Tomás
— Quedémonos aquí para siempre, por favor piérdete conmigo Samantha, ahora y siempre—le dije a Sam seriamente.
Mire a Sam y ella se había quedado callada y seria. Su expresión en su rostro no me gusto para nada. Sam miro por la ventana y luego me miro a mí de nuevo y vi como en su hermosa cara se le estaba formando una pequeña sonrisa.
— ¿Quieres que me quede contigo toda la vida? —pregunto burlona.
Sonríe de alivio.
— ¡Claro! —Exclame emocionado y sonríe coquetamente hacia ella—estaríamos solos tú y yo, imagínate todo lo que podríamos hacer en esta pequeña cabaña—Sam soltó una pequeña carcajada y me pego un pequeño golpe en brazo— ¡Auch! —exclame de broma.
—Eres un sucio Tomás, todo los hombre piensa en puro sexo—rodó los ojos.
Me acerque a ella y puse mis mano en su cintura. Sam, me miraba atentamente, analizando de seguro cual sería mi siguiente movimiento.
— ¡Que yo tengo que! —Exclame con sarcasmo y diversión— a ver butterfly yo no sé tú, pero yo te decía que podíamos leer libros acostado en un sofá con la chimenea a la luz de la velas y ver miles de películas—solté un falso suspiro y acaricie su mejilla—creo que la que tiene la mente sucia es otra persona aquí—la pinche.
Ella soltó una carcajada y negó con su cabeza.
— ¡Dios eres imposible!
—Sí, imposiblemente guapo—le guiñe un ojo y la apreté más contra mi pecho.
—Tu...estas...mal—dijo ella nerviosa. Me acerque más ella y lentamente y tire del lóbulo de su oreja.
—Tomás—gimió ella.
Mi cuerpo reacciono a escuchar como ella dijo mi nombre y mi cuerpo se encendió. Puse mis labios en su cuello y empecé a repartir pequeños besos por todo su cuello.
Me separo de ella y la miro a los ojos. Apoye mi frente contra la suya y cerré los ojos y tome aliento, antes de hablar.
—Te quiero Samantha Grey—dije en un susurro, tan bajo que si no fuera porque estamos muy juntos creo que ella, no lo hubiera escuchado.
—Te quiero enfermo.
La mire y tenía una enorme sonrisa y me sentí el hombre más feliz, al saber que yo era el chico que provocaba esa hermosa sonrisa y en ese momento me sentí completo. Deslice un dedo a lo largo de su clavícula, hasta abajo y me detuve en su corazón.
—Por favor, Samantha—dije en un susurro.
Ella me miro y frunció un poco su ceño.
—Tomas ¿Por qué hablas tan despacio? —ella me miro a todas partes de la pieza, buscando alguien o alguna cámara. — ¿Qué pasa? —volvió preguntar.
Puse mi dedo en sus carnosos labios.
—Shh...por favor Samantha, quiere en voz muy baja—la acerque más a mi pecho y nuestra narices se rozaron—así quedémonos así y quiéreme en voz tan bajita que la gente piense que no somos nada, porque mientras menos ruidos hagamos; más tiende a que duremos para siempre.
—Tomás...no es justo—dice ella en un susurro—no...puedes decirme esas cosas.
Sonreí de lado.
— ¿Por qué no? —dije con una sonrisa enorme.
—Es...que porque me dices esas palabras tan linda, Tomás—ella se pasó la mano por el pelo y me sonrió—no es justo, porque a ti... Se te escuchan tan sexy...y... y me dice palabras tan románticas y a mí no se me ocurre nada—soltó un bufido y me mordí el labio para intentar no reírme—así que eso...por eso no es justo.
Sam se cruzó de brazos e intento ponerse seria. Puse un mechón de pelo detrás de su oreja y pase mi dedo por su labio inferior.
—Sabes, ¿porque te digo todas esas palabras?—ella negó con la cabeza—porque lo siento aquí en mi corazón—susurre—gracias a ti he vuelto a tener la capacidad de emocionarme.
—Tomás —chillo molesta —Eres imposible, pero aun así, te quiero imbécil.
Solté una carcajada y puse mi mano en mi cintura
—Algo es algo—ella sonrió—por lo menos sé que me quieres con todo los insultos que me dices.
—Eres una nena —dice burlona.
Negué con la cabeza y me cruce de brazos.
— ¿Por qué me dice esas cosas, Samantha? Con lo mucho que te quiero...siempre me estas insultando —solté un suspiro.
Sam me miro de reojo y se mordió el labio.
— ¿No me vas a contestar? —la pinche de nuevo, solo para molestarla un poco.
—Lo que tú digas, señor del drama.
Me lleve la mano al corazón y mire fijamente a esa chica que me quitaba el aliento con solo mírame.
— ¿Lo ves? No tienes ninguno respeto hacia mi persona.
Sam se acercó a mí y tiro de mí polera y pego sus labios contra los míos. Me quedo quieto, pero pronto me recupero. Pongo mis manos en su cadera y la acerco más a mí para profundizar más el beso. Muerdo su labio inferior y Sam, tira de mi pelo con fuerza, me separo de ella lentamente y pongo mi frente contra la suya.
—Tienes actitud chica y eso me gusta —le dije con una enorme sonrisa —me gusta que tomes la iniciativa.
—Tomás —ella empezó a reír.
Solté un suspiro y Sam paró de reírse. La miré de arriba y abajo y se veía tan hermosa con su pelo largo y enrulado cayendo por su espalda.
—Basta de plática y pasemos a la acción —dije.
Puse mis manos en su cadera y la levante con gran facilidad, la puse en mi hombro. Sam, empezó a removerse en mi hombro y reírse. Deje a Sam, con cuidado en la cama y me acerque a ella lentamente.
Justo en ese momento el celular de Sam empezó a sonar, ella lo toma y mira el celular y luego a mí. Sam contesta el celular y no me sorprende la persona que la está llamando.
—Hola Daniel —dice ella contenta.
Me paro de la cama y me acerco a la ventana e intento que Sam tenga más intimidad con su supuesto mejor amigo, que ama a mi chica tanto como yo, miro el lago y se ve tan tranquilo.
— ¡Enserio! —exclama Sam y empieza a reírse.
La miro de reojo y nuestras miradas chocan. Ella me tira un beso y yo trato de sonreír, vuelvo a mira la ventana.
— ¡Que cool! —Le dice a Daniel —sabía que lo ibas a lograr eres el mejor y tenemos que celebrarlo y mándale saludos a tu hermano.
Aprieto mis manos en puño y respiro y exhalo, solo son amigos y tengo que confiar en ella, me repito una y otra vez.
—Vale, ya, yo también te quiero mucho Daniel.
Cierro los ojos fuertemente y cuento a tres para no perder el control con ella. Siento los pasos de Sam.
—Tomás —dice ella en voz baja.
Me vuelvo a mirarla y ella está seria. Pongo mi mano en su mejilla y ella cierra los ojos.
— ¿Estas bien? —pregunta ella.
—Siempre estoy bien, cuando tú estás conmigo butterfly.
—Sobre Daniel...yo —empieza hablar, pongo un dedo en su labio y respiro, antes de hablar.
—Yo no soy nadie para prohibirte algo Samantha, yo confió en ti y no quiero que Daniel, sea otro tema de discusión entre nosotros.
Sam abre los ojos y niega con la cabeza, de seguro ella estaba esperando que explora contra ella y empezáramos a pelearnos, pero ya la perdí por casi un mes y no quiero volver a perderla, porque sé que esta chica me puede hacer el hombre más feliz de este mundo o puede condenarme a tener una vida solitaria para siempre.
—¿Alguien te había dicho lo guapo que eres? —dijo ella con una sonrisa.
— ¡Claro! Muchas chicas —dije con una sonrisa de superioridad, ella arrugo un poco su frente —pero la única chica que me importa está aquí y me está derritiendo con su mirada en este preciso momento.
—Eres único Tomás —ella me abrazo y yo la traje más a mí — nunca cambies.
—Y tú eres, mi "butterfly" —esboce una sonrisa traviesa. Sam se dio cuenta y dio un paso atrás y yo di otro hacia ella. — ¿Te estas escapando de mí? —pregunte de broma.
—No me pareces tan persuasivo, Tomás —dijo ella, volviendo a dar un paso hacia atrás.
Yo me quedé quieto, la miré y me pase una mano por la barbilla.
— ¿Persuadir? —esboce un sonrisa traviesa y avancé hacia ella rápidamente, hasta que ella chocó contra la pared —podría practicar contigo.
Tiré de su lóbulo de la oreja y me pase a su cuello repartir besos, Sam se apoyó en la pared.
—To...mas... —dijo entrecortada.
—Lo sé, nena —la mire a los ojos y sonríe con arrogancia — eso fue bastante "persuasivo" para ti o no —hice comillas con las manos, marcado la palabra persuasivo.
—Mmm...no estoy muy segura —dijo ella con un tierna sonrisa —si me das tal vez otro beso, tal vez me pueda a decidir.
Solté una carcajada, pero no me negué, me acerqué a ella y pase mi dedo por sus carnosos labios. Empiezo con un tierno beso, pero mi cuerpo arde por esta chica y necesito más, mucho más de ella. Su lengua masajea la mía y la estrecho más contra mis brazos con fuerza. La sensación es casi dolorosa, cuanto deseo a esta mujer, pero ella quiere ir con calma y es un dolor que estoy dispuesto a soportar para estar siempre así con ella.
Sam gime en mi boca cuando mis manos empiezan a subir por dentro de su camiseta. Me encanta hacer que ella gime también; saber que soy yo la que causa ese efecto en ella. Sam tira de mi pelo y estoy a punto de perder la razón por esta chica y dejarme llevarme, pero me separo de ella lentamente.
—Menudo beso pequeña —digo con una sonrisa traviesa —jamás me cansaré de ti Samantha —digo sinceramente.
—Tomás —susurra solamente.
La miro y en sus ojos puedo ver un amor puro y sincero, Sam toma mi mano y bajo la vista a nuestras manos unida y por primera vez, puedo decir que encontré a la chica que siempre estuve esperando, durante todo estos años.
¿Alguien más está enamorada de Tomás? ¿Les gustaría tener un novio cómo Tomás? 🤔😱😱❤ Hagan me lo saber en esta línea ❤
Quiero desearles un buen inicio de semana y contarles que cada vez me queda vez menos para salir de clase y poder actualizar todas la semanas😱❤
¿Ustedes cuando salen de vacaciones de verano?
Oigan gupuritas y guapos no saben cómo tengo unas ganas de que lean los próximos capítulos, se viene muchas sorpresas y salen a luz muchos secretos😱❤📖
Ya saben que los quiero con todo mi pequeño corazoncito y que me hacen muy feliz por su apoyo 💗😍No se les olvide seguirme en mis redes sociales en dónde siempre estoy adelantando sorpresita de los capítulos y cuando es que voy subir capítulos 🤗
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Un Magnífico Error
Novela Juvenil-Te creo Tomás, pero aun asi necesito un tiempo de ti y de toda esta mierda he tenido, ya suficiente, quiero ser feliz y siento que contigo jamás podre ser feliz. -No digas esa mierdas, Sam-dice con la voz rota-me estás rompiendo de nuevo el corazón...