CAPÍTULO 30. Hacer lo incorrecto.

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Conduje todo lo rápido que pude y aun así sentía que no era suficiente. Quería evitar que saliese otra vez con él, pero aunque llegase tarde no me importaría arruinar una nueva cita. Sin embargo tendría más oportunidad de que me escuchase lo que quería decirle si no estaba actuando como un acosador celoso saboteando su salida... otra vez.

Estacioné frente a su casa y sentí como si hubiese pasado mucho más tiempo desde la última vez que estuve aquí. Mi estómago daba vueltas sin parar. Toqué la puerta varias veces con el corazón casi en la boca, pensando que había llegado tarde. Sin embargo, Mikaela abrió la puerta con una toalla amarrada a su cuerpo.

Maldita sea

¿No podía estar vestida?

¿No podías hacérmela más fácil?— reclamé en silencio a nadie en particular.

¡¿Le iba a abrir la puerta así al renacuajo baboso?!

Mi boca se secó de inmediato y todo lo que había venido a decirle se me había olvidado en el momento en que su cabello húmedo aun goteaba agua que corría por su pecho y se perdía dentro de él.

Maldita gota suertuda.

—¿Y bien?—preguntó molesta y me di cuenta que había estado hablando sin que yo la escuchase.

—Félix es primo de Melody—solté sin ninguna delicadeza.

Sus ojos se abrieron de par en par. Entré sin que me lo pidiese y cerré la puerta detrás de mí.

—¿Es tu nueva artimaña para sabotear mi cita?—preguntó cruzando los brazos sobre su pecho, haciendo que resaltaran más.

Mi entrepierna se sacudió con violencia, al parecer ella no tenía ni la más mínima idea de lo que era ser inoportuna e incluso inadecuada.

Busqué mi teléfono para mostrarle las fotos que Megan me había pasado. Se lo tendí para que pudiera verlo por ella misma.

Se sentó en el sofá mientras pasaba las fotos. Su cara era inescrutable mientras las veía. Yo estaba preparado para tener incluso que consolarla por el engaño, pero a pesar de todo, ella lucía bastante calmada. Los minutos pasaban y ella seguía con el teléfono en la mano.

—Si sabes donde vive, podemos darle una pequeña visita con algunas vísceras y varios huevos— ofrecí tratando de romper el silencio.

—Me gusta esta foto—dijo para mi sorpresa. Giró el teléfono y me mostró una foto que me había tomado con mi hermana hace algún tiempo haciendo caras graciosas y luego pasó a otra donde estaba en la playa y mi torso estaba desnudo.

Yo le digo que su novio la está engañando, ¿y ella me está stalkeando el teléfono?.

—No hace falta ir hasta su casa—dijo respondiéndome, como si hubiese sido por completo normal que estuviese revisando mi teléfono todo este tiempo—. Tengo una mejor idea.

Su teléfono vibró con un mensaje un par de minutos después y fue cuando ella se dignó a devolverme el teléfono. Revisé con rapidez y vi todas las redes sociales abiertas, los contactos, el buzón de correo, buzón de mensajes y varias fotos mías enviadas a su teléfono.

¡Vaya que es rápida!

No pude evitar reírme por su desfachatez, esa que tanto había echado de menos.

—Es hora de la caballería—advirtió en un susurro en mi oído.

Sabía muy bien a lo que se refería, pero no estaba seguro de lo que pretendía. Ella me apremió con su dedo para que me quitase la camisa, mientras subía las escaleras con rapidez.

Estúpido Nerd Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora