Invisible

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Axel me creía, pero aún  intentaba buscarle una explicación lógica a los sucesos extraños que me rodeaban, no lograba terminar de entenderlo. Él era un hombre de ciencia, lo paranormal según sus interpretaciones era algo irracional.
A su lado no temía a lo que me acechaba en las sombras, podía ser yo sin que el miedo expectante me inhibiera. 
El viaje término antes de lo esperado, al llegar a casa la noche nos alcanzo, sabia que papá y mamá no estarían y que mi hermana ya se habría mudado. Me encontré en una enorme casa sola, le pedí a Axel que se quedara conmigo.
Acomode todo en mi antigua habitación para dormir, escuche la ducha indicándome que él ya saldría para acostarse.
Me recoste y Axel junto a mi, la luz eléctrica de la calle se filtraba por la ventana, pronto me quede dormida profundamente.

Tiempo después escuche un leve susurro.

— Bel, se corto la electricidad. ¿Tienes velas?

— En la cocina, segunda caja del mueble blanco —indique algo dormida.

— Ya vuelvo, trata de dormir otra vez.

Oí como bajaba las escaleras, cerré los ojos con fuerza para disipar el temor.
Volví a escuchar las escaleras, una pequeña luz ilumino el cuarto. Se recostó a mi lado y me hablo con una voz sumamente suave. No quise mirar, mis párpados dolían de tenerlos tan presionados tan fuerte.

— ¿Estas bien?

— Si...

— ¿Tienes miedo?

— Siempre tengo miedo — admiti.

— ¿Te iras conmigo? — preguntó.

Sentí su mano helada recorriendo mi espalda y rodearla hasta llegar a mi estómago.
Iba a contestarle entonces alguien apareció en la puerta.

Bel, ¿Con quién hablas?

Axel sostenía un encendedor y el fuego de este iluminaba su rostro. Gire atrás a ver con quién estaba, pero el lugar estaba vacío. Fueron solo unos minutos, pero la desesperación que se apodero de mi era terrible.
Me arroje de la cama, el suelo frío me avivó la piel. Aún no podía creerlo.
La luz se encendió pero las lámparas parecían estar estáticas y vibraban, algo cruzo la habitación con rapidez.

— ¿Qué es eso? — preguntó Axel.
En ese instante un adorno lo golpeo en la cabeza, cayo al piso dejando una pequeña mancha de sangre a su lado.
Los objetos continuaron moviéndose por todo el lugar, eran arrojados con fuerza haciendo de la habitación un caos total. Las luces se encendían y apagaban, toda mi valentía se esfumaba como humo.

¿Te iras conmigo?
Esa voz tenebrosa hacia que cada célula de mi piel se estremeciera del pánico.

¿Sabes que es peor que el miedo? No ver lo que tanto te atemoriza...

Invisible ante mis ojos, un ente que podía tocarme, podía hablarme, podía verme pero yo jamás podría contraatacarlo.

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WILLIAM (Historia Corta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora