Bel siempre estuvo enamorada de William, llegó a amarlo en secreto escondiendo todo su afecto por él. Pero cuando creyó hallar el valor para declarase, Will se suicido dejándola destrozada por dentro y sin que pudiera develarle sus sentimientos.
Al...
Recuerdo la última vez que lo vi, llevaba una chaqueta de cuero y un cigarro entre los labios. Sonreí ante su rebeldía, adoraba como se veía con esa actitud despreocupada.
— Otra vez viendo a William — dijo Rebecca.
— No tiene nada de malo — me defendí.
— No, excepto por esa baba que cae por tu mentón —comento divertida.
De repente él se alejó de su lugar y se aproximaba a nosotras, cada uno de mis sentidos se bloqueo. Mi corazón acelerado se saldría de mi pecho a medida que él acortaba la distancia, pero no se detuvo, paso por a lado con su andar firme sin siquiera mirarnos. Respire el aroma que arrojaba al caminar, creí que sería un perfume masculino mezclado con el humo del cigarro pero no, olía a rosas viejas.
— ¿Sentiste eso? —pregunto Rebbeca.
— Huele a rosas — declare.
— No, olía a dulces.
— ¿Qué? — dije sorprendida.
— Olía a velas — hablo Alexa.
— Okey, dejenlo así. — murmuro su prima.
Rara vez no coincidiamos en algo.
Nunca lo supe hasta que fue muy tarde.
Olía a muerte...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.