Bel siempre estuvo enamorada de William, llegó a amarlo en secreto escondiendo todo su afecto por él. Pero cuando creyó hallar el valor para declarase, Will se suicido dejándola destrozada por dentro y sin que pudiera develarle sus sentimientos.
Al...
No tenia motivos reales para morir, no dejaría que una bestia hiciera de mi vida un infierno. Me arroje sobre eso, con la filosa navaja entre mis dedos comencé a rasgar su piel, corte y corte. Le corte la garganta de un tajo y la sangre comenzó a brotar dejando un rastro rojo en mis manos y mi ropa. No me detuve, no dejaría que nada mas me atemorizara. Alguien encendió la luz, creí que era Rebecca y sonreí para mostrarle lo que había hecho. Pero no era ella. Eran mis padres. Horrorizados me miraban con los ojos abiertos sin creer lo que veían.
— ¿Qué hiciste Bel? — decía mi madre.
Poco a poco baje mi cabeza con las ideas golpeándome, sabia que algo malo ocurriría. Allí en suelo con la garganta desgarrada y un charco de sangre a su alrededor estaba Rebecca. Solté la filosa navaja, mire mis manos repletas del liquido rojo. Las lleve a mi rostro sintiendo el olor en mi piel, ese olor a oxido que me quemaba la nariz. La había asesinado... Entre en pánico, mis manos temblorosas no sabían que hacer. Todo giraba a mi alrededor. La noche oscura me consumía mientras intentaba pensar con claridad, ¿Qué es lo que me sucede? ¿Por qué no puedo seguir con mi vida? Solo me puse a gritar, grite con todas mis fuerzas hasta que mi voz se corto del dolor que me producía hacerlo. Vi las luces azules y rojas afuera, supe lo que venia a continuación. — Demente, desquiciada, psicótica, neurótica... Loca.
Estoy loca...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.