31. Operación rescate

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Días después...

Steven Harvet:

—Leonard, ¿puedes llevar a mi cuñada para que recursos humanos tome sus datos?

—Sí señor, pero si desea puedo enviarlos para evitar que se quede sin su secretaria —Ofreció el jefe de aquel departamento, quien para su mala suerte y mi mal humor, físicamente me recordaba al cretino de mi suegro.

Ni siquiera aquella palabra era suficiente para describirlo, todo rastro de empatía que había creado con Danes se borró cuando me enteré lo que había hecho, aún más al conocer sus razones.
No era difícil atar cabos después de que Müller me dijera los motivos de la visita de mi cuñada; Lectura del testamento de su madre.

Y por supuesto, esa había sido la noticia que a Amy le afectó, no me habló mucho del reencuentro que días atrás tuvo con Rach, pero podía deducirlo.

—¿Señor? —habló Leonard alejándome de mis pensamientos.

—Llévela, para que se familiarice con el lugar, pero necesito que en media hora regrese —pedí—. Por favor, ni minuto más ni un minuto menos.

El hombre asintió antes de salir de mi oficina, quedándome solo medité sobre el tiempo que tendría para hacer que Mark aceptara que aún moría por Rach.
Siguiendo el plan de Amy, llamé a mi hermano para renovar el contrato de patrocinador con la universidad de Wens y también aprovecharía para contarle de mi nueva secretaria.

Pasaron diez minutos hasta que Mark, puntualmente entró a la oficina.

—Antes de que digas algo —me apresuré a decir—. Sí, la he contratado.

— ¿De qué hablas?

—De Rachel —respondí, Mark frunció el ceño sin entender, lo que me confirmaba no la había visto—. Quizá, Muller la ha convencido de mostrarle el bufete. ¡No pierde oportunidad para coquetearle!

Mencioné inocente y el rostro rojo de Mark no tardó en aparecer, tenso y malhumorado se sentó frente a mí.

Enojo, celos, amor o sexo, eran las mejores maneras para que un Harvet reaccionara.

Y me aseguraría de investigar qué funcionaba con mi hermano.

—No me importa lo que hagas con tu trabajo o ella con su vida, hermano —dijo en su aún intento por mostrarse indiferente ante Rachel.

Reí con ganas. Ya veremos...

—Curioso hermano, estamos aquí para renovar el contrato de patrocinio con Ildet, lo que significa que él ha accedido a evaluar a Rachel para que retome el semestre.

—Sí —respondió molesto.

—¿Y has dicho que no te importa? —bufé.

— Soy un hombre de palabra, prometí que no permitiría que nuestra relación afectara sus estudios, es lo que hago y la única razón.

Sonreí triunfante, que lo aclarara decía más de lo necesario.

— ¿Por qué piensas que su desaparición se debe a la relación que tenían, Mark? —Cuestioné— Debes hablar con ella.

Aunque por momentos quería decírselo yo mismo y que dejara de ser tan cabezotas sabía que era a Rach a quien le correspondía decirlo.

— Se abonará un treinta por ciento más del monto estimado.

Ignorando mis palabras centró el tema de conversación en trabajo y dinero. Sonreí al ver a mi gemelo incómodo apenas tomé el teléfono.

— ¿Un cafecito? —dije en tono burlesco— Se lo puedo pedir a mi secretaria, que por cierto el uniforme que lleva... Uf, ¿cuántos de aquí envidiaran al novio de esa chica?

Miénteme otra vez [PARTE 1] | BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora