Dormir

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El tiempo transcurrió, la soledad fue mi única compañía.
Aunque las cosas se lograron calmar un poco, aún había situaciones en las que sentía que algo más estaba junto a mi.
No importa donde estuviera, las luces titilaban aunque fueran nuevas, las puertas por las que cruzaba jamás se cerraban del todo, el frío era habitual en mi vida.
Pero por alguna extraña razón no podía tener novio, ni amigos. Lo que sea que estaba junto a mi era celoso y siempre encontraba la forma de ahuyentar a las personas que quería. Al principio no lo supe, fueron diversas situaciones que me llevaron a esa conclusión final.
No dormía sola, mi hermana o mi madre dormían junto a mi.
Me despertaba de noche sintiendo como cada uno de mis músculos estaba inmóvil con los ojos abiertos viendo hacia el techo, no podía mover los labios para hablar y mucho menos para gritar. "Parálisis del sueño" le dicen, pero es mucho peor que su explicación científica. Sientes que algo se sube arriba tuyo y empieza a exprimir cada gota de vitalidad que posees, percibes que alguien esta junto a ti, algo maligno, algo siniestro que desea tu perdición. Y no hay nada que pueda salvarte en ese momento. No importaba cuantas pastillas tomara, ni cuanto alcohol bebiera para poder dormir, siempre volvía a suceder y cada vez que pasaba se llevaban un poco de mi alma.

La noche que empeoró, fue cuando vino mi pequeña sobrina a dormir a casa.
Por más que quisieran persuadirla ella solo quería dormir conmigo. Finalmente deje que lo hiciera, pusimos unos colchones en la sala para ver televisión y celebrar una noche de chicas, ella estaba feliz al ver sus uñitas de colores, era tan hermosa que me hacia olvidar todos mis problemas.

Al rededor de las doce logre que durmiera, me sentía en confianza así que apague la luz.
Minutos después escuche como algo era arrastrado por el piso, abrí los ojos poco a poco, vi a la pequeña jugando en el suelo junto a sus juguetes. Estaba de espaldas, no podía ver su rostro. Estire mi brazo para tocarla y regresarla al colchón pero se alejó de mi, me senté y ella corrió a esconderse detrás de un sillón, cuando estaba por regañarla llegó mi madre y encendió la luz. Tal fue mi sorpresa al ver a mi sobrina durmiendo plácidamente a mis espaldas que sentí como me ponía pálida y mi cuerpo comenzaba a temblar. Me puse de pie para mirar detrás de los sillones pero no había nada, estaba segura de haberla visto.

— Yo también escuche a alguien jugando — dijo mi madre.

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WILLIAM (Historia Corta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora