Capitulo 13

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Tomás

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Tomás

En un abrir y cerrar de ojos se pasaron volando dos meses y han sido los mejores de mi vida. Estos dos meses han sido increíble con mi chica muchas películas, libros, besos, tardes juntos, con ella me siento completo, con ella de nuevo me puedo sentir vivo. Samantha simplemente me da vida, a mi vida oscura.

Camino por los pasillos de la universidad junto con Sam, la miro de reojo y veo que está mirando su celular. Me encanta como anda vestida hoy, un pantalón negro de cuero, que se apega a todas sus curvas, una chaqueta blanca y su hermoso pelo castaño largo suelto.

—Los chicos están en la cafetería—ella esboza una sonrisa—vamos.

Antes de responder, ella tira de mi mano y me hace caminar más rápido, cuando entramos a la cafetería y veo nuestro grupo de amigos, me doy cuenta de que todos están con la boca abierta. Frunzo el ceño y después me doy cuenta que nadie nuestros amigos, sabe que ahora Sam y yo estamos juntos. Todo este tiempo hemos sido muy discretos con Samantha, ella aún no se sentía lista para decir que estábamos juntos, yo al principio me enojé, me molestaba mucho que me tuviera como su secreto fueron dos meses de fingir con nuestros amigo que solo seguíamos siendo amigos y nada más, pero por fin Samantha acepto contarlo nuestros amigos y hacerlo oficial de que estamos juntos.

Miro a Sam y ella tiene una hermosa sonrisa.

—Hola chicos—dice Sam, yo miro a mis amigos y veo como se empiezan a mirar unos con otros.

—Me debes 10 mil, Alex—dice Camila con una sonrisa.

Alex empieza a maldecir y le pasa la plata. Miro a Sam, veo que ella está frunciendo el ceño a Camila.

—En serio amigo—Alex me sonríe—tenías que empezar a salir con Sam, justo esta semana.

—Oh, cállate.

—Un momento, ¿hicieron una puesta ustedes dos, sobre nosotros?—Señala Sam a Alex y Camila.

—Amiga no te enojes, yo sabía que no iba a pasar de esta semana—Camila, le sonríe a mi chica y su novia pone los ojos en blanco—ustedes sacaban chispas cuando se miraban, todos sabíamos que entre ustedes pasaba algo, no fueron tan discretos.

Sam, pone los ojos en blanco. Yo me acerco a ella y la abrazo.

—Me siento como cupido—dice Tamara, llevándose la mano al corazón.

Suelto una carcajada y niego con la cabeza.

—Pero si tú no hiciste nada—le digo a Tamara—yo conocí, a mi "butterlfy" antes que tú. Además hemos estado juntos hace dos meses y yo nunca te pedí ayudar para conquistar a Samantha así que no hiciste nada querida.

—Oh, cállate imbécil, no me quites el momento—Tamara, me tira un bolita de papel—más te vale cuidar mi amiga o te juro que no vas a tener descendencia.

Ruedo los ojos. Los chicos cambian de tema, miro a Sam, y la veo animadamente hablando con los chicos. Me acerco a ella.

—Eres bellísima, mi "butterfly" —le susurro. Ella me mira y se sonroja.

—¿Te quedaras conmigo hoy? —pregunta

Hago una mueca.

—Samantha, no puedo... tengo que cuidar a mi hermanita—ella asiente, le acaricio su mejilla—quédate tu conmigo.

— ¿Quieres....que...valla...a...tu casa? —pregunta nerviosa.

—Sí. Quédate conmigo—Esboce una sonrisa, ella niega con la cabeza—por favor—junto mis manos y hago un puchero.

Sam, empezó nueva mente hablar con nuestros amigos y me ignoraba. Solté un suspiro fingido y apoye mi cabeza en un puño y seguía haciendo un puchero. Sam, mira de reojo hacia mí.

—Está bien—dijo ella.

—Nunca falla este truco contigo, mi "butterfly" —sonríe deslumbrante y pone los ojos en blanco.

Tocaron el timbre para ir a clase y todos empezamos caminar a nuestro salón, tire de la mano de Sam, y la abrase. Llegamos al salón y nos sentamos en la última fila. Sam, apoyo su cabeza en la mesa y cerró los ojos, mostrando el aburrimiento que le causa materia de matemática.

El profesor entro en aula y empezó a explicar los ejercicios que teníamos que hacer, miré a Sam, y estaba bostezando y apenas podía tener los ojos abiertos. Metí la mano debajo de la silla y la acerqué más a mí.

— ¿Aburrida eh? —Le pregunte, ella solo asintió—me hubieras hecho caso y nos hubiéramos quedado acostados calentitos en tu cama, pero tú quisiste venir.

Ella niega con la cabeza y vuelve a mirar al profesor. Me acerco a ella y pongo mi mano en su muslo.

—Imagínate toda las cosas que pudimos haber hecho—le susurro cerca de su oído—cosas muy divertidas.

Ella me mira y yo le guiño un ojo.

—Pervertido—susurra.

—Oh vamos, nena, se supone que aún te estoy conquistando y tú no me ayudas en nada—le dije de broma.

Ella se ríe y me pego en brazo. Puse una mueca.

—No tienes remedio—dijo ella, sin mirarme.

Me ríe y arrastre aún más cerca su silla a mí. Ella me mira recelosa y apoyé mi codo en la mesa y me quedé mirándola fijamente. Ella empezó a hacer sus ejercicios, vi como intentaba hacer un ejercicio una y otra vez, hasta que tiró el lápiz a la mesa.

— ¿Qué? —Dijo enojada— ¿Por qué me miras tanto?

—Eres muy pero muy agradable a mi vista—me encogí de hombros y reí divertido.

Ella me fulmino con la mirada.

—Tomás, no estoy de humor—ella se cruzó de brazos y solo me hizo reír aún más— ¿pero porque te ríes de mí?

—Te ves demasiado candente cuando te enojas—ella se sonroja y yo tome su lápiz—no están difícil.

Y así me lleve toda la clase explicando a Sam, como era que se hacían los ejercicios, ya faltaban 10 minutos y nosotros ya habíamos terminado con la tarea.

—Creo que no era tan difícil—me dijo ella. La mire de reojo.

—Claro que no y menos cuando tienes un profesor tan sexy y guapo como yo—bromee, me acerque a ella y le di un rápido beso.

—Tomás estamos en clase.

—Pero si el profesor no se dió ni cuenta—me acerque de nuevo y le robe otro beso—aprende a vivir mujer—brome. Ella negó con la cabeza.

El día se me paso volando, cuando me di cuenta estábamos ya llegando a mi casa, miré a Sam y vi que está nerviosa.

—Tomás, no quiero molestar.

—Samantha, tu jamás me vas a molestar a además mi hermanita te adoro y solo la pasaremos a buscar—me encogí de hombro.

—Como...pensé que tú vivías con—ella empieza a tartamudear.

—No. Solo tengo algo de ropa ahí, pero yo vivo solo.

Me detuve frente al portón de la casa de mis padres y hable con Sergio, el guardia de la mansión de mis padres. Estacione mi jeep, frente a la casa y vi como mi hermanita estaba ya esperándome en la puerta con la nana.

Me bajé del jeep y mi hermanita corrió hacia a mí para que la tomara en brazos.

—Tomás—grita Camila, le doy un beso en la mejilla. La puerta se abre y baja Sam.

Camila, corre y salta a los brazos de Sam, ella la toma en sus brazos.

—Bueno mis chicas, vayámonos de aquí—las chicas asiente. Camila toma la mano de Sam, para que se siente con ella atrás.

—Tomás, ¿tu novia se puede ir conmigo? —me dice Camila, yo hago una mueca.

—Ella se va conmigo pequeña, ella es mía, no intentes quitármela—bromeo con ella. Camila, asiente y se sube al jeep.

Me acerco a Sam, la tomo de la cintura.

—Así que soy tuya.

—Desde el primero momento en que nuestras miradas se cruzaron, mi "butterfly" —le digo, me acerco a ella y le di un largo beso.

Rumbo a mi departamento mis dos chicas favoritas iban hablando sobre princesas, Sam, escuchaba todo lo que mi hermana pequeña le contaba. Era increíble ver como Camila, habla normalmente con ella. Cuando apague el motor Sam, miró el edificio.

— ¿Aquí vives Tomás? —Ella me miro de nuevo y volvió a mirar el edificio. —Es muy grande y lujoso.

Me bajo de mi jeep y ayudo a mi pequeña hermanita a bajarse, tomo la mano de Sam, y caminamos a dentro del edificio.

Dejo entrar primero a Sam y Camila. Cierro la puerta y veo como Sam, mira mi departamento. Camila, entra a su habitación a dejar a sus cosas. Me acero a Sam.

—Wow, es muy grande—ella me mira, me encojo de hombros.

—¿Te parece si pedimos una pizza para la cena? —le pregunto.

—Claro —me responde con una adorable sonrisa.

Sam, camina hasta el sofá y se sienta. Tomo mi celular y llamo a la pizzería. Miro a Sam, y veo que tiene el ceño fruncido. Me siento a lado de ella.

— ¿Estas bien Samantha? —le pregunto.

Ella me mira de reojo.

—Eh, si eso lo que no sé nada de Daniel y me estoy preocupando—pongo los ojos en blanco, estúpido Daniel. Ella mira de nuevo su celular—supongo que mañana tendré que ir a verlo a su departamento.

— ¡Que no! —Exclamo, ella pestañea varias veces—ya te lo dije Samantha, no me gusta verte cerca de él y no voy a dejar que vayas a su departamento—digo enojado.

— ¡¿Perdón?! —Ella separa del asiento— ¿escuchaste lo que me acabas de decir? —Sam, pestañea varias veces—tú no eres nadie para prohibirme algo y si no te gusta que este con Daniel, lo siento esto no va a funcionar.

Ella se cruza de brazos. Que mierda acaba decir, joder, siempre supe que ese maldito imbécil iba a ser un gran dolor de cabeza.

—Samantha, él solo te manipulando, pero tú no te das cuenta. Crees en todo lo que él te dice, eres...eres tan ingenua y a veces me sorprende que no te des cuentas, creme yo conozco los tipos como Daniel, y quiero lo que es mío y no lo voy a permitir.

Sam, abre los ojos y niega con la cabeza.

—No sabes una mierda de mi o de Daniel y no soy de tu propiedad y vas a tener que aceptar mi amistada con Daniel, porque yo no lo voy a dejar solo nunca y menos por una persona que solo conozco hace tres meses—chilla.

—Él es un gilipollas— le doy la espalda y aprieto mis manos en un puño— y tu una ingenua por creer todo de el—me doy la vuelta y me acerco a ella—si quieres ve y acuesta con él Samantha, es obvio que aún sientes algo por él, pero de mí olvídate— escupo con oído y suelto un gruñido—para mí solo fuiste un pasatiempo más, como todo las chicas con la que me he acostado, claro, solo que tú, te hacías la difícil y solo tuve que conquistarte para tenerte en mi cama—la miro de arriba o abajo—pero ahora que te miro, solo fue tiempo perdido, cuando puede estar con otras chicas más

No termino de hablar cuando siento su mano en mi mejilla. La miro en su mirada veo odio y furia.

—Eres un gilipollas, pero yo soy la que siente pena por ti—ella toma su mochila y su bolso—porque a ti nunca nadie te va a amar, estás condenado a estar solo Tomás, que bueno que tú mismo me abriste los ojos—ella pone su mano en la barbilla—debería aplaudirte por tu gran actuación y ahora si me disculpa me voy a follar con mi mejor amigo, como tu dices—escupe con odio.

Agarro a Sam de los brazos y la aprieto contra la pared

—No juegues conmigo Samantha, o te ira mucho peor—le digo enojado.

— ¡¿Así?! —Dice con sarcasmo—y que vas a hacerme ¿pegarme o qué?, no te preocupes por eso, porque no sería la primera vez y podría aguantarlo—pestañeo varias veces—los tipos como tú me dan asco.

Ella me da un empujón, pero yo la sujeto con más fuerza.

—Supongo que no tendrás problema al verme con chicas distintas todos los días ¿o sí?, porque no te abras creído todo lo que te dije, ¿verdad?—miento, pero ella se cree y cada una de mis palabras.

— ¡No! —Ella me da un gran empujón—si quieres yo misma te compro los condones, imbécil—ella camina a la salida y me mira por última vez, y veo como tiene sus ojos rojos—solo aléjate de mí y no me hable nunca más.

Dicho esto, ella sale de mi departamento y me doy cuenta de lo imbécil que fui y que probablemente la perdí para siempre, pero tal vez sea lo mejor para mí, su mejor amigo siempre va a ser el problema de nuestro problema y no estoy dispuesto a pasar por eso. A demás de seguro lo que siento por Sam, solo sea algo pasajero y solo me obsesione con ella porque era la única chica que me había rechazado. Y ahora solo tengo que volver a ser el Tomás de siempre.

<Tomás a las 7:58 pm>

"Sofía, puedes venir a mi departamento, te espero y apúrate"

Recibo una repuesta inmediata.

<Sofía a las 7:58 pm>

"Voy para allá, en cinco minuto estoy ahí"

Mi hermana pequeña sale de la habitación y se acerca a mí.

—Tomás, me quiero ir, viene Amelia a buscarme—dice en un susurro—no quiero quedarme contigo.

Se vuelve a meter a su habitación, genial mi hermana escucho todo la pelea con Sam, me pregunto en donde estará ella y si abra llegado a su departamento. Niego con la cabeza. Justo en ese momento toca el timbre, mi hermana sale y corre abrí la puerta en donde esta Amelia.

—Chao Tomás—me dice, antes de cerrar la puerta.

Cierro los ojos y trato de convencerme de que estoy mejor sin Sam, y que no extraño sus besos o sus risas. Me paso la mano de la cara y tengo que olvidarme de ella como de lugar. En ese momento suena otra vez el timbre, me paro de sillón y abro la puerta. Veo a Sofía, con una mini falda negra y una bota con tacones y una polera corta blanca.

—Hola guapo—ella se abalanza sobre mí y me da un beso—esta noche la pasaremos muy bien.

Hola a todos mis hermoso lectores e vuelto con un nuevo capítulo, me imagino que su cara fue de pura sorpresa a la reacion de Tomás

Hola a todos mis hermoso lectores e vuelto con un nuevo capítulo, me imagino que su cara fue de pura sorpresa a la reacion de Tomás

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También mis lectores hermoso, quiero contarle que estamos en puesto #481 en las novelas juveniles.

Y todo es gracias a ustedes que leen mi historia, enserio no tengo palabras para agradecerle su enorme apoyo ❤😍🙏

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Y todo es gracias a ustedes que leen mi historia, enserio no tengo palabras para agradecerle su enorme apoyo ❤😍🙏

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Hoy les traigo un nuevo capítulo espero que le guste❤👏👏💘

Un beso enorme y que tengas un hermoso día y un hermoso fin de semana ❤🤗

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Un abrazo gigante de osó ❤🐼

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