19. ¿Quieres a mi hija?

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Steven Harvet:

—¿Has visto internet? ¡El gran fraude!

La voz de Pratt hizo que reaccionara. Me removí incómodo del asiento de mi escritorio. Tenía al frente a mi colega, entusiasmo y ansioso por el tema estrella de los estudios jurídicos.

«Informes financieros fraudulentos y malversación de activos de empresas Martins»

—No he necesitado de internet —deslicé el sobre amarillo sobre mi escritorio hasta él.

Nervioso, me quedé repasando el contenido, no porque el caso me aterrorizara, sino por lo que significaría aceptar la participación de mi bufete en la demanda hacia los Martins.

—Blender quiere que lo defendamos —Pratt añadió incrédulo al terminar de observar—. ¡Qué locura! Aunque inteligente, conoce nuestro historial, sabe lo bien que se nos da el tema y podremos ganar el...

— Awood, no vamos a aceptar.

Confesé, lo último que deseaba era ganar.

—¿Por qué no? Oh, espera... —reflexionó de pronto—. Lo olvidaba, Amy.

Si, joder,
Ahí estaba el problema.

Mi bufete había sido contratado para hundir empresas Martins por cargos de corrupción y múltiples acciones ilícitas, sin duda sería un caso especial; No solo iba a destruir a una de las concesionarias más exitosas del país, enviaría a la cárcel al padre de la mujer que ha puesto mi mundo patas arriba.

Significaría terminar de ganarme su rechazo.

Su imagen pasó por mi mente,
Habían pasado unas semanas desde la ultima vez que nos vimos en el restaurante. ¿Cómo estará? ¿Pensará en mi aunque sea una mínima parte de lo que yo lo hacía?

—¿Sabes que el bufete de Bradley quiere el caso? Seguramente son los que aceptarían si nosotros rechazamos. Y amigo, ellos no descansarán por llevarse la primicia de destruir a Danes. Al menos nosotros jugaríamos limpio, ellos no.

—No puedo hacerlo —hice un esfuerzo por no perder la cordura.

¿En qué momento he permitido que lo personal interfiera en mi trabajo?
Pratt tenía razón. Podría rechazar el caso, pero otros perfectamente aceptarían hundir a Danes y aunque él no me importaba, los vínculos que el caso tendría con Amy sí. Irían contra los Martins.

— ¿Estás bien? —Preguntó Pratt—. Distraído, mal humorado. Si no te conociera diría que es por una mujer que estás así.

Mi amigo a través de su burla dio en el clavo.

—Sabes que no pierdo el tiempo en esas cosas —bramé.

—Lo sé, por cierto, me enteré que despediste a Eker.

— Sí —hablé cortante, sin querer dar más explicaciones, pero Pratt siguió.

— Hemos llevado tanto tiempo trabajando, ustedes nunca se han peleado. ¿Qué ha hecho que esto pasara?

— Pratt, se acabó el tema —no quería involucrar a más personas en mis asuntos con Eker—. Necesito que averigües quién defenderá a Danes Martins. Espero al menos sea inteligente escogiendo su abogado.

—Ahora mismo lo haré —respondió levantándose de su asiento, una pequeña sonrisa salió de sus labios—. Después de eso ¿Podría salir media hora? Shanon llega hoy y quiero ir por ella al aeropuerto.

— ¿Estás interrumpiendo tu trabajo por una chica, Awood?

Mi amigo se encogió de hombros, sin una pizca de culpa por aceptarlo.

Miénteme otra vez [PARTE 1] | BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora