Estúpido Nerd Amor.

CAPÍTULO 34. Me tienes que estar jodiendo . (CAPITULO FINAL)

                  

—Pues miren pues... ¿qué tenemos acá?—pregunto divertido mientras me siento a los pies de la cama de mi hermana—. Buenos tardes solecitos.

Megan se despereza con lentitud sobre el pecho de Alejandro y éste con sus abiertos como platos no deja de mirarme aterrorizado, como si fuese a saltarle encima en cualquier momento.

—Ry, te dije que no iría a trotar hoy—murmuró mi hermana acurrucándose contra Alejandro, sin ningún pudor o vergüenza conmigo.

Estaba feliz y me encantaba verla así.

—Y yo te dije que necesitaba tu ayuda hoy y que vendría después de almuerzo, y aquí estoy dormilones. Pensé que para esta hora no estarían en la cama todavía.

—Si te lo hubiese dicho ¿no hubieses venido?—preguntó comenzando a despertarse de verdad.

—Que va—reconocí riéndome con fuerza— ¿Y perderme la cara de Alejandro de terror?.

Megan lo tomó por la barbilla y le dio un beso casto cuando se levantó de la cama para ir al baño. Me tumbé al lado de Alejandro.

—No te voy a acurrucar—burlé para lograr que se relajara.

Tengo el acertado presentimiento de que esta escena se repetirá varias veces, así que más le vale acostumbrarse.

—Pensé que estarías en mi casa—se sentó en la cama y buscó sus gafas. Llevaba puesta una de mis camisetas deportivas que le quedaba unas tallas más grandes.

—Yo también lo creía, pero después de arreglar el pequeño problema de ayer con Fernando, era muy tarde para presentarme con tu hermana, además, hoy es el baile. Creo que será una mejor sorpresa si me aparezco allá.

—Pareciera que lo tienes todo muy bien pensado, ahora dime ¿para que necesitas mi ayuda?— Megan se unió a la conversación saliendo del baño.

—No es la única sorpresa que quiero darle.

—¿Y que más harás?—intervino Alejandro.

—Allí es donde necesito ayuda. Necesito hacer algo que diga algo así como "perdón por dejarte, ya no se seré un cobarde y lucharé por ti". Y por supuesto recordarle que soy endemoniadamente sexy.

—Creo que a esto lo podríamos llamar "artillería pesada"—afirmó mi hermana mientras me terminaba de acomodar mi corbata.

—¿Cómo es posible que "la caballería" sea con desnudez y la "artillería pesada" sea vestido por completo?.

—Porque estás vestido con un traje y corbata gris—explicó como si fuese algo obvio—te faltan unas esposas, una fusta y unas...—fingió contar con sus dedos— 15 sombras más.

—Si hablamos de sombras—respondí comprendiendo el chiste— yo tengo más de 50. Aunque creo que Mikaela me supera.

Ella rió y su risa me calentó el alma. Estaba feliz y radiante como nunca la había visto antes. Más le valía a Alejandro mantenerla así, porque si no tendría que vérselas conmigo.

Me miré en el espejo arreglando los últimos detalles. Mi traje lucía impecable junto a mi camisa blanca. Megan había escogido la corbata gris apenas la vio y me aseguró que era la ganadora. En ese momento no entendí la gracia de su elección aunque ella me aseguró que Mika si lo haría, y todo se vale en este momento.

Llegué al Instituto con tiempo de sobra. Sabía que Mika aun terminaba de arreglarse, porque era mi hermana la que la estaba ayudando y me mantenía informada.