El Omega cerró los ojos, respirando angustiado a causa del miedo. Las manos del norteño firmemente agarradas a su cintura, le transmitieron una sensación de cosquilleo y anticipación. El calor de su celo se extendía por cada fibra de su ser, convirtiéndolo en un animal presa del deseo que solo quería enterrar sus sentimientos; los de un amor no correspondido.
―Casi hemos llegado, lindo Omega ― susurró el norteño, muy cerca de su sien. Rozó con sus labios húmedos la piel delicada del rubio, haciéndolo ruborizar.
A Mello le habría gustado poder quejarse, comportarse como un animalito indefenso que usaba sus garras para defenderse ante tal muestra de cortejo. ¿Pero no había sido él, sin embargo, el que rogó por estremecerse bajo las caricias del Alfa? Tragó saliva y giró levemente el rostro, mordiendo de forma muy sutil la barbilla del extranjero. Eso produjo que un gruñido gutural y excitante escapase de entre los labios del otro.
Kaos descendió poco a poco, graznando y agitando con poder sus alas hasta detenerse con extremo cuidado sobre la hierba que se situaba en uno de los riscos del reino, perdido entre las montañas mágicas que surgían del mismo océano, elevándose majestuosas y fuertes alrededor de Salitre. Era una zona inaccesible para el resto de los habitantes. Incluso Mello se había preguntado más de una vez que habría allí arriba.
Se avergonzó por dejarse manejar como una princesa cuando Beyond se bajó del lomo de Kaos y extendió los brazos para agarrarlo, ayudándolo a poner los pies en tierra firme. Juntos observaron como el pájaro iniciaba de nuevo el vuelo y se alejaba, sobrevolando el cielo.
―Nunca había... estado aquí...― susurró el Omega, dando dos pasos hacia atrás cuando el norteño sonrió descaradamente y volvió a romper la poca distancia que los separaba, sujetándole el rostro con las manos.
―Hueles delicioso ― siseó, aspirando el perfume de sus feromonas, rozándole el cuello con la nariz.
―Eres tan... tan... ― respiró con dificultad cuando las manos ásperas de Beyond se colaron juguetonas bajo su camisa, buscando en su camino cada recoveco de piel caliente.
―¿Uhm? ¿Tan atrayente, tan fuerte...? ― poco a poco, lo guió hacia la hierba situada bajo el árbol que parecía coronar uno de los salientes del risco.
El Omega fue incapaz de acabar la frase. Beyond lo tumbó bajo su cuerpo ardiente, desnudándolo con las manos y también con la mirada. ¡Esos ojos carmesí parecían brillar de puro deseo! Lo hacían sentir especial y atractivo, como si fuese algo más que un animal en celo.
Se relamió los labios cuando el norteño los delineó con los dedos, rozando la carne húmeda mientras usaba la otra mano para ocuparse de su erección, insistiendo en una de sus zonas sensibles. Su espasmo y jadeo provocaron una risilla traviesa en el Alfa.
―Los norteños, tanto Alfas como Omegas, somos muy buenos en esto ― susurró, haciendo honor a su reputación como amante. Beyond sabía donde tocar y como, demostrándoselo al Omega que se deshacía en gemidos bajo el masaje de su mano ―. No sé que tipo de relación tenéis el pelirrojo y tú pero es un necio por no valorar lo que tiene.
―No... no hables de él... ―jadeó, mordiéndose el labio e incorporándose un poco cuando apoyó los antebrazos en la hierba. Tragó saliva y echó la cabeza hacia atrás para que el norteño lamiese toda la extensión de la piel de su cuello ―. Te quiero a ti, ahora ― gimoteó, demasiado húmedo y caliente debido a su celo.
Se deleitó la vista cuando el Alfa se desnudó por completo. Su fuerte torso repleto de cicatrices le produjo un deseo irrefrenable de acariciarlo con los dedos. Se concedió el gusto de hacerlo mientras dejaba que lo elevase para acomodarlo en su regazo a horcajadas, sintiendo el roce de su erección.
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⸎ Elementales ⸎ (Death Note Yaoi AU- Omegaverse - Fantasía)
FanfictionLight Yagami tiene un ferviente deseo. Regresar a su hogar en el Reino Oriental. Un terrible accidente, un sueño que se repite a menudo y un fulgor rojizo que evitó su muerte... El fuego siempre lo acompañó desde su nacimiento, conduciéndolo en busc...