Narra Lali:
— ¿Usted se cree muy inteligente, señorita Espósito? Mire, yo estoy licenciado en detective y comisario por la Universidad de Harvard, que es la más prestigiosa del mundo. No se ponga en plan prepotente, porque se descubrir cuando me está mintiendo y cuando no.
— Perfecto, no estoy mintiendo — le respondí de mala manera —. No le voy a mentir en nada de lo que me diga. Y por cierto, le recomiendo que sea rápido con la entrevista, tengo bastante prisa, mi vuelo sale en unas cuántas horas.
El hombre levantó una ceja:
— ¿Vuelo a dónde?
— Hacia donde viajo no es de su incumbencia, así que le recomiendo que no hurgue en mi vida, sinceramente no le interesa.
— No voy a hacerlo, solamente voy a recitarle una serie de preguntas que me tiene que responder. Pero también la digo, que si usted sigue en plan prepotente, yo puedo hacerla mucho mal.
Me rasqué el cuello y suspiré hondo. Muy pocas veces había tratado con ese tipo de personas en mi vida, y no tenía ni idea de como manejarlas. Pero bueno, está vez había que intentarlo. Tenía que relajarme, y simplemente, responder sin meter la pata para que no descubrieran mi mentira piadosa.
— De acuerdo. ¿Puede continuar, por favor? — pregunté educadamente.
— Sí, por supuesto. Bien, ¿qué pasó la noche en la que desapareció?
— Volvía con mi novio, en su auto, un Audi A4. Entré en casa, en la cuál no había nadie. Al rato, un amigo me llamó... Bueno, en realidad no es mi amigo. Realmente, mantengo una relación paralela a mi noviazgo con Juan Pedro Lanzani. Benjamín no lo sabía. Y a mis padres tampoco se lo quise contar nunca. Ellos no hubieran aceptado que yo estuviera con un chico de una clase social inferior a la mía. Pero bueno, lo mío por Juan Pedro era y es amor verdadero — respondí —. Bien, continuo, aquella noche, llame a mi amante, si se puede decir, y le dije si podía venir a mi casa. Pero fue cuando realmente decidimos, que a partir de aquella noche, íbamos a estar juntos, viviendo una relación de verdad, por lo que nos marchamos a otro lugar, para que nadie nos molestara. Estuvimos viviendo en una casita abandonada en el medio del campo, hasta que nos cansamos de eso, y quisimos buscar un nuevo rumbo. Y fue entonces, cuando salimos de la casa de campo, fuimos al aeropuerto y vimos que mis padres denunciaron la desaparición, incluso se habló de que mi amante, que pertenece a la familia Lanzani, me había secuestrado, pero señor inspector, o comisario, como guste, no era así. Pues no dudé ni un solo momento para defenderlo.
— ¿Eso es todo?
Asentí con la cabeza:
— Por supuesto, eso es todo, ¿alguna pregunta más?
— ¿Dónde está esa casa de campo?
Mierda... Peter me había dormido para ir hasta la casa de campo, y en realidad, al salir de ahí, tampoco me había fijado demasiado para ver por dónde íbamos. No tenía ni idea dónde estaba el lugar dónde se encontraba la casa de campo.
— En verdad llegamos allí de noche y no me fije mucho en el camino que tomamos con el auto para llegar hasta allá. No le puedo ayudar con eso.
— Está bien... ¿Y por qué sus padres repudian a la familia Lanzani?
— Problema de dinero, de ellos. En verdad, yo no sabía en absoluto que mis padres conocían a la familia Lanzani y habían tenido problemas con ellos. En realidad, cuando yo me enamoro, o cuando me gusta un chico, no me fijo en su clase social. Lo mío por Peter es puro amor de verdad, no hay ninguna otra explicación.
— ¿Pero repudian a los pobres?
— Sí, pero esa pregunta no se la puedo responder yo, se la tiene que responder otra persona, es decir, o mi padre o mi madre.
— De acuerdo, sin duda se lo preguntaré.
— ¿Alguna pregunta más? — le dije con una sonrisa.
— En verdad sí, me pasaría preguntándola sobre su extraña desaparición durante toda la noche. Porque sus padres han contado una cosa y usted otra completamente diferente, pero bueno... Si uno u otro miente, allá quede en sus conciencias. La cosa es que usted ha aparecido sin ningún rasguño, no parece afectada psicológicamente y todo parece que está perfecto.
— ¿Quiere tomarme las huellas dactilares o algo más?
Él negó con la cabeza y me dedicó una sonrisa:
— No, no... No hace falta — él volvió a dedicarme otra sonrisa.
— Bueno, entonces, ¿ya me puedo ir? No quiero perder el vuelo. Diga a mis padres que los llamaré allá desde dónde esté.
— Espere señorita Espósito, una última pregunta... — me dijo él, frenándome. Ya estaba a punto de levantarme de la silla para irme, pero volví a pegar la cola en el asiento, me hice la interesante y le dedique una sonrisa para que pensara que la dulce niña Lali le iba a escuchar perfectamente.
— ¿Si?
— ¿Es cierto que su hermana mayor, Ana Laura Espósito, se quedo embarazada de uno de los hermanos mayores de su "amante"?
— No, eso no es verdad. Mi hermana tiene novio, no vive en casa, pero no tiene un hijo, y que yo sepa tampoco tuvo nunca una relación con ningún integrante de la familia Lanzani, y tampoco, al menos que yo sepa, se quedó embarazada o abortó, o se provocó el aborto. Así que eso se lo puede preguntar a mi madre, igual sabe responderla mejor que yo.
— De acuerdo.
— En verdad, yo sí que conozco la razón de porque mis viejos no quieren contarle la verdad a la policía. Ellos trataron por todos los medios de arruinar a la familia Lanzani, y lo consiguieron. A los pobres les sacaron la casa, a los hijos... Se quedaron sin nada. Pero mis papás fueron los culpables, lo hicieron ilegalmente, por lo que no se atreven a decir nada para que la policía no se meta de por medio — en verdad lo había hecho, y estaba orgullosa.
Mis padres se lo merecían.
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ESCAPARÉ
FanfictionLali Espósito, una chica que acaba de cumplir 20 años. Universitaria y popular. Peter Lanzani, 21 años. Actualmente trabaja en una librería. El padre de ella le robó a la familia de él. Ahora, la familia de él debe de vengarse. La elegida es ella. P...