-Te creo Tomás, pero aun asi necesito un tiempo de ti y de toda esta mierda he tenido, ya suficiente, quiero ser feliz y siento que contigo jamás podre ser feliz.
-No digas esa mierdas, Sam-dice con la voz rota-me estás rompiendo de nuevo el corazón...
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Me encuentro en la taquilla con Tomás mirando que película vamos a entrar a ver. No sé, como mierda me convenció de venir, claro que Tomás, prácticamente me arrastró a que viniera con él. Dios, como me gustaría estar en mi cama, leyendo un buen libro.
— ¿Qué película quieres ver "butterfly"? —suelto un gruñido y me da lo mismo que película entremos a ver, yo solo quiero irme. Lo fulmino con la mirada y él tiene una sonrisa.
—Me da lo mismo—digo enojada, me cruzo de brazos.
— ¡Que humor! —Él pone los ojos en blanco—tal vez, si te doy otro beso, te ponga de mejor humor.
Empiezo al maldecir en voz baja.
—Te estas ganado que te robe otro beso, "butterfly", no me malinterpretes, por mí encantado, pero sé que a ti no te gustará—lo miro y él me guiña un ojo.
—Si no fueras tan imbécil, me caerías mejor.
—Mira Samantha, tú no me conoces y no deberías juzgar a las personas así de rápido, yo solo he tratado de ser amable contigo y ¡por dios! Solo te robe un beso y por ese beso es que te caigo tan mal ¿o en realidad piensa que soy un imbécil? — lo quedo mirando, porque sé que tiene razón, pero hay algo de él que molesta y no puedo evitarlo.
—Está bien, pero promete que no me robarás más besos y dejarás de ser tan egocéntrico.
Él se acerca a mí y siento su respiración en mi oído.
—Intentaré mantener mis manos alejadas de ti, pero no te prometo nada y tampoco sé si podré resistirme a tus labios.
Pongo los ojos en blanco y él me toma de la mano, para poder pagar por nuestras entradas. Entramos a la sala de cine y nos sentamos en los últimos asientos.
Unos minutos después empieza la película y le pregunte a Tomás que película era y me dijo que era una de terror. Me acomodo en mi asiento y así paso dos horas viendo una película de una niña, que tenía el demonio dentro y que le hacían exorcismo y más cosas que no quise mirar. Tomás, estuvo toda la película mirándome de nuevo, como lo hizo cuando estuvimos en la primera clase juntos.
Por fin la película termina y salimos del cine. Miro la hora en mi celular y me doy cuenta que es muy tarde.
—Gracias por la película, me tengo que ir—le digo a Tomás. El me mira por un largo rato antes de hablar.
—Yo te llevo, ¿a dónde vives? —Yo niego con la cabeza—vamos Samantha, es tarde y no dejaré que te vaya sola
—Está bien.
No tengo ganas de pelear, solo quiero llegar a mi casa, a acostarme y dormir. Caminamos en silencio al estacionamiento en donde me subo a su jeep negro. Le doy la dirección de mi departamento y se puso en marcha. Cierro los ojos y trato de no pensar en nada más que en mi cama y llegar a dormir.