WILLIAM (Historia Corta)

Viaje

¿Has sentido como si alguien te estuviese viendo?
Yo vivía con esa sensación, el aire  siempre estaba frío donde estuviera, y alguien parecía hacerme compañía siempre.
El día era tolerable hasta un punto, no muchas cosas sucedían pero la noche era una verdadera  pesadilla.
Tenia recetadas varias pastillas y estaba a punto de comenzar un tratamiento psicológico.
Todos los que me conocían intentaban no pasar mucho tiempo a mi lado, estar conmigo les ponía los pelos de punta, y así poco a poco me fui alejando del mundo.

Una tarde conocí a Axel, nos hicimos amigos de inmediato, él parecía ser inmune a lo que me rodeaba. Era amable y muy entusiasta, siempre estaba con una sonrisa en el rostro. Cuando algo extraño nos sucedía siempre le encontraba una explicación lógica, y así fue como empecé una nueva etapa.

— Haremos un viaje en auto — anuncio un día —  y te prometo que olvidarás todo. ¡Será increíble!.

Acepte feliz y decidí que era hora de dejar lo malo atrás.

Juntamos lo necesario, y partimos, fue como si lo que sea que me siguiera se quedara en casa, respire el aire y me sentí plena y liberada.

Fue mágico e increíble, creamos un vinculo estrecho y fuerte. Axel era maravilloso, mas de lo que merecía. Me quería, me protegía y me brindaba todo lo bueno de la vida.

— Te quiero Bel, no importa nada, yo siempre estaré junto a ti.

Sonreí dejandome llevar por mis sentimientos.

***

N

o solíamos viajar de noche, pero al estar retrasados decidimos hacerlo. Faltaba poco para llegar a destino, iríamos a las montañas a caminar y sentir la nieve por primera vez.

Al faltar unos kilómetros, el carro comenzó a fallar, temeroso de que se descompusiera, Axel se estaciono a un costado de la ruta. Camiones y otros autos pasaban todo el tiempo por allí, pero ninguno se detuvo para ayudarnos.
Me encontraba sentada en el lado del acompañante mientras que Axel revisaba el motor y algunas otras cosas. A lo lejos se veían un camión de gran magnitud acercándose lentamente, sus faros delanteros iluminaban por completo la cabina del auto.

— Bel, alcanzame la mochila que esta ahí detrás que tengo una linterna dentro — pidió Axel.

Gire y tome la mochila de los asientos traseros, la luz del camión se hizo mas fuerte y quede petrificada.
Estaba sentado allí atrás con una diabólica sonrisa en los labios, su piel parecía estar descompuesta, sus ojos eran negros sin el menor índice de humanidad en ellos. Me miro fijamente e hizo que sintiera un miedo indescriptible, un sonido gutural surgió de su garganta, apretó la mandíbula e intento decirme algo. Me apoye en el comando del auto alejándome de eso lo mas que pude, se acerco un poco más y me quiso tocar. Estiro su mano en modo de invitación, un olor putrefacto inundo el lugar, deje de respirar pero no podía dejar de mirarlo. Vi la tenue linea que tenia en el cuello, sangre podrida salia de allí, pareció percatarse de que observaba, se llevo las manos al cuello y susurro con un tono jadeante:

— Mía...

Busque con mi mano el seguro de la puerta, la abrí y salí de allí lo mas rápido posible, no podía decir una palabra. Axel me vio tirada en el suelo y corrió a socorrerme, me dolía la cabeza y mis manos sudaban temblando del miedo.

— ¿Qué sucedió Bel? ¿Qué viste? — sus preguntas estaban llenas de temor.

— Es William — dije por fin antes de largarme a llorar.
—No me dejara en paz.

Se acerco al auto para asegurarse de que nadie estuviera adentro. Sin hacer caso al ruido incesante que producía el auto, lo condujo hasta un pequeño hotel cerca de las montañas.
Entramos y se dejo caer en la cama.

— Duchate y luego hablaremos de ese tal William ¿Si? — ofreció.
Entre y me di un rápido baño, no tenia ánimos de estar sola mucho tiempo. Pero el miedo era parte de mi vida. En el lavabo, escrito con sangre había una nota de parte de él.

— Te adoro...