Narra Lali:
— Bien, hablar. ¿De qué querés hablar? — le pregunté mientras lo miraba. Él no dejaba de morderse el labio.
— De lo que vos quieras.
— No sé de que puedo hablar con mi secuestrador — respondí —, te metes en mi casa, me secuestras con un líquido raro... Da miedo, mucho miedo.
— Te dije que todo esto es por culpa de tus viejos — dijo el, y después suspiró.
Él muy idiota suspiraba sin motivo ni razón. Yo era la que estaba secuestrada en una casa, en una casa que no tenía lo básico para que una persona pudiera vivir en paz. Todas las paredes estaban destrozadas, tenían humedades, la casa olía a viejo, la mitad de los muebles estaban rotos, no había luz...
— ¿Qué culpa tienen ellos?
— Ni puedo ni quiero decirte — respondió secamente —. Deberías tenerme un poco más de respeto, si no querés conocerme siendo malo. Porque te aviso, otra vez, de que esto podría ser mucho peor.
— No entiendo nada. Al menos me gustaría saber porque tengo que estar acá encerrada con un hombre al que no conozco de nada.
— ¡Callate! — me gritó fuerte, después se sentó en el piso con cara de enojado.
Suspiré:
— Perdón.
— Andate, por favor. No quiero verte en un buen rato.
— ¿A dónde querés que me vaya? — pregunté.
— Mejor me voy yo, porque no te soporto, nena — se levantó del piso rápidamente y caminó hacia la puerta. Después me volvió a mirar —, y cuidado con lo que hacés — y tras decirme esto se marchó.
Yo grité fuerte, de impotencia, de enojo, en cuanto él salió de la habitación en la que estábamos. Miré por la ventana, estaba amaneciendo y el campo se veía de un color precioso. Aunque, también parecía una escena de una película de terror. Todo estaba tan solitario a esa hora...
Y aunque él me había dicho que tendría que leer revistas durante el tiempo del secuestro, yo tenía otros planes. El de descubrir porque me habían secuestrado por culpa de mis viejos.
-...-
Narrador:
Los padres de Lali: Carlos, llamado Coco por su familia, y Majo, llegaron a su enorme casa después de un viaje a Santiago de Chile por una reunión de trabajo. Entraron y llamaron a sus dos hijos:
— ¡Pato! ¡Lali! ¡Ya estamos en casa! — gritó Majo.
— Seguro que están dormidos Majo.
— Bueno, pero quiero que sepan que ya llegamos. Voy a subir a despertarlos, así desayunamos todos juntos.
Majo subió a la planta de arriba para despertar a sus dos hijos. En primer lugar, entro en la habitación de Pato:
— Patricio buen día.
Pato se revolvió entre las sábanas y se frotó los ojitos:
— Buen día.
— Llegamos recién.
— Bueno mamá...
— Baja a desayunar dale.
— Ya, espera, tengo que pasar al baño.
— Bien, voy a despertar a tu hermana — Majo salió del cuarto de Pato y fue al de Lali.
Abrió la puerta y vio que todo estaba en su sitio:
— ¿Lali? — preguntó. Revisó por toda la habitación y salió al no ver a su hija pequeña —. ¡¡¡Coco!!! ¡¡¡La nena no está en su cuarto!!!
Coco subió a la planta de arriba corriendo:
— ¿Cómo que no está? ¿Miraste en el baño?
— No. Pero me extraña, Lali duerme mucho y no se despierta. Además, la cama está tendida, no está ni su celular...
— Vamos a revisar por toda la casa, y en el caso de que no esté, vamos a llamar a la policía. Vos tranquila mi amor, ¿si? Va a aparecer nuestra hija, tenés que estar tranquila.
— Todo esto es demasiado raro. Lali no se va sin avisar.
— ¿Y si llamamos a su novio?
— Bueno, llamalo vos mientras yo reviso la casa.
Coco llamó a Benja, él cuál le dijo que había dejado a Lali en casa ayer a la noche, mientras que Majo revisaba la casa, sin conseguir encontrar a Lali por ninguna parte. Por lo que al terminar, regresó con su marido, muy preocupada por la situación que estaba ocurriendo:
— No está por ninguna parte, Coco. Miré por todos los lados, y nada. Tampoco vi su celular...
— Benja dijo que ayer a la noche salieron, pero que dejó a la nena en casa y ella entró.
— Vamos a llamar a la policía — dijo Majo a punto de derrumbarse —, solo pensar en que la han podido lastimar en el tiempo en que ha estado fuera de casa...
— Tranquila, igual está bien. Mientras que yo llamo a la policía, vos llama a Lali al celular. Pero no te preocupes mi amor, la vamos a encontrar a la nena.
ESTÁS LEYENDO
ESCAPARÉ
FanfictionLali Espósito, una chica que acaba de cumplir 20 años. Universitaria y popular. Peter Lanzani, 21 años. Actualmente trabaja en una librería. El padre de ella le robó a la familia de él. Ahora, la familia de él debe de vengarse. La elegida es ella. P...