Capítulo 10

17.8K 1.3K 64
                                    

Entro con Tomás, a mi departamento y entramos a mi pieza en donde me acuesto en mi cama y empiezo a mira en techo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Entro con Tomás, a mi departamento y entramos a mi pieza en donde me acuesto en mi cama y empiezo a mira en techo. Tomás, se aclara la garganta, para intentar llamar mi atención. Lo miro y veo que de su bolso saca un libro.

Frunzo el ceño y me sonríe de lado.

—Tómalo, por favor...yo...quiero dártelo—empieza a tartamudear.

Yo tomo el libro y miro el libro es Tess la de los D'Urberville, miro a Tomás, y vuelvo a mirar el libro y no me lo puedo creer, este libro lo llevo buscando de hace como un año, pero a toda las librerías que iba o me decía que está agotado o simplemente no lo tenía.

Tomás chasquea los dedos en frente de mí.

—Vamos pequeña, vuelve a la vida—lo miro y tiene una sonrisa radiante. Niego con la cabeza, una y otra vez— ¡Oh genial! Samantha—me acaricia la mejilla y yo sigo sin responder nada, es que esto es demasiado y...simplemente no puedo aceptarlo. Tomás, frunce el ceño y empieza a dar pequeño golpecito en mi frente—necesito que vuelvas "butterfly", ¿hay vida ahí dentro?

—Tomás, yo...no—niego con la cabeza.

—Samantha, al fin. Te perdí por unos momentos—dice sarcásticamente.

Tomás, se sienta a lado mío y yo le paso el libro. El Frunce el ceño y me lo vuelve a pasar.

—Tomás, no...puedo aceptarlo.

—Claro que si pequeña, es un libro que quieres y yo ya me lo sé de memoria, además tengo otra copia.

Me quedo en silencio y Tomás, suelta un suspiro.

—No es la gran cosa butterfly, acepta por favor. Si no aceptas me va a llegar directamente a mi corazón—él se lleva la mano a su corazón y pone cara triste.

Se me escapa una pequeña sonrisa.

—Vamos Samantha, me estas rompiendo el corazón con tu silencio.

Pongo los ojos en blanco.

—No tenía ni idea de que fueras tan dramático—él me regala una hermosa sonrisa, que derrite a toda las mujeres—Tomás, es que es demasiado.

—Claro que no Samantha, es un regalo, te lo quedas y punto—él se para de la cama, y me sonríe de lado—que te parece si vamos a hacer algo para comer.

—Vale—digo marcando la "e". Me levanto de la cama y paso por su lado. Sentí la mirada de Tomás, me doy vuelta y me doy cuenta de que me estaba mirando el trasero. Abro la puerta de la cocina y Tomás dio un prologando silbido, haciendo que mis colores subieran en las mejillas. Me doy la vuelta y Tomás, seguía mirando el trasero, ni siquiera quiso disimularlo.

— ¿Qué estás haciendo, Tomás? —pregunte, abochornada.

—No me había dado cuenta antes pequeña—él me sonríe de lado—pero tienes un trasero espectacular.

—Tomás—me pongo roja al instante y le pego un puño en su brazo, él hace una mueca fingiendo que le dolió.

—No tienes, porque avergonzarte Samantha, es el mejor trasero que he visto—sonrió picaronamente y yo ruedo los ojos.

—Eres un imbécil—me cruzo de brazo.

El rio sarcásticamente.

—No te enojes, mi "butterfly".

Lo ignore y entre a la cocina, en donde abrí la nevera y saque todo lo necesario para hacer una hamburguesa. Tomás, me ayudo hacer las hamburguesas y paso todo el rato, robándome besos y haciendo bromas, jamás me había divertido tanto cocinando.

Miro mi plato y está vacío, la hamburguesa quedo riquísima. Miro a Tomás, y lo veo concentrado escribiendo algo en su teléfono, Tomás, levanta la vista de su celular.

—Sé que soy sexy y guapo, pero no es necesario que babes por mí—me sonrojo y miro de nuevo mi plato. Él se ríe.

—Últimamente te sonrojas con gran facilidad, butterfly—yo lo miro y Tomás, se ve tan guapo, tiene algunos mechones que caen la frente. Me muerdo el labio inferior—un beso por cada pensamiento.

—Muy chistoso—digo sarcásticamente.

Me levanto de la mesa y me llevo los platos a lavaplatos y los dejo ahí. Entro de nuevo en mi habitación y me doy cuenta que mi celular estaba sonado, miro mi celular y tengo una llamada perdida de un número desconocido; que raro, marco el número, pero me sale el buzón de voz.

—Ya me estas engañando—doy un salto y siento los brazos de Tomás, en mi cintura, él apoya su barbilla en mi hombro. —¿quién te estaba llamado?—pregunta con curiosidad.

—Eh, no lo sé, número desconocido.

Me siento en la cama y me paso la mano por mi pelo.

—Ya veo, pero dime nena, cuantos pretendientes tienes, porque llevo dos y ahora esta este chico de número desconocido—él me sonríe de lado—yo pensaba que era el único chico de tu vida cuando te conocí.

Suelto un risa y me acuesto en la cama. Tomás, apoya sus manos a lado de mi cara, dejándome atrapada. Lo miro y tiene una sonrisa picarona.

—Podría acostumbrarme a tenerte debajo de mí "burtterfly" ¿te gusta esta posición? ¿o sí quieres podemos intentar otras posiciones? —mis mejillas se ponen de todos los colores y empujo a Tomás, él rueda en mi cama y se empieza a reír—deberías de ver tu cara, era todo un poema.

Le pego con una almohada y el me la quita con gran facilidad.

—Deja de reírte de mí—digo enojada.

— ¡Que yo! —Él se sienta en mi cama y hace una cara de dramático—yo no me rio de ti—yo lo fulmino con la mira—vale solo un poco y es que muy fácil, hacerte sonrojar o que te enojes.

—Imbécil—digo en un susurro.

Me recuesto en la cama y Tomás, me imita. Nos quedamos en silencio por unos largos minutos. Tomás, se aclara la garganta.

—Samantha, puedo preguntarte algo—lo miro y yo solo asiento— ¿Cuántos novios has tenido?

Miro el techo y me muerdo el labio inferior con fuerza. Solo he tenido un solo novio y vaya que resulto mal esa relación y pienso que uno jamás termina de conocer a la personas y que cuando tú crees que las conoces sacan su verdadera cara a la luz.

— ¿Por qué quieres saberlo?

—Vamos nena, la sinceridad será la base de nuestra relación—dijo el, con una sonrisa radiante.

Suelto un suspiro y miro un punto fijo del techo.

—Solo uno ¿y tú?—lo miro y él sigue teniendo esa sonrisa.

—Creo que ya sabes la repuesta, jamás he sido un chico de una relación—frunzo el ceño—aunque contigo, pienso hasta que podemos casarnos y que tendremos cuatros hijos, dos niñas y dos niños y que estaremos juntos hasta viejitos y que tú me seguirás diciendo que son un imbécil y yo te seguiré diciendo mi bellísima "butterfly".

Lo miro y me empiezo a reír fuertemente.

— Butterfly, escuchaste eso—me quedo en silencio—ese sonido fue mi corazón rompiéndose, yo aquí imaginado un mundo contigo y tú te ríes de mí—él se lleva la mano a su corazón y hace un puchero.

Hago una mueca.

—Tomás—me acerco a él y pongo mis dos manos en su cara—tienes que dejar de leer tantos libros, porque te estas poniendo un poquito dramático.

Él suelta una risa y tira de mí para que me siente en su regazo. Él pone su mano en mi cintura.

—Eres tú la que me hace poner así de dramático, amorcito.

Suelto una risa.

—Eres una reina del drama—dije mientras ponía los ojos en blanco.

El no dijo nada y empezó acariciarme el cuello.

Solté un suspiro, miré sus ojos y vi que sus pupilas estaban dilatadas. Me acerque a él y pegue mis labios contra los suyo, el me acerco más. Se aparta un poco, me acaricia el cuello con la nariz y deposita pequeño beso en él para volver a acercar sus labios a los míos. Sus labios acarician los míos de nuevo mientras pasa la lengua por mi labio inferior antes de cerrar la boca contra la mía y volver a abrirla. El beso es suave y lento, y hace girar a lengua alrededor de la mía.

Me separo lentamente de él y veo que sus labios están hinchados.

—Wow—dijo él—podría acostumbrarme a tus labios.

— ¿Quieres ver una película? —le pregunte, él asintió. Me pare de la cama y fui hasta mi escritorio y tome la computadora, la deje en la cama y fui al armario a buscar una manta. Me acosté a lado de Tomás y estiré la manta para taparnos. Tomás, estaba concentrado buscando una película.

—Espero que te gusten las películas de terror, pequeña—levanto una ceja y trague duro, la verdad es que soy la persona más miedosa del mundo con las películas de terror, y es que cuando veo una película de terror, después paso días soñando con la película.

Yo solo asiento con la cabeza.

—Siempre me puedes abrazar, además así podré ser tu héroe, mi "butterfly"—él puso play a la película, yo le pregunte el nombre de la película y me dijo que se llamaba Verónica.

Llegue a ver hasta la mitad de la película, pero después ya no puede medio mucho y lo único que hacía era esconder mi cabeza en el pecho de Tomás, y él estuvo toda la película riéndose de mí y es que al parecer es inmune al miedo porque ninguna parte vi que se asustó o se sorprendió. Por fin la película termino, yo solo pude escuchar la música del fondo, porque aún seguía escondía en pecho de Tomás.

—Eso fue interesante pequeña—dijo el, me dio un beso en pelo y por fin levante la mirada y él tenía una sonrisa radiante—me encanta saber que soy tu héroe.

—Así que eres de las chicas que gritan—me sonrió pícaramente. Lo mire extrañada, hasta que entendí el doble sentido de sus palabras.

Puse los ojos en blanco.

—Imbécil.

Él se sacudió en una carcajada, haciendo que más mechones le cayeran a su frente. Estire mi mano y empecé a retirarle los mechones de pelo de su frente. Tomás, agarro mi mano y tiro de mí, quede encima de él.

—Te estas volviendo algo atrevida—él se acercó a mí y me dio un fugaz beso—me encanta tenerte encima de mí.

Lo fulmine con la mirada. Tomás, se estaba mordiendo el labio inferior, intentando retener una carcajada. Me acosté de nuevo y me tape con la manta dándole la espalda.

—Vamos Samantha, no te enojes—él puso su mano en mi cintura y sentí un escalofrió que recorrió todo mi cuerpo. Me doy vuelta para míralo, pero antes de que diga algo, Tomás estampo sus labios contra los mío.

—No te enojes, tienes que empezar a relajarte más—de nuevo sonrió pícaramente—tengo mil formas de cómo puedo lograr que te relajes—mis mejillas se tiñeron de rojo y me levante rápidamente y tome el primer libro que mi mano tomo.

Tomás, miro el libro y vi como su cara se le iluminaba.

—No pensé que te gustara ser sumisa, ¿has traído ese libro para que te amarre a la cama y te haga distintas posturas?—Me puse roja de nuevo y mire el libro y puse una cara de horror al darme él cuenta de libro que tenía en la mano era de 50 sombras de grey. —Cada vez me sorprendo más, aunque a mí no me molestaría experimentar cosas nuevas contigo—dijo él, guiñándome un ojo.

Camine de nuevo a mi estantería y tome otro libro.

—Creo que me gustaba más, el otro libro nena—dijo el, con una sonrisa picarona. Puse los ojos en blanco y me acosté. Lo ignoré y me puse a leer, el libro de Todo todo es un libro muy lindo y aunque lo leído ya dos veces, me sigue sorprendiendo su trama y el rumbo que toma la historia.

Tomás, suelta un suspiro y empezó a tararear una canción, luego empezó a acariciarme el pelo. Mire de reojo a Tomás, tenía la cabeza apoyada en un puño. En ese momento estaba bostezando descaradamente solo para demostrarme su aburrimiento.

—Sabes cuándo dije que tenías que relajarte, no me refería a que te pusieras a leer y que me ignoraras—Tomás hizo un corazón con las manos y lo rompió. Como si hubiera roto el suyo. Negué con la cabeza.

—Quiero terminarlo luego.

—Pero si me dijiste que ya lo habías leído y dos veces—se horrorizó el, se dejó caer en la cama tapándose la cara con las manos. —tienes todo el tiempo del mundo para leerlo y no quieres pasar tiempo conmigo, me siento utilizado, solo me quieres para besarme.

Puse los ojos en blanco y volví a céntrame de nuevo en lectura sintiendo sus ojos sobre mí. Levante la mirada, vi que tenía un puchero, lo ignore y volví a intentar concentrarme en la lectura, pero al cabo de cinco minutos en absoluto silencio mientras él seguía con su puchero, no lo soporte más y cerré el libro.

Él sonrió automáticamente y se acercó a mí.

—Espero que tengas una buena idea para pasar el rato—dije.

El me beso el cuello y me empezó acariciar el cuello.

—Tengo muchas maneras para tener tus manos ocupadas mi "butterfly"—él se relamió labio y me beso la mejilla—y tener tu mente ocupada.

Tomas, me besa y siento la calidez de su lengua cuando la desliza dentro de mi boca. Pongo mi mano en su cabello y empiezo acariciarlo, Tomás separa de mí.

—Ya tienes una idea, de que vamos a ser esta noche—me dice, guiñándome el ojo y yo me muerdo el labio inferior.



Hola A todo nuevos❤

Hoy les traigo un nuevo capítulo espero que le guste😍

Si es un poco más corto, pero les tengo una sorpresa en otro capítulo😍❤👏

Un beso enorme y que tengas un hermoso día❤🤗

No se le olvide votar si le gusta la historia 📖🤗💪

Un abrazo gigante de osó 😍🐼🐼

No se le olvide seguirme en las redes sociales donde aviso cuando subiré nuevos capítulos🙋🙌💃

Facebook: Vanesa Osorio

Instagram:Vanesa Osorio

Un Magnífico ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora