Mello no recordaba lo que era abandonar la calidez de las mantas y pieles que lo habían protegido del frío aquellos días. Su vientre aún estaba sanando poco a poco, su regeneración como omega le fue útil para recuperarse tras el nacimiento de Aren, el cual dormía acurrucado junto a Beyond buscando su calor corporal.
Aren. En el norte su nombre significaba aquel que reinaba como un águila. Mello le concedió a su alfa el honor de elegir el nombre del cachorro, demasiado enamorado, demasiado amado por su valiente guerrero. Beyond aún no había podido dejar su marca en la piel de su cuello pero para el omega era como si ya estuviesen enlazados de por vida, seguramente así era, pues Aren era el lazo que los unía.
Se tomó unos minutos para observarlos una vez que se sentó en el alféizar de la ventana del dormitorio. Aren arrugaba su pequeña nariz y movía las manitas en busca del calor de su padre. Beyond, por su parte, tenía una sonrisa plácida en el rostro mientras dormía. Un escalofrío se adueñó de la piel del omega cuando imaginó que habría sido de ellos si Beyond no hubiese regresado con vida de Oriente. No habría sobrevivido, eso lo tenía más que claro.
― ¿Qué haces fuera de la cama? ― preguntó Beyond, abriendo los ojos poco a poco. La inquietud por no sentir el aroma de su omega cerca era temible. Desde su vida en el norte no se había sentido tan protector con nadie más ―. Vuelve aquí, princesa.
―No soy una princesa.
―Lo sé, pero me gusta hacerte enfadar ― respondió, cogiendo en brazos a Aren para llevárselo al pecho y acariciarle la espalda. Desde que nació, su cachorro encontró un buen reclamo de calma en aquel lugar ―. Vamos, vuelve a nuestro nido.
El nido. Un montón de pieles y mantas calientes que Beyond se esmeró en conseguir para ellos. Creó un pequeño lugar donde Mello y Aren pudiesen sentirse a salvo del mundo exterior. Beyond sabía que tenía un espíritu de guerrero protector y fiero, el mismo que enloquecía solo de pensar en los dos amores de su vida corriendo algún tipo de peligro. No quería hacer caso a sus pensamientos acerca de la guerra, pero si Teru Mikami se atrevía de nuevo a ponerle un dedo encima a su familia iba a volverse loco.
― ¿Cómo te encuentras? ― preguntó el norteño, haciendo sonrojar al omega cuando buscó con los dedos la piel de su vientre, rozando la herida que aún estaba cicatrizando debido al nacimiento de Aren ―. ¿Te duele?
―Estoy bien ―susurró, regalándole un beso en el mentón. Se acurrucó a su lado y acarició al cachorro. Sus orejitas de lobo eran pequeñas y crecían bajo el pequeño remolino de cabello oscuro ―. Es bonito, ¿verdad? Y es nuestro.
―Lo es ― dijo Beyond, besándole la sien y perdiéndose en el aroma de su cabello ―. Tiene el color de tus ojos y eso lo hace aún más especial. Cada vez que os mire será como tener el océano solo para mí, ni siquiera los dioses están invitados a contemplarlo.
―Eres un alfa celoso y testarudo.
―Por vosotros podría llegar a ser el azote de los cielos si hace falta ― susurró, acariciando los labios húmedos de su omega ―. Cuando Teru Mikami llegue a Salitre acabaré con él. Esta vez lo conseguiremos, te lo prometo.
Mello asintió, intentando no poner en duda su promesa. Su espíritu había cambiado, sus prioridades eran diferentes. El deseo de juego y la demostración de que era un omega valiente habían sido algo olvidados. Proteger a Aren era ahora su máxima prioridad, asustado ante la llegada del falso rey.
El gorjeo del bebé los hizo sonreír en paz. Mello disfrutó acariciando los cabellos de su alfa antes de besar de nuevo sus labios y acurrucarse junto a ellos, junto a su familia. Tenía que confiar en la promesa de Beyond de proteger lo que más amaba.
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⸎ Elementales ⸎ (Death Note Yaoi AU- Omegaverse - Fantasía)
FanfictionLight Yagami tiene un ferviente deseo. Regresar a su hogar en el Reino Oriental. Un terrible accidente, un sueño que se repite a menudo y un fulgor rojizo que evitó su muerte... El fuego siempre lo acompañó desde su nacimiento, conduciéndolo en busc...