchado mis pensamientos. Pensó.

La tarde se basó en Jack y Finn dando ideas para el trabajo y buscando información. Pero Finn no podía concentrarse, no al tener tan cerca a Jack, pero al menos lo intento.

Este trabajo será mucho más difícil con el mirándome así pensó el rizado. 

Espero les guste, y para las personas que votan y comentan muchas gracias 👏👏 .

𝓡𝓸𝓬𝓴𝓼 𝓐𝓷𝓭 𝓣𝓱𝓸𝓻𝓷𝓼 // 𝓕𝓪𝓬𝓴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora