— Es bueno —dijo Belu por décima vez—. Es decir, es malo, pero muy bueno.
Detrás de la línea mi amigo admiró la astucia que tuvo Eker para fastidiarnos, y sí maldita sea. Fuimos su marioneta, Steven y yo estábamos cediendo a su plan.
—Ya sé que es mi culpa, pero ¡Ah! ¿Cómo el Steven puede creer en Eker? Sabe que intenta alejarnos.
—Amor, se justa con Harvet. No me sé la historia completa del porqué los locos planes de Eker por joderlos pero...
—Ya me he sermoneado todo el día —exclamé al escuchar su tono apunto de regañarme—. ¡Pero Reynolds me las va a pagar!
— No, escúchame Amy, creo que primero deberías concentrar tus asuntos en Harvet y después piensas en Eker, él no es quien te importa, ¿No es así?
Era precisamente lo que no deseaba hacer, pensar en Steven y las consecuencias de mis decisiones.
Esa noche duró una eternidad, los minutos se convirtieron en horas, la mirada triste y llena de decepción de Steven no abandonó mi mente. Necesitaba verlo... Ya lo extrañaba. Resoplé al darme cuenta que la Amy aficionada al romance había regresado y ni siquiera me di cuenta cuando sucedió.
—No hemos hablado desde la mañana —continué mi charla con Belu—. No sé qué decirle.
— Que estás enamorada de él —su consejo me paralizó—. En el mensaje Eker ha dicho que Harvet piensa que no, bueno, dile que... Lo estás.
— Es que realmente; No lo sé.
¿Lo estaba? Sentía un gran afecto por aquel idiota ¿pero, era amor?
— Amy, me has llamado para hablar de él a las tres de la mañana ¿Y dudas que estás enamorada de...?
—Ya no lo repitas —interrumpí enérgica—. Iré al bufete mañana y hablaré con él.
Estaba nerviosa e impaciente, no quería centrar mis pensamientos en mis sentimientos hacia Steven, no ahora, era un intento de protegerme por si se negaba a escucharme.
Sentí toda clase de mariposas en mi estómago, unas llevaban pócimas de esperanzas y otras de veneno.— Debo quererte mucho para decir esto pero, solo dile lo que sientes —hizo una pausa al ver que no fui capaz de formular una repuesta—. Y si no te escucha, lo olvidaras y te casaras conmigo.
Guardé silencio asimilando que algo en su broma era cierta, Steven podría negarse a escucharme. ¿Qué haría si todo lo que le dijera para él fuese una mentira?
—Te dejaré dormir... Gracias por escucharme Belu.
Me despedí de mi amigo al sentirme fatigada, deseaba que amaneciera rápido y poder hablar con aquél idiota que extrañaba.
Horas después y unas cuantas infusiones de té para el insomnio, mi mente abrumada dejó de resistirse cediendo finalmente ante el cansancio.
Fue alrededor de las diez que desperté, mis ánimos eran mucho peor de lo que yo misma podía imaginar y mi ropa se dignaba a combinar con mis emociones.Todo lo que me había probado se sentía incómodo, vestidos formales, zapatos altos, hasta que mi vestimenta deportiva gris se ofreció como mejor opción.
Aunque me arrepentí en el mismo instante que llegué al bufete, ver a las personas súper arregladas del lugar incluida Deborah, era una pesadilla. Exhalé ignorando el exagerado estado de diversión de la secretaría al verme.
―Voy a ver a Steven ―ni siquiera supe por qué le estaba informando, pero lo lamenté al verla moverse de su escritorio para impedirme entrar.
―Mi querido jefe ahora no puede atenderte, ¿deseas agendar una cita? ―Contestó con gracia, estaba divirtiéndose― Sé como convencerlo para que acepte.
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Miénteme otra vez [PARTE 1] | BORRADOR
RomancePor error, Amy conocerá a Steven Harvet... El gemelo del hombre al que ella deseaba enfrentarse. *** Historia de romance, humor y drama. Pd: Esto es un borrador de la historia.