Capítulo 15

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Tomás

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Tomás

Han pasado tres días enteros que no he visto a Sam, lo único que sé es que estaba en la playa con el imbécil de Daniel y por lo que vi, ambos se veían felices y ella sonría en todas las fotos que él le tomaba o subían juntos. Me siento en la cafetería como siempre con mis amigos y ellos hablan animadamente sobre Sam.

—Sam, me dijo que viene para acá—dice Camila, abro los ojos y siento unas manos en mi pecho, me doy la vuelta es Sofía, ella me da un beso en los labios y se sienta a mi lado.

En ese momento se abre la puerta y entra una Sam, más morena y feliz, ella se siente en frente mío y saluda a todos. La miro de arriba abajo y se ve increíblemente sexy, con sus pantalones de curos y una polera cortita dejando ver su abdomen plano.

—Joder Sam, podrías avisar cuando te vas con tu guapo amigo a la playa e invitarnos a todos—dice Tamara.

Sam se ríe y saca una crema de su mochila.

—Fue idea de Daniel, y me pareció una buena idea, pero obvio que la otra vez, los invitamos aunque la cabaña de Daniel, es muy pequeña—Sam se corre el pelo para un lado y vi un pequeño tatuaje de un corazón y un infinito debajo de su corazón.

— ¿Necesitas ayuda? —pregunta Camila a Sam.

—Si por favor.

— ¿Te hiciste un tatuaje? —Pregunta Gabriela—te quedo hermoso y tiene algún significado.

Aprieto mis puños y miro fijamente a Sam, ella mira a Gabriela.

—Daniel tiene uno igual y nos hicimos uno igual porque cumplíamos 10 años de mejores amigos y nos pareció una idea genial y bueno el infinito representa que a pesar de todas las peleas y los enojos que hemos tenido todos esto años siempre hemos seguido apoyándonos.

—Me gustaría tener una amistad como las de ustedes, se nota que nunca pelean—dice Tamara.

Sam abrió los ojos y negó con la cabeza.

—Créeme no fue tan fácil y menos cuando yo estuve con...una persona—ella baja la mirada—con alguien que me hizo mucho daño...yo le debo mucho a Daniel y aunque yo lo aleje de mí, por un año, él siempre me cuido e insistía en nuestra amistad, por más que yo le decía que no quería tener nada que ver con él.

—¿Y quién era ese chico?—pregunto Alex.

—Eh, nadie...no tiene importancia—dice Sam, nerviosa.

Justo en ese momento tocan la campana para ir a clase de matemática, me separo de Sofía y camino detrás de Sam, ella habla animadamente con sus amigas y a mí ni siquiera me ha mirado de reojo. Suelto un suspiro, para Sam, yo ya no éxito y ella solo me ignora.

Entramos en salón y me doy cuenta que Sam, está sentada donde siempre y sola. Camino donde está sentada ella y me siento en la silla, ella me mira por un momento y vuelve a mirar su teléfono.

Me aclaro la garganta y ella mira por la ventana.

—Hola—le digo. Sam me mira por un momento y pone los ojos en blanco—vamos Sam, me vas ignora de verdad.

—No me hables Tomás—ella mira su celular y sonríe automáticamente.

Me acerco un poco y puedo ver que a la persona que le sonríe es a Daniel, genial fui un imbécil y me arrepiento y sí, soy una mierda de persona, desde que Sam, se fue de mi departamento sentí un vacío aquí en mi pecho, cuando llego Sofía a mi departamento y me empezó a besar tuve que echarla de mi departamento porque me imaginaba a Sam y tampoco quería besar otra chica que no fuera Sam. Pero claro Sofía, no entendió la indirecta ahora ella piensa que yo quiero una relación con ella, cuando ahora yo quiero intentar de arreglar las cosas con Sam, aunque lo veo muy difícil.

—Samantha, por favor hablemos las cosas—ella saca algo de su mochila y lo deja en mi mesa y me doy cuenta que es libro que yo le regale.

Frunzo el ceño y se lo dejo en la mesa de ella.

—Te lo de vuelvo Tomás, no quiero nada tuyo—escupe con oído.

Suelto un suspiro y yo tomo su mochila y se lo vuelvo a meter en ella. Sam, me mira fijamente.

—Quédatelo por favor Samantha.

Ella se ríe sarcásticamente.

—Debieras dárselo a tu nueva chica—ella me mira por un momento, antes de volver a mirar el profesor.

—No tengo nada con ella, Samantha—le tomo la mano, pero ella la aparta rápidamente de mí.

Sam apoya sus codos en la mesa y me miró fijamente.

—Sabes que es muy feo negar a tu chica y me vale Tomás, todo lo que tú hagas—ella mira un momento por la ventana, antes de mírame a mí—¿qué pensabas que iba a llorar por ti?—se ríe sarcásticamente—tu solo eres un imbécil, que ni siquiera como amigo vale la pena y te compadezco por ti, a ti lo único que te importa eres tú mismo y nadie más.

Golpeo la mesa y Sam abre los ojos.

—Sabes que eso no es verdad—digo enojado—no sabes nada y de cómo te extrañe y no es lo que crees, Sofía solo está obsesionada conmigo, pero yo te quiero a ti Samantha, y joder fui imbécil, pero cuando estoy enojado no pienso nada lo único que pienso es darle en punto que más le duele a la otra persona...yo...no...pienso nada de lo que te dije ese día, en mi departamento palomita, por favor tienes creerme.

Ella levanta su ceja y me mira de arriba abajo. Sé que no voy a conseguir su perdón tan fácil, pero joder, no aguanto a su mejor amigo y punto y de pensar que Sam, este cerca de él, me entra una rabia y celos que no puedo aguantarlo y digo lo primero que me sale de la boca.

—Por favor mi butterfly, dame otra oportunidad y te prometo un final feliz juntos—me llevo una mano al corazón. Ella se muerde el labio inferior.

—No.

— ¡No! —Exclame. Sam me miro de reojo, apoye mi cabeza en un puño y mire a Sam—¿tampoco me perdonas como amigo?

Ella negó con la cabeza e hice un puchero, así pasé toda la clase haciendo un puchero intentado persuadirla, para que al menos intentara perdóname como amigo y así poder estar cerca de ella. Tocaron la campana y yo, ya tenía el labio dormido de hacer tanto puchero.

Sam me miro de reojo y puso los ojos en blanco. Se paró del asiento y yo también y me senté en la mesa, para así atraparla si quería escapar de mí.

—Déjame pasar Tomás—ella intenta pasar, pero yo pongo mis manos en su cintura y ella empieza respira más rápido.

Las chicas llegan a nuestro lado y yo las miro por un momento, antes de volver a mirar a Sam.

—Chicas, Samantha y yo tenemos cosas que hablar, las alcanzamos después—todas asienten y me fulmina con la mirada.

La puerta se cierra y quedamos solo los dos, me paro y la aprieto contra la pared.

—Tomás, suéltame déjame ir.

Me acerco a ella y escondo mi cara en su pecho. Su pelo huele a vainilla y me encanta. Sam me da un empujo, pero yo me acerco más a ella.

—No quiero soltarte, Samantha—la aprieto más contra mi torso y ella niega con la cabeza.

—No tiene caso Tomás, yo no quiero estar contigo.

— ¡Pero porque! —Exclame—si antes estábamos muy bien y nos iba de maravilla junto.

—Exacto Tomás, fue antes, o sea en el pasado, pero tú y tu malditas palabras la tengo clavadas aquí—ella se lleva una mano al corazón—y me dolieron mucho.

Apoyo mi frente con la de ella.

—Déjame remediar mi error, déjame hacerte olvidarte esas palabras—le acaricio la mejilla y ella suelta un suspiro—por favor Samantha, yo te necesito, tu eres la única que puede calmar esto que siento por ti.

—No...puedo Tomás, tú lo que vas a hacer por mí es destruirme y no estoy dispuesta a pasar de nuevo por eso—dice en un susurro.

—"Butterfly", de verdad piensa eso sobre mí—la miro y ella tiene los ojos cerrados, ella se muerde el labio inferior.

Pasamos unos minutos en silencio y Sam tiene los ojos cerrados. Le acaricio las mejillas y ella por fin abre los ojos.

—Tomás, lo nuestro nunca va a funcionar, para estar contigo tengo que alejar a otra persona muy importante para mí y no estoy dispuesto a perder a Daniel.

Suelto un gruñido. <<Puto Daniel>> pienso.

—Samantha, por ti yo haría lo que fuera, incluso a aceptar tu amistad con ese imbécil—dije.

—No Tomás, sé que no lo aceptarías y no te culpo yo tampoco quisiera que tu estés cerca de una amiga por la que tienes sentimientos.

Sam se tapa la boca y abre los ojos. Yo la suelto y camino de un lado a otro, al final, tenía razón Sam, aún sigue sintiendo algo por Daniel, y estoy segura de que ahora ellos lo van a intentar. Me vuelvo hacia ella y respiro hartas veces, antes de hablar y no dejar más la cagada.

Pero la miro y la veo con Daniel y joder se vuelve todo rojo. Aprieto mis manos en puños.

— ¡Que mierda acabas de decir! —Exclamo enojado, me paso la mano por el pelo—tú aún sigues enamorado de Daniel—escupo con asco.

Ella desvía la mirada. Yo camino donde esta ella y la tomo con cuidado de los brazos.

—Al menos mírame a la puta cara—digo gritando.

—Yo...no...se—empieza tartamudear.

Me vuelvo a pasar la mano por el pelo.

—Como que no sabes—respiro hartas veces e intento calmarme—Samantha, por favor si lo haces para verme sufrir los estas logrando—le doy la espalda.

Me siento en la silla y me tapo la cara con las manos. Joder que imbécil fui, ahora Sam está confundido entre mi o Daniel.

—Tomás, yo...no sé, que decirte.

Nos quedamos en silencio y suelto un suspiro. Tiro de Sam, y ella se sienta en mi regazo. Escondo mi cara en su cuello y aspiro su aroma.

—Samantha, por favor—me acerco a ella y nuestros labios están cerca, tan solo a unos centímetros—perdóname, te lo vuelvo a repetir te necesito mucho y estoy perdido sin ti.

—Tomás, no me hagas esto —miro sus hermoso ojos verdes y veo tristeza—me lastimaste y mucho, cuando me dijiste todo—Antes de que termine de hablar, me acerco a ella y pego mis labios contra los suyo y se me escapa un gemido de alivio al sentir su beso, pero el beso duró poco, porque Sam, me dio un pequeño empujón y me obligo a sepárame de ella.

Pongo mi mano en su nuca y la vuelvo a traer a mí.

—Por favor Samantha, bésame, te necesito—ella me da un leve empujo, pero yo la atraigo más cerca de mí—te los estoy suplicando.

—No Tomás—ella me da un empujo y separa de mí—las cosas ya no son tan fácil como antes.

Ella se da vuelta y yo le agarro de la muñeca y la abrazo por detrás.

—Samantha, crees que te puedes resistir a lo que sentimos, tal vez estés confundida, pero, sé que tú me deseas a mí y que Daniel no te hace sentir lo mismo que yo te hago sentir—ella se da vuelta y pone una mano en su cadera—el jamás te hará sentir lo que yo te hago sentir y no me mientas, porque tu propio cuerpo te delata.

—Tomás, no tiene caso de hablar lo nuestro termino y punto.

Ella me da la espalda y empieza a caminar a la puerta.

—Lo nuestro está recién empezando mi "butterfly", y no creas que me rendiré tan fácil contigo—le grito, ella me mira por un momento antes de salir por la puerta.

Me siento en silla y pasó una mano por el pelo. Joder, recuperar a Sam, va a hacer muy difícil de lo que creí, pero me encantan los retos y sé que Sam, me quiere a mí y no a Daniel, y voy a luchar por lo que sentimos aunque ella no quiera.

Me levanto de la silla y tomo mi mochila y camino a mi próximo salón, en la entrada puedo ver Alex y Juan esperándome. Entramos al salón y me siento con Alex.

— ¿Se puede saber en dónde tenías secuestrada a Sam? —pregunta Alex.

Ruedo los ojos.

—Creo que estas exagerando imbécil, yo no la tenía secuestrada y estábamos hablando.

—Si eso ya me lo imaginaba Tomás, pero no sé porque ahora quieres arreglar las cosas con ella, cuando te has estado besuqueando con esa tipa—miro a Alex que tiene una mueca.

—Sabes que yo no tengo nada con ella y es ella la que me besa y me pilla desprevenido y no sé qué hacer para quitármela de encima—niego con la cabeza—yo...quiero a Sam, esa chica me trae vuelto loco.

Juan arrastra su silla a lado de la mía.

—Entonces amigo, tienes que líbrate de esa chica llamada Sofía, porque así jamás Sam, va a volver contigo y lo único que estás haciendo es que ella corra a los brazos de su amigo—Juan me da una palmada en la cabeza y lo fulmino con la mirada—que te lo mereces por imbécil.

—Sé lo que tengo que hacer.

— ¿Así? —Dice Alex con sarcasmo—y dime hombre maravilla, que tienes pensado para recuperar a Sam, mira que yo hablé con mi chica y dice que Sam, no te va a dar otra oportunidad y que está muy dolida—él pone los ojos en blanco— ¡Dios! No me quiero imaginar lo que le dijiste.

Me cruzo de brazos y miro a Alex.

—Joder, sé que fui imbécil pero...—antes de que termino de hablar, me interrumpe.

— ¡Solo imbécil! —Exclama—yo diría que fuiste un gilipollas y a lo grande—bromea. Le doy un golpe en brazo y hace una mueca.

—Quieres callarte—digo enojado—crees que no lo sé, joder soy un imbécil, pero la voy a recuperar y a mi modo.

Alex y Juan se miran por un momento y luego desvían su mirada.

—Te deseo suerte amigo—me dice Juan, dándome palmada en la espalda.

Alex rueda los ojos.

—Cuenta conmigo amigo, cualquier ayuda que necesite estaré aquí.

El profesor entra a la clase y empieza a explicar, pero no me pude concentrar en nada, ya que me mi mente siempre, se iba en ella y de cómo mierda iba a ser para recuperarla y también como coño me iba a librar de Sofía, es chica tiene alguna obsesión conmigo que no me deja en paz.

Pero lo más importante ahora, es que tengo que hacer un plan para que Sam, vuelva a confiar en mí y volvamos a estar juntos de nuevo, sin ella me siento perdido y siento que nada tiene sentido.


Un beso enorme y que tengas un hermoso día y un hermoso fin de semana ❤🤗

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Un abrazo gigante de osó ❤🐼

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