24. Sinónimo y antónimo

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UNA SEMANA DESPUÉS

Amy Martins era sinónimo de felicidad.
Y su padre sería el antónimo.
¡Me volvería loco!

Días después del descaminado viaje de Danes a Italia habían llegado los problemas.

Fotos filtradas de Martins entregándole dinero a Ander, su ex administrador. Empeorando el caso en el que estábamos trabajando.
Y lo que era aún peor, la noticia alentaba posibles sobornos de Martins para ocultar información de su actual demanda.

—Amigo, esto es grave —comentó Pratt mientras yo miraba el informe que me había entregado—. Ander fue agregado como testigo hace unos días y seguramente confirmará la acusación de Green sobre la dichosa compra de la empresa de papel de Martins.

—Sus dos administradores acusándolo en los mismos términos, menos credibilidad para nosotros —mis nervios se alteraron al ver a Amy entrar con tres tazas de café.

¿Cómo le explicaría a ella que su esfuerzos por trabajar en el caso de su padre serían en vano?
Que el caso de corrupción y manejo ilícito de empresas Martins había tomado fuerza al ser Danes acusado de soborno e intento de alteración de pruebas.

—Gracias Amy —habló Pratt al tiempo que ella le entregaba el café, hizo lo mismo conmigo y se dejó uno—. Ya regreso, iré a mi oficina a ver unos papeles.

Oportunamente Pratt se marchó dejándonos solos.
Odiaba tener que ser yo el que le diera la mala noticia.

—¿Por qué huyó? —Cuestionó la obviedad de mi colega.

—Toma asiento —pedí y se sentó en la silla frente al escritorio.

La sentí tan lejos que no hice otra cosa mas que estirarme de mi asiento para tomar su mano por encima de la mesa.

—¿Qué pasa? —su rostro se volvió preocupado.

—El caso se ha complicado un poco —fui sutil e intenté explicarle la situación a la que nos había llevado su padre.

—No es posible —chistó apenas terminé con el relato.

—Se ha vuelto un caso mediático —concluí—. Y ahora tenemos la presión de los medios encima, exigiendo la aceleración del proceso.

—Pero aún ni siquiera tenemos suficientes pruebas, ni hemos conseguido otro ex empleado que quiera testificar a favor. ¿Crees que con Belu sea suficiente? —Interrogó, no contesté y para ella fue una respuesta clara—. Mierda ¿Por qué demonios le ha dado dinero al tal Ander?

Dejé mi asiento caminando hasta donde se encontraba.

—¿Podemos deshacernos de él? —incliné el cuerpo hacia ella para acércame a su boca.

—No —sonrió entre suspiros—. Gracias por lo que estás haciendo por mi padre.

Mis labios se dedicaron a besar su preciosa boca. No tenía nada que agradecer, la situación de Martins también era mi responsabilidad.

Aunque no tuve noticias de Eker durante días, sabía que él tenía mucho que ver en los últimos acontecimientos.
Su fascinación por involucrar a la prensa amarillista en casos legales lo entretenía. Era un claro aviso de su parte.

Miénteme otra vez [PARTE 1] | BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora