"La mejor arma para vencer a una persona, es conocer sus debilidades" —JamWalker
CAPÍTULO 3
—Señorita Martins, ¿debería decir te lo dije o mencionar lo bien que te queda el uniforme naranja?
Steven había estado charlando sobre lo mucho que se divertía con mi encarcelamiento y lo obvio que iba a ser que me descubrieran.
Jamás pensé que papá descubriera el dinero faltante de su cuenta bancaria tan pronto, mil dólares era una cantidad insignificante para la cifra en su cuenta. Esperaba tener tiempo para devolver el dinero antes de que él supiera que lo tomé, pero lamentablemente no fue posible.
—Largo, no necesito ningún abogado, mucho menos a ti.
—Yo no soy su abogado señorita Martins —Steven se rió unos segundos antes de optar una postura formal—. Soy el abogado de su padre, el demandante.
—¿Qué? —pregunté totalmente sorprendida.
—Como lo oye, y creo que es hora que exija un abogado asignado, aunque no veo a ningún colega deseando tomar su caso.
—Con dinero, alguno querrá —respondí y mis palabras fueron un buen chiste para él.
El irritante hombre frente a mí, posó sus brazos en la mesa entre nosotros, inclinando su cuerpo hacia adelante, me miró, podía observar la línea de diversión que cruzaba por sus ojos.
¿Que era lo que le causaba gracia? ¡Gran idiota!—Señorita Martins, no solo está aquí porque ha falsificado un documento, también ha robado ¿Y se considera apta y en condiciones para pagar a un abogado? ¿Devolverá el bolso channel que se compró? ¿O a caso fueron unos zapatos?
—Largo —demandé.
Me enoja y exaspera, además de su causa legal ¿me estaba llamando pretenciosa?
—Por supuesto, pero primero déjeme culminar con mi trabajo, para eso me pagan —mordí mi lengua, obligándome a mantenerme callada, él decidió continuar—. Cargos de falsificación y robo, acusación de delito penal.
—Dime algo que no sepa —chisté.
—Las zanahorias no siempre fueron naranjas, como el color de uniforme que llevas —Rodeé mis ojos ante su comentario.
—Eran púrpuras por fuera y amarillas por dentro —repliqué con obviedad.
—Exactamente —respondió—. Y sobre lo que no sabes es que tú padre retirará los cargos.
Comentó y vaya que podría sorprenderme, ¿seguro hablaba de mi padre? Danes Martins era incapaz de ello, cuando se enteró de lo que había hecho vi el enojo en sus ojos, odiaba el engaño y los dos días que llevaba encerrada me lo aseguraban.
—¿Cómo es posible?
—Tiene un par de condiciones para ti.
—Por supuesto que las tiene —reí con ironía, era su manera de enviar un mensaje claro: El control que tenía sobre mi vida—. No quiero escucharlas.
—Señorita Martins, creo que su padre me está pagando un honorario bastante bueno como para que no me deje hacer mi trabajo —volvió a burlarse, esta vez tomó el maletín en sus manos y sacó varios papeles de ahí—. Carta de venta de tu coche.
Deslizó la hoja blanca sobre la mesa, dirigiéndola hacia mí.
En el papel se describía textualmente mi renuncia al coche. Me encogí de hombros.
—Puedo hacerlo —dije sin importancia firmando el papeleo que Steven solicitaba.
Si mi padre pensaba que deshacerme de mi coche me dolería, no me conocía muy bien.
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Miénteme otra vez [PARTE 1] | BORRADOR
RomantizmPor error, Amy conocerá a Steven Harvet... El gemelo del hombre al que ella deseaba enfrentarse. *** Historia de romance, humor y drama. Pd: Esto es un borrador de la historia.