Sola

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¿En qué momento perdí la cabeza?
Estaba allí, justo frente a mis ojos con sus manos presionando con fuerza mis muñecas. Era él, hizo que mi corazón se desbordara por completo, mis sentidos atentos y alerta pedían a gritos que reaccionara y me defendiera.
Sentía su cálido aliento en mi rostro, sus ojos me observaban como si fuera la octava maravilla del mundo. Esto era todo lo que una vez soñé, lo que quise en el pasado.

— Dejame por favor. —rogué.

Sus ojos perdieron ese brillo singular, su sonrisa tenue desapareció y soltó mis manos. Se alejó unos pasos mirándome como si no supiera quién era, su rostro perdió el color y la vida. Se esfumó en el aire, un viento inexistente lo arrastro hacía fuera.

—¿Qué fue eso? — pregunto Rebecca.

Las lágrimas cubrían mi rostro, ya no podía mas.

Escuche la puerta abrirse, mis padres entraron para asegurarse de que estuviera bien.
Ambos me observaban cautelosos.

— Bel, ¿Estas bien? —pregunto mi madre tomandome del rostro.
Negué con fuerza con la cabeza.

Seco las lágrimas de mis mejillas, y se sentó junto a mi espantando todos mis miedos.

— Lo superarás un día. Solo hay que dejar que el tiempo lo cure todo.

Me dolía mas de lo que muchos imaginaban. Era mas aterrador de lo que parecía.

— No puedo... Ya no puedo más...
— Los extrañas mucho, y es difícil. Algún día podrás dejar todo esto atrás.

— Yo no extraño a nadie —murmure.

— ¿Ni a Alexa? ¿Ni a Rebecca? — quiso saber.

Mire a mi amiga.

— Rebecca esta allí en el sillón — respondí.

Ambos se miraron. Un muy mal presentimiento recorrió mi piel.

— ¿Puedes ver a Rebecca, hija? —inquirió.

— Allí esta — dije apuntando a sillón. Del otro lado Rebecca me sonreía.

— Otra vez esta delirando — acuso mi padre.

— No estoy delirando...
Mi voz se alzo sobre ellos.

— Rebecca murió Bel, ¿acaso no lo recuerdas? ¡La asesinaron!

Mi cuerpo se estremeció, cada célula de mi piel tembló del miedo. Si Rebecca estaba muerta, ¿con quién estuve hablando?

Ya no había mucho a lo que temer, solo a la soledad.
Estaba sola, y sabia que vendría por mi...

— ¡BASTA, POR FAVOR! —grite antes de caer desmayada.

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WILLIAM (Historia Corta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora