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Narra Lali:

— ¡Hola Euge!

— Hola Lali — Ella también me saludó a mí —. ¿Cómo andan? ¿Ya tienen todo el departamento ordenado?

Reí:

— Todo todo no. Aún faltan muchas cosas, también falta la decoración. Lo que pasa que ya nos podemos quedar a vivir acá porque el dormitorio está listo, parte de la cocina también... Y el baño — dije —. Así que es habitable.

Euge también se rió:

— Poco a poco. A mi familia también la costó mucho mudarse... Siempre cuesta creo. Además, cuando te mudas a de país, a un sitio completamente nuevo, tenés que empezar de 0. 

— Sí. ¿Ustedes hace cuánto se mudaron?

— Hace ya algunos años... Ahora vivimos en casa mi hermano pequeño, mis padres y yo. Mi hermano medio que vive con su novia, es cinco años más grande que yo. Tiene su trabajo... Y bueno, dentro de nada seguro que se casan.

— ¿En serio? ¡Qué bueno!

— Eso sí — continuó —. Yo llevo con mi novio muchísimos años y mis padres todavía no nos dejan que nos independicemos. Siempre fui la pequeña, la princesita, hasta que adoptamos a mi hermano pequeño, pero me siguen tratando como una nena. Exactamente igual que antes.

Suspiré. Ahora mismo estaba mucho más segura de que Peter había visto a Bauti por la ventana. El hermano pequeño era adoptado... Tenía que hacer alguna pregunta más para descubrir si era Bauti o no era Bauti.

— ¿Tu hermano pequeño es adoptado?

— Sí. Es más lindo... Le trajimos siendo pequeñito.Unos 11 años o así... es muy bueno, pero lo pasó tan mal, que sigue sin tomarnos la confianza suficiente como para ser un verdadero miembro más de la familia. Mis padres se han llevado a 1000 psicólogos, pero no consiguen que cambie. Ese nene tiene un trauma, un trauma muy grave. Yo siempre lo he dicho, pero mis padres se empeñan en confiar en los médicos para que mejore... Aún así, es un niño que no da problemas, pero bueno. También nos preocupa que esté así desde hace tantos años.

— Pobrecito... — aquel era otro punto más para pensar que de verdad era Bautista —. Pero, ¿qué le pasó antes de que le adoptaran?

— La familia de Bauti, era una buena familia. Pero tuvieron problemas con el dinero, les quitaron la custodia de los dos hijos más pequeños... No sé, tampoco los del orfanato nos dieron muchos más detalles sobre la familia biológica. Y Bautista tampoco nos ha contado nada — se me paró el corazón, había dicho Bautista, antes había dicho Bauti. Dios, era él. Ahora si que estaba 100% segura de que era él —. Pero, creo que venía de una familia normal, y que de la noche a la mañana, todo en su vida había cambiado. Y el pobre, eso no lo supera.

Euge me siguió contado sobre su familia. Al menos, si Bautista Suárez era el verdadero Bautista Lanzani, su vida desde la adopción había sido una "buena vida". Aunque con un gran trauma por el tema de que le habían separado de sus tres hermanos y de sus padres. Y eso, obviamente le había marcado para siempre. Y se había cerrado de tal manera al mundo, que ni siquiera su nueva familia, que eran buenos con él, habían conseguido volver a abrirle el corazón.

En el centro comercial, durante todo el rato que estuve comprando, en verdad me lo pasé muy bien con ella. Después tomamos un café para seguir charlando un ratito más juntas, y volvimos a casa. Estaba deseando de ver a Peter para contarle todo.

Antes de entrar otra vez en casa, Euge me recordó que estábamos invitados a cenar en su casa al día siguiente. Volví a aceptar, muy agradecida, y entré en casa.

— Peter, no te lo vas a creer.

Pero entonces, dos personas se giraron para escucharme. Me tapé la boca, sin poderlo creer.

ESCAPARÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora