CAPÍTULO 33. Debo trabajar en la fortaleza de mis principios.

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Me levanté con un cansancio que me tentaba a quedarme acostada todo el día. La noche anterior, después de la cena en casa de Taylor, me quedé hasta tarde con Nicole.

Pensé que el arranque de Taylor la agobiaría y la verdad fue que le quitó un peso de encima. La decisión de lo que debía hacer fue tomada por Taylor y aunque no estaba feliz por como pasaron las cosas, lo cierto es que Nicole estaba aliviada. Y por eso pasamos gran parte de la noche planificando su futuro inmediato.

Lo primero que hizo cuando estuvo calmada fue escribirle a Taylor, reiterándole que le firmaría los documentos de adopción y que si aún él lo deseaba ella podía mudarse a su departamento mientras estuviese embarazada. Taylor respondió de inmediato, le dijo que se podía mudar este mismo fin de semana si lo deseaba, porque él no quería perderse ni un segundo de su bebe aunque estuviese en su vientre. Afinaron incluso varios detalles de la mudanza y de su nueva vida viviendo juntos.

El último mensaje de Taylor fue a las dos de la mañana, diciéndole que había cambiado la cita con sus abogados para la tarde, porque ella necesitaba descansar.

Así que mientras Nicole descansaba, yo asistía a clases. Hoy me darían los resultados de varios de los exámenes que presenté la semana pasada, pero lo que era más importante, me darían la nota del examen de Matemática.

—¡Vaya! a juzgar por tu cara estabas anoche con Nicole— Taylor ironizó sentándose conmigo durante el desayuno

—Y tú amaneciste demasiado fresco y descansado para haber estado escribiéndonos hasta las dos de la mañana— me molestó verlo lucir tan bien y yo tan destruida.

Él sonrió y me dedicó una sonrisa de suficiencia.

—Gracias Megan—habló al cabo de unos minutos—. Las cosas no se dieron como lo habíamos pensado, pero el resultado es que el que buscaba.

—No me agradezcas Tay. Nicole es mi amiga, pero estaba equivocada. Tú hiciste lo correcto y estoy orgullosa de ti.

—La hormonal es Nicole, no hace falta que tú también te pongas cursi—burló. Le lancé una de mis uvas en respuesta.

—¿Me ayudarás verdad?—su voz era nerviosa. Su miedo se filtró a través de esa coraza burlona.

—Sabes que sí—le dije sonriendo— seré su tía favorita.

—Y también su madrina.

Me levanté emocionada dando grititos y saltos de alegría y lo abracé con tanta fuerza que hizo ruidos como si lo estuviese asfixiando, no pude evitar que se me llenaran los ojos de lágrimas.

—Todo esto será tan raro—dijo cuándo lo solté— La próxima semana tenemos consulta médica y he leído tanto en estos días sobre el embarazo y los bebes que pareciera que estuviese estudiando pediatría en vez de abogacía. Mi mamá me mandó un libro sobre nombres de bebes y sus significados. Te juro que me provoca abrir una página al azar y ponerle el primer nombre que consiga

—¡Ni se te ocurra hacer eso!—amenacé—. El nombre correcto llegará a ti en algún momento, ya verás.

—En todos los libros hablan sobre los padres o la madre soltera. Se me hace raro pensar que escogeré el nombre solo así como todo lo demás.

—No estarás solo—tomé su mano con la mía— su súper tía madrina favorita estará contigo, igual que su súper tío.

—Tío padrino—agregó y yo volví a gritar y abrazarlo con fuerza aunque no era sorpresa.

—Entiendo entonces que tu mamá está feliz por la decisión.

—Mis padres están felices. Se morían por ser abuelos. De hecho están planeando mudarse un poco más cerca para poder ayudarme cuando nazca él bebé y no perderse nunca nada. ¿Es normal que me sienta agobiado por eso, más que con el hecho de que seré padre soltero?.

Estúpido Nerd Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora