25. Juicio

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Amy Martins:

Tres semanas después, el sol anunciaba con salir, al menos una tragedia en mi vida parecía resolverse. El día del juicio llegó... La tercera etapa del proceso penal estaba apunto de empezar..
Y todo gracias a mi tía, Lila Martins.
Tras convencer a Alex su ex esposo y ex empleado de testificar a favor de mi padre y hablara del soborno que había recibido por parte de Eker.

—Todo estará bien —se apresuró a decir Lila mientras nos encontrábamos entre la audiencia..

Sonreí, aún era extraño verla, hacía varios años que papá dejó de frecuentar a su familia, aún me sorprendía que haya accedido a ayudarnos.

—¿Podrías llamar a Alex, para saber si ya está llegando? —Pregunté nerviosa.

Él era un testigo importante para nuestra defensa. Mi tía asintió saliendo de la sala, me dediqué a observar la entrada principal que empezó a llenarse de reporteros de farándula en busca de chismes.
Claramente no tenían intenciones de obtener noticias informativas, no era para eso que Eker los había reunido.

Como una invocación él apareció junto a su cliente, ingresaron a la sala, ubicándose en su respectivos lugares. Steven y mi padre entraron un minuto después.

Sonreí a papá, no lo había visto desde que lo arrestaron, lo extrañaba.

—Ay, pero ni lo han dejado afeitarse —chilló Elizabeth, mi madrastra que estaba a mi lado—. ¡Ahg! Porque tengo que estar aquí viendo esto.

—Será porque eres su esposa —bramé.

—Comprendo que a Dan no le dieran tiempo de arreglarse pero a ti querida, ¿tampoco te dio tiempo? —insinuó observándome con desaprobación.

Se refirió a mi aspecto desaliñado, aunque llevaba un vestido negro corto y formal, no tuve tiempo de maquillarme, mi cabello lacio había formado pequeñas ondas en las puntas.

La ignoré, cuando mi tía regresó a la sala su rostro lucia preocupado quise preguntarle el motivo, pero no tuvimos tiempo de hablar, el juez entró a la sala y nos pusimos de pie recibiéndolo.

Dando inicio, el magistrado corroboró la ausencia de un acuerdo mutuo, se dieron a conocer los estúpidos escritos de acusación y defensa del caso, atentos toda la sala escuchaba cada uno de los delito de los que se acusaba a mi padre, todos falsos.
Confiaba en él y las investigaciones que Steven y su bufete hicieron lo demostraban.

Pronto papá fue llamado al estrado. Conociendo las pruebas presentadas en su contra y aceptando mi padre absoluta honestidad, Eker empezó.

— Una última oportunidad Señor Martins, ¿es usted inocente de los cargos que se le acusa? —cuestionó dejando en claro la diversión en su voz, ¿el imbécil no podía dejar de sonreír?

—No estoy pidiendo una oportunidad ni la necesito —respondió papá con una sonrisa de satisfacción y arrogancia, el Juez indicó que la pregunta debía ser contestada—. Sí, inocente.

— Señor Martins, compró la empresa de Dabret, ¿no es así? —Continuó, cada palabra que salió de la boca de Eker fue una acusación directa.

—Objeción señoría —intervino Steven poniéndose de pie, lucia tan estúpidamente bien, el traje negro y su rostro serio era igual de atractivo que su aspecto rebelde y juguetón—. La pregunta formulada por el abogado es capciosa e induce a error.

Eker desestimó su comentario, sonreí al ver cómo él intentaba mantener la calma, sin duda alguna Steven era capaz de acabar con la paciencia de cualquiera y en ese instante me alegraba de su talento.

Miénteme otra vez [PARTE 1] | BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora