Sueños.

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— Fue solo un sueño — dijo mi madre tranquilizandome.

Nunca tuve pesadillas. Jamás. Ni siquiera estoy segura de haber soñado alguna vez.
Palpé mis sabanas y mi almohada, estaba en casa sana y  salva, vi a mi madre sentada al final del colchón observándome extrañada.

— ¿Estas bien? —pregunto.

—Si — mi voz salio tan aguda que pareció un pitido.

— ¿Qué te ocurrió? ¿Donde fuiste?

— Fui con las chicas — recordé el cementerio, no era algo que muchos fueran a creer — A tomar algo — mentí. 

— Esta semana iremos al doctor.

— ¿Por qué? — Inquiri

— Te desmayaste frente a la puerta Bel. Eso no es normal.

Me había "desmayado", recordaba el trayecto y estaba mas que segura que me encontraba lejos de mi casa, tal vez el susto logro confundirme y termine delirando.
Pensé en aquella pesadilla , pensé en aquella tumba y en todo lo vivido pero no le encontraba una explicación lógica.
Puse la cabeza en la almohada, mamá se fue cerrando la puerta de la habitación. Tenia un espejo detrás de la puerta, me encantaba verme allí, vislumbre mi reflejo y decidí volver a dormir. 
Cerré los ojos un momento y relaje todo mi cuerpo.
A los minutos sentí que alguien me estaba sacando la cobija del cuerpo, pensé que era mi madre queriendo despertarme, me toco los pies, tenia las manos heladas, quise quejarme y presiono sus dedos con fuerza arrastrándome por completo fuera de la cama, con tan poco esfuerzo logro derribarme. En el frío suelo mire hacia todos lados pero estaba sola, quise acercarme a la puerta pero había algo en el espejo observándome. Casi me trago la lengua del susto, el miedo tomo mi cuerpo e hizo que mi corazón se detuviera. Cuando pude volver a articular las palabras solo lance un grito aterrador.

—¡MAMÁ!

Ella acudió rápidamente, pero lo que estuviera en el espejo no la dejo entrar, aún me miraba, quise apreciar lo que era, no tenia ojos, ni boca, ni siquiera parecía humano.

— ¡Mamaaaaaaaaaa! — volví a gritar.

El espectro apoyo su mano y el espejo estallo, los vidrios se esparcieron por todo el suelo, algunos se incrustaron en mi piel haciendo que la sangre brotara como un torrente.
Mi madre logro entrar, estaba descalza y al pisar los restos de mi espejo se corto toda la planta de los pies, un grito de dolor salio de su garganta. Vi su sangre correr por el piso, ella no se movió un centímetro mas hasta que mi padre entro desesperado a sacarnos de allí.
No sé que fue. Solo sé que el miedo se volvería algo habitual en mi vida.

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WILLIAM (Historia Corta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora